Lo teníamos todo preparado para la batalla. Zephía se había marchado con Thor, prometió que lo cuidaría hasta nuestro regreso. Ella no luchará con nosotros porque no cree en ello, solo cree en mariposas, unicornios y cosas imposibles.
—Yo lo único que deseo es matar a Ángel de una vez por todas. —Dije convencida de ello.
—Y lo harás. Hoy acabaremos con todos los despreciables malditos. —Erixi me agarró de los brazos. —Veo el fuego en ti Dana, el de una verdadera Guardiana del Bosque. Hace tiempo que no lo veía...
— ¿Cuál es el plan, Diosa? —Preguntó Marcus.
—Tú, irás a por los Malditos, mata a todos los que puedas.
—Vale. ¿Cuántos son? —Contesto él.
—Habrá unos once en total.
— ¿Cómo voy a poder con todos? —Dijo Marcus incrédulo.
—Tranquilo, eso déjamelo a mí. —Dijo la Diosa misteriosa. —Dana tu deber es asesinar a Ángel, eres la única con el poder para eso... Yo me encargo de Dríane. —Erixi escupió el nombre de la Maldita.
No cuestioné nada de lo que Erixi había planeado, por algo era la Diosa de la Lucha y la Guerra.
Habían pasado dos horas, ya era de noche. Erixi nos llevó a las afueras del Sagrado Bosque, lugar donde las Hermanas y Guardianas habían vivido en tiempos pasados. Los Malditos hicieron de este lugar, profanándolo, su nueva base. Ojalá pudiese quemarlos a todos...
— ¿Cuándo nos mostrarás tu as en la manga, Diosa? —Pregunté a ésta.
—Todo a su tiempo, Guardiana. Vamos, seguidme. —Erixi nos condujo hacía el campamento.
— ¡Vaya, vaya! ¿A quién tenemos aquí? —No hizo falta girarme para saber de quién se trataba.
Hice surgir una bola de fuego azul de mi mano derecha, me giré y grité:
— ¡Agachaos!
— ¡Zorra! —Gritó Ángel, al cual le había alcanzado la bola al hombro izquierdo. —Tendrás que tener más puntería la próxima vez. —Siseó.
Levanté los brazos al viento, creando unos remolinos a mí alrededor. Las ramas azotaban el cuerpo de Ángel, pero éste ni se inmutaba de las laceraciones que aparecían en sus brazos y torso, desgarrándole la camiseta negra que llevaba.
Erixi había creado un campo protector alrededor de Marcus y ella, cuando comencé el ataque.
Un momento después sentí como el tronco de un árbol chocó contra mí. Éste fue arrancado de cuajo por Dríane, la cual se veía furiosa.
— ¡Te voy a desollar puta! —Se dirigía a mí casi corriendo, pero Ángel levantó la mano para frenarla.
—Un momento Dríane. —Dijo Ángel con una sonrisa diabólica en el rostro. —Quería contar una bonita historia antes. —Dijo sarcástico.
—Veréis todo comenzó en un bonito día de verano, donde conocí a una jovencita Siobhan... ella se enamoró de mí, ya veis soy terriblemente irresistible, ¿No es así, querida Eri? Por donde iba... ¡Ah! Ya me acuerdo. La jovencita Siobhan se quedó embarazada de una niña... —Él me miró fijamente.
Reflexioné lo que acababa de contar Ángel... No podía ser lo que pensaba. Miré a Marcus y a Erixi, ¡Ellos ya lo sabían!
— ¡No! ¡Jamás! —Grité.
—Yo no busco matarte Dana, quiero que te unas a mí y a Dríane, tu hermana. —Ella soltó una sonora carcajada.
—Hola hermanita. —Dijo Driane con sorna.
—Estás demente, ¿Realmente piensas que me importe que seas mi padre? Por mucho que tengamos la misma sangre no te has ganado el derecho a llamarte mi padre y tampoco deseo que lo tengas.
—Pero tienes sangre Maldita corriendo por tus venas, Dana.
—No, mi sangre no es Maldita. Yo no he sido corrompida por el mal. Solo la sangre pura de todas mis Hermanas del Bosque corre por mis venas, ellas son las que me dan la fuerza y el poder para destruirte a ti y al resto de Malditos. No quedareis uno en pie. —Sentí la mano de Marcus en mi hombro, dándome apoyo.
— ¿Cómo piensas vencernos? —Cuestionó Dríane.
En ese momento, Erixi desenvainó su espada y se cortó en la mano, la apretó en un puño y un reguero de sangre cayó al suelo. La Diosa se arrodilló y comenzó a murmurar
—Hermanas, Guardianas, Alzaos. —Nada mas pronunciar aquello la Diosa, la tierra comenzó a temblar.
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La Última Guardiana. (Dioses Y Guardianas 1)
FantastikElla estaba sola. Ella estaba en peligro. Su primer instinto: Matar. Ese fue el momento que les cambio la vida de una forma que jamás se hubieran ni imaginado. Dana era una joven alegre y despreocupada en la vida. Marcus tenía un objetivo: Dana. Nad...