Capitulo 15 : Pacto

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Voy corriendo por el bosque muy aprisa, mi corazón va latiendo cada vez más fuerte ciento como si se me fuera a salir de mi pecho, tengo miedo mucho miedo.

¿Acaso estoy huyendo de algo?

Siento que un sudor frio recorre mi pecho y mi frente.

̶ No huyas de tu destino, enfréntalo niñita cobarde.

̶ No jamás me detendré mientras tú sigas ahí.

Corro con más fuerza y en un instante ciento mi cara golpear el sucio suelo del bosque.

He tropezado con un tronco, típico de mi bien hecho Maia.

Maldigo en silencio y me levanto torpemente para intentar huir de lo que aún no me queda claro pero al estar de pie veo a Evan frente a mí con su típica sonrisa cínica y sus ojos grises intensos frente a mí, sus labios esos dulces labios que quisiera besar eternamente se tornan más rojos que nunca, su ropa está llena de sangre al igual que su navaja.

̶ No huyas de tu destino Maia

̶ Tu... tú no puedes ser mi destino, él es mi destino no tú.

̶ No lo puedes cambiar, nadie lo puede cambiar ya está escrito únete a mi Maia.

Posa sus manos en mi cintura y me jala de forma muy posesiva hacia él, me toma del mentón para que lo mire a los ojos pero me es imposible ya que mi mirada cae a sus labios a esos besables e irresistibles labios.

De un movimiento a otro siento sus suaves labios rozar los míos con salvajismo, con pasión con una lujuria que te envuelve que es seductora, que sin pensarlo te vuelves adicta a ella esto es tan prohibido que me hace estremecer.

Nos separamos por falta de oxígeno, de pronto veo su rostro convertirse en el rostro de mama.

̶ Maia despierta, tienes que ir a la escuela.

̶ ¿Qué paso?

̶ Es tarde faltan 20 minutos apresúrate, te prepare panqueques para que te los lleves a la escuela.

̶ Oh gracias mami te amo.

Mi madre se va de la habitación y yo me levanto de inmediato para arreglarme pero comienzo a sentir húmedas mis bragas.

Me levanto para revisar y efectivamente estoy mojada, solo soñé con besar a Evan y con eso tuve para mojarlas.

Maldito Evan, se mete hasta en mis sueños.

Me doy una ducha rápida y bajo rápidamente por mis panqueques.

Salgo literalmente corriendo de casa. Siento una fuerte mirada que me escanea cada movimiento, es aterrador sentirse observado, eso es algo que siempre me ha incomodado desde que soy una nenita.

No resisto más y volteo para ver de quien se trata pero no hay nadie, decido tomar mi camino pero Evan se encuentra frente a mi como en el sueño.

̶ Te voy a enseñar a no meterte con Evan Black niñita.-Muestra su navaja y yo abro mis ojos como platos.

̶ No te atreverías.

̶ ¿ A no, que paso con los que te quisieron violar o con los que acorralaron en un callejón? Están muertos al igual que tú en un segundo.

Corro en dirección contraria como puedo, no puedo creer que se esté repitiendo lo del sueño solo que con un propósito diferente.

Volteo con la esperanza que no me esté persiguiendo pero ahí está y casi me alcanza, siento mi cuerpo caer en algo caliente, mi pecho está cubierta por esa cosa y es apestosa.

Dulce Sabor a Muerte © Libro I y IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora