Rápidamente Vaiolet se arregla un poco y se coloca un suéter con gorro ya que estará lloviendo, al bajar las escaleras Maia aparece entrando a la casa y observa a Vaiolet con intenciones de salir.
― ¿A dónde vas Vaiolet?, estas castigada―dice Maia
―Iré a verme con Nicolás al parque que está a la vuelta ¿algún problema?
―Eres igual que tu padre de descarada, por supuesto que no iras y menos con ese
― ¿Qué te ha hecho para que lo detestes?, es un buen chico, ni siquiera te has dado la oportunidad de conocerlo, es muy inteligente y me quiere ¿Cuál es tu problema Maia?
―Que por su culpa has cambiado tu actitud a una mucho más rebelde has cometido acciones que jamás hubieses hecho por ti sola, él es un niño jugando a ser hombre él no puede protegerte y yo no todo el tiempo estoy contigo Vaiolet.
―No necesito que él ni nadie me cuide, yo puedo sola, si tú a mi edad necesitabas protección era tu culpa, si me porto así es porque es la primera vez que me he enamorado y bien sabes que lucho por lo que quiero, siempre me he portado bien como la chica buena que he tenido que ser pero hoy, lo siento mama pero no te hare caso. Lo amo Maia y esto es importante―abre la puerta y está a punto de salir cuando escucha.
―¿Tu que sabes de amor?, solo tienes 16 años, nadie sabe de eso a tu edad―dice Maia retándola con la mirada, mientras Vaiolet se acerca muy segura y le contesta mirándola fijamente.
―Si no sabías de amor, ¿entonces por qué estoy aquí? ―se gira sobre sus pies y sale rápidamente por la puerta, dejando a Maia reflexionando su respuesta.
La tormenta se intensifica, Maia se encuentra tomando un té verde para calentarse un poco cuando escuchan que tocan la puerta.
―Evan, ¿Qué haces aquí? ―dice Maia sorprendida por el estado en que se ve Evan, su ropa esta rasgada y está cubierto de agua, sus lágrimas no se ven a simple vista ya que se encuentra mojado, sin decir nada se hinca ante ella y la ve suplicante.
―He sido un idiota Maia, tu estas mejor sin mí que yo sin ti, creí que no me harías falta que solo eras una mujer más en mi vida con la cual disfrutaba jugar y humillar a mi antojo. Creí que era placentero jugar con tus sentimientos y aplastarlos para mi beneficio pues te sentía seguro y mía― Maia lo recuerda y ve fijamente hacia arriba para no llorar y se mantiene callada mientras él hace un esfuerzo para no romperse a llorar.
―Creí que era divertido comportarme como un canalla y un patán porque sentía que siempre estarías para mi incondicionalmente, quería vengarme por un sentimiento hermoso que provocaste en mí en el pasado, lo sé qué idiota― Maia solo rodea los ojos, no quiere verlo, no quiere perdonarlo.
―Creía que si te decía que era una mentira todo lo que sentimos hace 16 años haría que eso fuese verdad pero la verdad es que no, yo si te amaba más a que a mi vida, estuviste cuando más te necesite, cuando estaba más solo en este mundo y te adentre en un juego asqueroso y oscuro, mate tu inocencia y provoque que perdieras tu inocencia por mis antojos ególatras todo para lograr que yo te amara― Maia no puede soportar tanto tiempo las lágrimas y comienza a sollozar así como el.
―Y lo lograste yo te amaba, Maia nada es como yo creía fui un estúpido contigo, te lastime y te hice mucho daño yo lo sé pero con todo lo que ha pasado me he dado cuenta de que... es muy difícil para mí decirlo pero, yo me... yo me equivoque Maia si te amo, aun te amo más fuerte que nunca― ella solo niega con la cabeza ya que no puede creer lo que él está diciendo. Retrocede un poco y él se acerca caminando hincado.
― Te amo Maia Jones y te pido perdón por todo lo que hice, cometí muchos errores de los cuales me arrepiento, mi vida no es la misma sin ti, te necesito para vivir, te necesito para ser feliz no quiero vivir más en esta soledad. Quiero compartir todo lo que tengo conmigo, volver a empezar, presumirte, amarte y adorarte es todo lo que quiero hacer, tomarte de la mano y mostrarle al mundo que tú eres mi mujer― las últimas palabras rompen a Maia por completo, había visto a Evan vulnerable pero no tanto como esta vez, el intenta tomarla de la pierna pero ella se retira rápidamente.
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Dulce Sabor a Muerte © Libro I y II
General FictionSin darme cuenta ella tomo su cuchillo y me hace una gran herida placentera en mi pecho para saborear el dulce elixir que anuncia la muerte. Nos seducimos a miradas, succionamos este amor y deseo carnal que nos invade todo nuestro cuerpo, junto a un...