2- Miedo

5.1K 369 10
                                    

Miedo. Eso fue lo que sentí cuando él clavo sus misteriosos ojos sobre mí. Poseía un rostro serio enmarcado por un cabello castaño oscuro ondulado y una fuerte mandíbula que le daba un aspecto muy varonil, sin embargo sus labios invitaban al pecado.

Le planté cara a la situación, tragándome mi yo aterrada y olvidándome de su aspecto imponente, si tenía que morir, lo haría. No obstante, ocurrió lo más sorprendente de todas las cosas, él me habló, inesperadamente.

― ¿Qué haces fuera de tu habitación? ―Su voz grave inundó la estancia, haciéndome temblar una vez más.

―Yo... esto... ―Balbuceé incapaz de pensar con claridad.

―Vuelve allí. Ahora. ―Me ordenó don Terrorífico.

― ¿Qué buscas de mí? ―Logré preguntar. ― ¿Por qué yo? Nadie te pagará un rescate por mí, no tengo familia, ni dinero, nada de valor que te pueda interesar.

―Yo no quiero nada de ti. ―Contestó con brusquedad.

Acto seguido a escuchar esas palabras, me puse en la peor situación. Quería violarme y descuartizarme en cachitos para luego venderme en el mercado negro. O tal vez seré vendida como otras muchas mujeres en clubs ilegales en los que seré degradada y olvidada...

»Vete a tu habitación. ―Repitió él la orden, menos rudo.

―Antes dime, por favor, qué es lo que quieres de mí. ―El hombre resopló frustrado.

―Hay personas que te buscan, yo solo soy tu guardián. ―Me miró con intensidad.

Se pasó una mano por el pelo, parecía que estaba perdiendo los nervios, y eso no creo que fuera muy conveniente, dado su físico y esa cara de: respírame encima que te parto el cuello. Ups.

»Dana, vete a tu habitación a asimilar todo, calmarte y descansa. Te aseguro que conmigo estarás a salvo de quienes te persiguen. Nadie puede saber que estas aquí.

― ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Quién te ha asignado como mi guardián? ―Cuestioné sorprendida por estas declaraciones.

―Te llevo observando y cuidando desde que eras un bebé. Es mi cometido en la vida desde hace ya mucho tiempo... ―Comentó.

― ¿Por qué yo? ¿Quién me persigue? Vaya no sabía que fuera tan importante, no sé si sentirme alagada u horrorizarme.

Ya no sabía cómo debía de sentirme, si aterrorizada o enfadada por no haberme dado cuenta de que tenía un «guardián» vigilando mis movimientos.

―No digas tonterías, Dana, este es un tema muy serio. Es complicado de entender, no estás lista para conocer la verdad sobre ti.

―Por lo menos me dirás tu nombre, ¿no?

―Marcus. ―Dijo conciso.

― ¿Por qué, narices, me trajiste aquí inconsciente y no me contaste esto antes, Marcus? ―Lancé la pregunta cada vez más enojada con la situación.

―Me hubiera costado mucho que me creyeras y además no había tiempo, él estaba cerca, demasiado cerca... ― Contestó pensativo antes de continuar la oración. ―Bueno, vete a acostar que todavía te encontrarás bastante débil.

―Pero quién est... ―Marcus me cortó antes de terminar la frase.

―Por hoy ya basta de revelaciones, Dana. Veo que eres una mujer muy curiosa. ―Se burló. ―Ve a descansar, en otro momento seguiremos con la charla.

―Vale, ya voy... ―Contesté no muy segura de ello.

No parecía tan fiero el hombre, Marcus... después de todo lo sucedido. Pero, ¿Quién me quiere secuestrar? Tengo una vida normal y sosa. Vivo sola y no tengo a muchos amigos, se podría decir que nunca me he sabido integrar en la sociedad. No entendía nada y no sabía si confiar en él o no. Jamás se debe de confiar en un extraño tan a la ligera, al fin y al cabo y por mucho que él jure y perjure que no me hará daño... a lo mejor quiere que me deje guiar para luego matarme.

En fin, lo mejor creo que será dejarme llevar por la corriente y ver qué ocurre, porque si de verdad alguien va tras de mí tendría que tener cuidado.

La Última Guardiana. (Dioses Y Guardianas 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora