Without Limits #BEAwards2016 #GBAwards2016

Capítulo 29: Cuatro puntos.

"Do whatever it takes, pay whatever the cost."

Strings – Shawn Mendes

[Haz lo que sea necesario, cueste lo que cueste.]

P.O.V. Louis.

No lo puedo evitar. Soy un chico impulsivo y no estoy dispuesto a cambiar. Los comentarios ofensivos hacia mi chica me hacen escribir un par de cosas en la red social y mandar a todas esas que la insultan a la mierda. Después, envío un WhatsApp a Elena, recordándole lo que en una ocasión me había contado: que ella era de esas chicas que preferían pasar de los rumores que corrían entre las fans de One Direction. No tardo en obtener su respuesta.

Elena: Gracias por defenderme.

Y añade un par de iconos mandando un beso.

Louis: Es lo que un chico decente hace por su chica, ¿o es que pensabas que cuando llegara el momento dejaría que te insultaran y no diría nada?

Elena: La verdad es que no esperaba menos de ti *icono guiñando el ojo* Por cierto, bonita foto.

Seguimos hablando durante unos minutos más y bromeo con ella, intentando hacerla reír para que no le dé demasiadas vueltas a lo sucedido. Poco después, decido llamar al irlandés. Tengo asuntos que tratar con él.

— ¿Qué quieres, Louis? —pregunta nada más descolgar.

—Hola, capullo —saludo—. Me han contado que anoche lo pasaste muy bien con una pelirroja.

— ¿Solo me llamas para eso? ¡Estoy viendo al Derby! —protesta.

—Te llamo para decirte que dejes de hacer el gilipollas de una vez por todas —digo—. ¡No tienes cinco años, Niall!

—No sé qué me quieres decir, ¡pero no me llames gilipollas sin razón! —me regaña.

—Y ahora, además, eres medio retrasado —acuso riéndome, poniéndome cómodo en mi sofá—. A ver, cariño mío, ¿quieres decirme quién ha sido el cerebrito que te ha dicho que te líes con otra para darle celos a Cristina?

—No sé cuántas veces tengo que decirte qu —le interrumpo.

—Niall, no vamos a ir a ningún lado si no aceptas que te gusta.

—Es que no me gusta.

—Y ahora me dirás que te tiraste a la pelirroja porque estás interesado realmente en ella.

— ¿Por qué no puede ser así?

—A ver, dime, ¿cómo se llamaba?

—Cristina —dice rápidamente y suelto una carcajada.

—Estás peor de lo que pensaba...

—Se llamaba Kristen —rectifica— ¡Son nombres muy parecidos! —se excusa y yo sigo partiéndome de risa.

—Lo que tú digas, Horan —le doy la razón para que se calle—. Yo ya he estado pensando en algún plan pero si no estás interesado pues...—hago una pausa, como dándole emoción al asunto.

—No, espera —dice rápidamente y puedo jurar que las mejillas del irlandés están más rojas que un tomate en aquel instante—. Si estuviera interesado... ¡que no digo que lo esté, eh! —advierte antes de seguir— ¿qué tendría que hacer?

—Antes que nada —hablo conteniendo la risa, voy a hacerle pasar un poco de vergüenza antes de contarle lo que he pensado—, tienes que admitir que te gusta Cris —le escucho resoplar y, segundos después, contesta.