Capítulo 26

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—Doctor Elano, el subnivel está siendo repoblado —comentó el piloto cuando la nave se alejaba de aquel abismo—. Los que sobrevivieron a los últimos ataques de los puros están regresando, pero la vigilancia es extrema, tal vez deberíamos comenzar a ocupar el extrarradio de la Ciudad Vertical. Esperan sus órdenes.

El italiano meditó unos instantes. Aún estaba impresionado por todo lo que habían vivido y admiraba el frasco recuperado de la nave de Lapierre renderizando en su mente todo tipo de atrocidades.

—Bien, es una posibilidad, pero lo mejor será que nos reunamos primero en el subnivel para trazar bien el plan a seguir.

—Piloto —habló por primera vez John—. Dé orden de reunión en el antiguo hospital del sector sur, la zona ciega. Accederemos desde el auditorio aledaño.

John se sentía inquieto y, por primera vez, albergaba alguna duda acerca de lo que debía acontecer en tan solo unos días. Estaba preocupado por su hermana, era la segunda vez que se separaban de esa forma violenta y aún recordaba las penalidades que pasó cuando fue apresado por los agentes de Seguridad de la Ciudad, aquellos experimentos que llevaron a cabo en los laboratorios y, finalmente, su reclusión en el laboratorio que dirigía Sonia. Allí fue donde recuperó la esperanza en los ojos de aquella pura que lo trató con respeto y cierto cariño. Fue ella quien lo ayudó a escapar, y ahora los había abandonado, a su hermana y a Sonia... y al estúpido puro que debía servirles como moneda de cambio, como distracción.

El mestizo observaba por la ventana del aparato flotante las maravillas de la naturaleza salvaje. Los colores maravillosos, refulgentes, brillantes, anunciaban una vida plena llena de aventuras pero, y no había mejor ejemplo que lo que acababa de acontecer, también de la inseguridad que provocaban los escindidos, aquellos mestizos locos que leían libros antiguos sacados de contexto y realizaban ritos extraños, sacrificios humanos y liturgias oscuras.

John era un hombre inteligente. Tantos años al lado de su hermana, definitivamente, habían hecho de él una persona astuta y locuaz. Normalmente se refugiaba en las constantes bromas, su carácter abierto, un buen grado de soberbia y cierta altanería que le llevaban a insinuarse constantemente a toda mujer, incluyendo su hermana, que se le cruzase. En cuanto a la dirección y gestión del subnivel, todo lo había dejado en manos de Monique y los restantes miembros de La Iglesia. Pero ahora no quedaba nada de todo aquello, solo habrían sobrevivido unos pocos mestizos que deambularan por la antigua ciudad, y se alimentaran de los desperdicios de la mole urbana que sobre sus cabezas se erguía y que todo llenaba de oscuridad. Esos no les servirían de nada, y aun así ahora le tocaba a él dirigirlos.

Pese a la relativa independencia de los mestizos de la Ciudad Vertical de Madrid, comandada desde La Iglesia de Sol, todas las decisiones se llevaban a cabo desde el Comité Internacional de Mestizaje. El CIM había sido el que había propiciado el enlace, décadas atrás, entre París y Madrid, rompiendo todos los cortafuegos que impedían la comunicación internacional desde hacía siglos. Simularon un mensaje desde París y su posterior respuesta; aquello hizo que ambas Ciudades Verticales abriesen un canal de comunicación y, después, dejaron hacer su trabajo a los gobiernos de las Grandes Familias.

La elección de Madrid y París no había sido casual. La sede del CIM se encontraba en la antigua capital francesa, donde las autoridades eran más laxas con respeto a los mestizos. En cambio, Madrid era la Ciudad Vertical más voraz en cuanto a la represión mestiza se refería. Además, era la Ciudad más avanzada de todo el mundo, pese a ser también la más cerrada.

Los mestizos del CIM hacía años que planeaban algo así, un golpe de efecto contra una Ciudad Vertical para promover el levantamiento de todos los mestizos del mundo, pero todo se había acelerado desde la incursión y posterior secuestro de Jano Robinson. Jano Robinson era uno de los muchos mestizos que el CIM había infiltrado en las Ciudades Verticales, un personaje peculiar al que John no había tenido la ocasión de conocer pero del que sabía bastante por todo lo que le habían contado.

La ciudad verticalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora