Capítulo 3

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Jake*
Miré como su trasero se balanceaba de un lado a otro mientras subía las escaleras y cerraba la puerta de su habitación en un portazo. No la culpo, si no estuviese tan buena también me habría molestado. Oh, espera, pero si yo sí que estoy bueno.

Cuando le había abierto la puerta había tenido que bajar un poco la cabeza porque tenía la estatura de un Hobbit. No pude evitar fijarme en lo azules que eran sus ojos con pequeñas virutas más intensas y otras grises; y rodeada por largas pestañas negras. Su cabello color entre chocolate y bronce llegaba hasta sus la mitad de sus brazos. Y su piel pálida era tan lisa como la porcelana. Pero lo mejorcito eran sus curvas, eso sí eran curvas. Sus pech...
-Quítatelo de la cabeza, Jake-dijo Tommy tecleando rápidamente los botones del mando de la consola.
-¿El qué?-me hice el loco.-Lo de acostarte con ella, no es buena idea-intervino Connor.
-¿Por qué? ¿Ya le habéis echado el ojo?-dije tomando una cerveza de la mesa de cristal del salón.
-No, lo decimos porque, como siempre, la dejarás tirada al día siguiente, y como tus amigos que somos tenemos que advertirte de que la convivencia con ella será más incómoda todavía-se explicó Set.
Pensé un segundo. Era cierto. Obviamente se acabaría enamorando de mi sensual cuerpo y la cosa sería incomoda. Se volvería una psicópata pedófila y me secuestraría en un cuarto rojo para violarme salvajemente. Bueno... igual no estaba tan mal... Pero no.
-Vale, tienes razón-acepté.
-Tampoco podrías-señaló Liam-no tiene pinta de las que se acuestan contigo.

-Por favor, todas se acuestan conmigo.

-No, Jake, ella tiene pinta de que no le importaría patearte lo huevos si quisiera. Lo mismo que haré yo si volvemos a perder contra estos-comentó Liam refiriéndose al video juego al que estábamos jugando.

Empezamos a jugar un rato hasta que se hicieron las doce o así y los chicos comenzaron a marcharse.

-Mañana tendrás que lidiar con esa fiera, espero que la domes-comentó Cameron antes de marcharse- oh, y el viernes habrá fiesta en la hermandad de los Zeta, tienes que venir-me advirtió.

-¿Primer viernes de universidad y ya hacen una fiesta?-enarqué una ceja.

El año pasado había sido igual pero con el instituto.

-¿Esperabas menos de los Zeta?

-No-dije riendo.

-Nos vemos el lunes-se despidió y cerré la puerta.

Claire*

Eran las dos de la madrugada. Me había negado a cenar por el hecho de bajar y tener que aguantar las bromitas de Jake y sus amiguitos. Aun así tenía galletas y me las comí. No había hablado con Jake ni cuando sus amigos se fueron, ya habría tiempo mañana.

No era el hambre lo que me despertó, sino un sonido de la planta baja. Bajé sigilosamente y atravesé la sala hasta la cocina. Esperé a que mis ojos se acostumbraran un poco a la espesa oscuridad que llenaba el momento. De nuevo un pequeño crujido me alteró y cogí lo primero que tenía a mano derecha. Genial, una sartén, si estuviera en Los Juegos del Hambre estaría muerta.

Salí, sartén en mano de la cocina sintiéndome como una Super Ninja. Y me percaté la presencia de una sombra justo a mi lado. Grité tan fuerte como pude y estampé la sartén en la cara del sujeto como tres veces hasta que cayó al suelo y encendí la luz para observar a mi presa victoriosa. Nah, en realidad estaba cagada de miedo.

-¡Mierda, Claire soy yo!-gritó Jake y sobándose la cabeza.

Apreté los labios intentando no reírme, no solo del hecho de que pensara que alguien había venido a robar y pretendiera pararlo, también del hecho de ver a Jake dolorido en el suelo. Al final estallé a carcajadas y él me fulminó con la mirada a la vez que se incorporaba.

-No sabía que eras tú-dije aun riéndome un poco-de todos modos te lo mereces por violarme con la mirada.

-Eso no es excusa-se quejó.

-Vale, pues te lo mereces por tu simple existencia-.

Él gimió una vez más balanceando la cabeza hacia los lados.

-¿Estás bien?-pregunté en tono monótono.

-Bueno, a pesar del hecho de que me golpearas con una sartén en la cabeza como una asesina a sangre fría...-suspiró-sí, estoy bien.

Eso sólo me hizo reír más. Ocho horas y media con él y ya había intentado asesinarlo.

-Buenas noches, Jake-.

Me miró y sonrió también aun sobándose la cabeza.

-Buenas noches, Claire.
***
N/A
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Besos!

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