Fabricio Elano dirigía el grupo con aires de aventurero experto. Su disfraz de explorador, sus gafas de sol y sus botas de cuero, no podían disimular un gran malestar por tener que adentrarse en el bosque. Según había indicado el piloto, los hombres de Ginés debían de haber llegado a la zona en sus aeronaves y haber delimitado el espacio aéreo y terrestre por medio de un campo energético. Así podrían determinar la situación del presidente francés, pero en ningún caso descenderían a tierra firme para buscarlo, pues los hombres de Seguridad y Mantenimiento no tenían ningún tipo de experiencia en zona salvaje y serían presa fácil para los animales y los mestizos. O eso pensaba el piloto al menos.
Antonio y Sonia caminaban en medio del grupo, sin perder de vista a Fabricio y John, seguidos por Monique. Ambos seguían los pasos de los mestizos sumidos en un absoluto silencio, lanzándose furtivas miradas entre ellos y en derredor, temerosos de lo que pudiese acontecer en un lugar tan desconocido como aquel. Secretamente echaban de menos los ascensores, las pasarelas, las cristaleras, el olor a humo y el aire ventilado; en cambio, aquel paraíso de la asimetría, les resultaba altamente peligroso.
Antonio no podía quitarse de la cabeza lo que había averiguado de su padre. Al decir verdad, poco era lo que recordaba de su infancia, casi lo primero que encontraba en su mente cuando echaba a volar la memoria, era aquel batido de chocolate que había compartido con Ginés después de visitar, por primera vez, uno de los primeros niveles de la Ciudad. En realidad, todo lo acontecido en aquel despacho durante la reunión de su padre lo había generado su imaginación a partir de la infinidad de veces que Ginés le había contado la escena.
A partir de aquel batido, su padre se había mostrado distante con él y apenas habían tenido comunicación, y Antonio sabía, por lo que le había contado su madre, que Ginés lo adoraba y siempre había estado a su lado. Pero él no podía recordarlo.
El resto de su vida había sido un lento discurrir hacia un destino que parecía prefijado. Enseguida se hizo muy amigo de Adolfo, el hijo de un compañero de su padre, que también había sido ascendido más o menos al mismo tiempo, con el que compartía clase.
Ambos fueron creciendo hasta llegar a la universidad. Antonio decidió estudiar historia, una disciplina devaluada desde los Tribunales de Nueva York y, pese a la contrariedad silenciosa de Ginés, este aceptó y urdió todo lo que pudo para que su hijo llegase a los puestos más altos dentro del Museo de Historia Natural. Muy poco más había reseñable en su vida hasta aquella cita con Adolfo que nunca llegó a concretarse.
Antonio había aparcado en un rincón de su memoria la última conversación con su amigo a través del transmisor. Adolfo llevaba unos días algo tenso, parecía haber descubierto algo importante que quería enseñarle, por eso le había citado aquella maldita noche. Y ahora su amigo estaba muerto. Una lágrima brotó de su ojo izquierdo y resbaló por la mejilla desprendiéndose de su rostro como las gotas de rocío que apuran la cúspide de las hojas, para perderse luego en el vacío del viento.
*
Sonia había sido siempre una escéptica. Los rumores sobre su promiscuidad y el abuso que hacía de su posición con estudiantes y mestizos, nunca le habían afectado demasiado. Para ser una pura de cuarenta y dos años, era una mujer bella. Menuda, delgada, pero con unas piernas fuertes y bien definidas que gustaba enseñar por debajo de la falda y a través de unas medias. Usaba zapatos de tacón no por parecer más alta, sino porque sabía que así mantendría la belleza de sus piernas durante más tiempo.
En realidad, los bulos que se lanzaban sobre su sexualidad eran por simple envidia, y ella lo sabía. Los hombres la deseaban, pero jamás había mostrado interés por ninguno y los rechazaba sistemáticamente. Las mujeres la envidiaban, y por ello iniciaban o daban vida a los rumores.
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La ciudad vertical
Science FictionLa Ciudad Vertical nos transporta a un futuro distópico y aterrador en el que la historia y la capacidad crítica de los ciudadanos han sido anuladas. Sin embargo, un grupo de disidentes se esfuerza por mantener la dignidad humana y luchar contra el...