Capítulo 40: Saltan las alarmas.

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"Can't deny it, can't pretend: I just thought you were the one."

Behind These Hazel Eyes Kelly Clarkson

[No puedo negarlo, no puedo fingir: pensé que eras el indicado.]


28 de noviembre de 2014.


P.O.V. Cristina.

Viernes al fin.

Suena el despertador y comienza mi rutina de cada día: me levanto, me ducho, me visto y desayuno antes de salir hacia la facultad. Allí me toca aguantar un par de clases de dos horas cada una y, después, llega la hora de la comida. Me reúno con Logan, como siempre, en la cafetería del edificio y comemos tranquilamente. Por mi cabeza pasa sacar el tema al que llevo dándole vueltas toda la noche, pero no me parece el momento adecuado.

— ¿Haces algo esta tarde? —pregunto mientras nos tomamos un café antes de que él tenga que volver a dar clase.

—Tengo una cena importante con mi familia así que no podré llevarte a casa después de clase —responde.

—Oh, vaya —añado algo decepcionada. Quería comprobar que Niall se había inventado lo de la supuesta novia de mi novio cuanto antes.

— ¿Pasa algo importante? —niego con la cabeza— Podemos vernos mañana —añade.

—Claro, perfecto —acuerdo esbozando una pequeña sonrisa.

Apuramos el líquido que queda en las tazas y abandonamos la cafetería.

—Pasaré a por ti después de comer, ¿te parece bien? —propone antes de despedirnos. Asiento con la cabeza y deja un pequeño beso sobre mis labios.

—Pásalo bien esta noche.

—Será un evento de lo más aburrido, pero lo intentaré —dice risueño antes de caminar por el pasillo hacia el aula en el que le tocaba dar clase.

Yo, por mi parte, hago lo mismo, pero en dirección opuesta. Paso las dos clases que me quedan sin atender mucho pues, inevitablemente, mi cabeza no deja de darle vueltas a lo ocurrido hace menos de veinticuatro horas.


P.O.V. Elena.

No tengo mi mejor día en la guardería porque la discusión con Cris me tiene bastante distraída. Doy gracias a Dios cuando llegan las cinco de la tarde y es hora de volver a casa. Hago que los pequeños formen una fila más o menos decente y los bajo al gimnasio, donde habitualmente sus padres o familiares los recogen.

—Te noto rara, ¿estás bien? —me pregunta Ian mientras vamos hacia la salida de la escuela. En mi mente solo hay un objetivo: llegar a casa y hablar con mi mejor amiga.

—Sí, no te preocupes —digo intentando regalarle una sonrisa.

—¿Segura? —asiento— Si quieres, puedes acompañarnos. Hoy nos vamos a dar una vuelta al centro, ¿verdad? —le pregunta a su sobrino que asiente enérgicamente con la cabeza varias veces.

—Gracias por la oferta, pero no. Iré a casa —respondo.

—Entonces nos vemos el lunes —se despide el chico.

—Hasta el lunes —digo agitando la mano en el aire a modo de despedida.

Doy la vuelta a la esquina y no me da tiempo a dar ni dos pasos cuando, al alzar la vista de mi teléfono móvil, veo a Louis apoyado sobre su coche. Instintivamente, sonrío y me acerco hasta él.

Without Limits #BEAwards2016 #GBAwards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora