Capítulo 28

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Hice caso omiso pero entonces noté que la cama se movía y sabía que él se había sentado en ella.

-Ey, Claire-volvió a llamarme pero seguí inmóvil.

Se estableció un gran silencio que tran unos instantes eternos él rompió:

-Lo siento-se disculpó-no soy nadie en tu vida para hablarte así. Es sólo que Chase me parece un aprovechado. Ya estuvo con Becca, Allison y que estuviera ahí dentro contigo besándote y... Eso solo me ponía peor.

-Hablas como si fueras mejor ejemplo que él-musité si volverme pero sí apartarme las sábanas. No sé qué pasaba pero de repente sentían un calor abrasador. Vi por el rabillo del ojo que se acostaba mirando hacia al techo a una distancia considerable de mí.

-No lo soy.

Finalmente me giré, lo miré y aparté las sabanas.

-Te perdono-dije.

-Pensé que me harías tu esclavo antes que perdonarme-dijo y una sonrisa se deslizó por su rostro pero con la vista fija en el techo.

-No tientes a la suerte.

Suspiró.

-Me aburro-dijo.

-Eso no es bueno.

-Juguemos a prenda o verdad-propuso.

-Eso tampoco es bueno-concluí.

-Oh, ¿Claire Collin esconde algún secreto?

-Empiezas tú.

-¿Que te pasaba ayer?

Oh, claro, ayer. Eso era lo que buscaba con todo esto.

-Prenda.

-¿En serio?-preguntó me miró rápidamente con una ceja alzada como sorprendido.

-Sí.

-Bien. Despídete de mi camiseta-puso las manos bajo su cabeza mientras me escrutaba con la mirada.

-Eres cruel.

Sonrió pero no inocentemente, no. Sonrió genuinamente, con una de esas sonrisas que buscan incomodarte para que te arrepientas y apartes la mirada. Pero yo no lo hice, me mantuve firme con mis ojos en los suyos y me quité la camiseta por la cabeza. Una vez en sujetador y con su atenta mirada expectante en mis pechos, lo de ser firme de estaba disolviendo. Me empezó a arder la cara y me senté en la cama rodeando mis rodillas con los brazos. Jake devolvió la mirada al techo aun con su estúpida sonrisa.

-Me toca ¿Cuál es tu sueño?

-¿Mi sueño? Los guapos no soñamos a nosotros son sueñan.

Bufé y puse los ojos en blanco.

-Ojalá tu pene fuera tan grande como tu ego-repliqué.

-Bueno, soy un hombre con oscuros secretos, tal vez te sorprendas.

Puse lo ojos en blanco de nuevo.

-A veces creo que eres idiota, otras veces me lo confirmas.

Él rompió a carcajadas y yo no pude evitar acompañarlo. Su risa era pegadiza y melodiosa.

*¿En serio acabo de pensar eso?*

-¿Saldrás con Logan?-dijo de repente con la vista clavada al frente. De repente un escalofrío me recorrió la columna vertebral. Podría hablar con él de cualquier cosa menos de eso, por alguna razón me sentí incómoda.

-¿Qué?-pregunté deseando que no insistiera.

-Ya sabes, el te lo ofreció cuando te sacó de la celda ¿Lo has pensado al menos?

Bajo el mismo techoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora