Capítulo 35

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Subimos hasta mi habitación donde dejé que esperara y le traje un pijama viejo de mi padre. Se lo tiré a la cara y él se quejó con un gruñido.

-Se supone que cuando un chico ardiente cruza el país para verte por Navidad lo pones en un altar, no le tiras ropa a la cara.

Negué con la cabeza y reí por lo bajo.

-Aun no me creo que estés aquí-confesé.

-¿Por qué no me dijiste que Logan era tu ex?-saltó de repente.

Me quedé mirándolo unos segundos buscando una respuesta lógica e inconscientemente me mordí el labio. ¿Por qué no quería que lo supiese? Tal vez pensé que le molestaría pero no habría de hacerlo ¿no?

-No lo sé, no creí que te interesara.

-¿Qué tu exnovio vuelva a entrarte de nuevo con su perfectita sonrisa? Cierto, no me importa-espetó y comenzó a quitarse la ropa con cierto ritmo sensual.

-No hace falta que te pongas así-comenté y me senté en mi cama.

Él terminó de quitarse la camiseta y la lanzó al suelo. Se sentó a mi lado mirando al suelo.

-Lo siento es sólo que siento que ese... pijo te conoce mejor que yo-confesó.

-No es pijo-lo defendí-es un cielo, y un gran amigo.

-¿Un cielo? ¿En qué época estamos?

Suspiró dejando un gran silencio tras sus últimas palabras. Él quería conocerme, realmente quería, y por alguna razón me emocionó que quisiese. Dirigí la mirada hacia mis manos.

-Mis padres está separados-me animé confesar.

Él me miró de pronto.

-Pero si se les ve...

-Las apariencias engañan-interrumpí cortante-ellos solo...intentan mantenerse unidos.

-Ya veo ¿Por eso estabas tan mal cuando...?

-Me detuvieron. Sí-finalicé por él.

Se acostó en mi cama y yo junto a él. Permanecimos en un silencio que para nada era incómodo, era casi acogedor.

-¿Qué pensaste la primera vez que me viste?-pregunté.

-Que eras la mujer más sexy del mundo.

-Eso ya lo sé, pero lo digo en serio-apunté.

-Que te daría duro contra el muro y lento contra el pavimento. Y que estabas jodidamente loca. ¿Y tú?

-Que eras un imbécil.

Rio.

-Eres la chica más increíble que he conocido nunca-comentó.

-Y tú el más cursi-dije sonriendo como una estúpida.

-Y sexy-añadió-y ardiente, y guapo-empezó a hacerme cosquillas con cada piropo hacia él mismo-y encantador, y atento.

-Y egocéntrico-logré decir entre risa.

No sé cómo pero lo tenía encima de mí a escasos centímetros de mi cara. Su respiración se mezclaba con la mía y mis ojos permanecían clavados en los suyos. Quise pensar que lo que más me gustaba de él era su cuerpo, que todo en él era artificial, y que por supuesto, que jamás llegaría a querer a alguien como él. Pero no era así. Él era tan profundo como El gran Cañón, tan imprevisible como una montaña rusa, tan intenso como una cascada, tan ardiente como el fuego y tan salvaje como el mismísimo Rey de la Selva.

Solo un poco más, un poco más y ¡BOOM! Nuestros labios se juntaron, se acariciaron y se reconocieron en seguida. Oh Dios, cuanto tiempo sin sentirlos.

*Te besó en la entrada*me recordó mi subconsciente.

*Cállate*

Eran suaves, cuidadosos, dulces. El beso se incrementó por momentos enviando salvajes vuelcos a mi acelerado corazón.

-No sé qué me pasa contigo, Claire-murmuró entre besos-simplemente no puedo...

Pasó a besarme el cuello con detenimiento, escrutándolo de lado a lado, besó mi clavícula y continuó.

-¿No puedes qué?-susurré con la respiración entre cortada.

-No puedo pararlo-se limitó a decir y coló sus manos bajo mi camiseta.

Me la quitó como un rayo. Siguió bajando y era perfectamente cociente de que una de sus manos acariciaba mi espalda trasladándose al enganche de mi sujetador y me lo desabrochaba. Acaricié su formado abdomen y bajé hasta su cinturón. Esperé un segundo a estar segura y se lo desabroché. Él se olvidó de mis pechos y regresó a mis labios con gusto.

-Estás jugando con fuego, Claire-avisó.

-Pero si no juegas con fuego...te mueres de frío-susurré y él sonrió entre besos.

Cuando quise darme cuenta ninguno de los dos tenía pantalones. Mordió mi labio inferior provocando un gemido por mi parte. La presión bajo mi vientra aumentaba por momentos junto con el calor del ambienta. Sentía sus manos acariciando lugares definutivamente indebidos.

-Dilo-murmuré.

-¿El qué?-se tomó un segundo y apoyó su frente en la mía.

Volvió a besar y se colocó entre mis piernas haciendo que notara su felicidad masculina. Jadeé.

-Lo que estás pensando-logré susurrar casi audiblemente entre besos y la respiración acelerada.

-Te deseó-susurró contra mi boca y se apretó más contra mi pelvis provocando otro gemido por parte de ambos-te he echado tanto de menos que me mataba. Te deseo.

Y en 0'2 se quitó los calzoncillos y yo mis bragas, tomó un condón que muy disimuladamente dejé a la vista en mi mesita de noche, por si acaso; y bajó las sábanas: sucedió. Él estuvo dentro de mí y rápidamente todas mis preocupaciones se desvanecieron con nuestros procesados movimientos y desgarradores gemidos. Simplemente pasó.
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N/A
WOW! Un capítulo intenso, lo sé. Le suplico que voten y comenten porfavore.
Vale, el italiano no es lo mío.
#TeamJaire #Bemt
Bs!


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