Sin darme cuenta ella tomo su cuchillo y me hace una gran herida placentera en mi pecho para saborear el dulce elixir que anuncia la muerte.
Nos seducimos a miradas, succionamos este amor y deseo carnal que nos invade todo nuestro cuerpo, junto a un...
Nunca había escuchado tan centrada a Maia y menos por una causa que no importase ella, aquí solo importa mi madre, ella quiere ayudarme sin importar lo que le pase a ella.
Y eso me gusta...
- No sabes la tranquilidad que me has dado al decirme eso, gracias de verdad por querer ayudarme y perdóname por meterte en esto.
- No me pidas perdón yo quise entrar en tu vida y ser algo importante para ti.- Sostiene mis manos y me siento extraño.
Observo mis manos entrelazadas en las finas y delicadas de ella, no puedo evitar sentirme una mierda por que pronto estas finas manos se mancharan de sangre de hombres mal vivientes.
Aprieto con fuerza sus manos, las beso y las acerco a mi pecho.
- Gracias te lo agradezco de corazón.
- ¿Evan Black agradeciendo de corazón?
- Por lo que amo, dejo de ser Evan Black.
- Te quiero Evan
- Te quiero Maia.
Nos acercamos y nos fundimos en un abrazo, no la había tocado desde hace días ni siquiera nos hemos besado, es como si esta situación estuviese logrando desnudarnos el alma desnudarnos en verdad, estoy viendo la Maia verdadera y ella está viendo al Evan real al que quiso conocer desde un principio y lo logro.
Me separo un poco de ella y nos miramos fijamente.
- Que comience tu entrenamiento- Ella solo me sonríe y lo tomo como una afirmación.
Llegamos al bosque donde entrenamos la primera vez, ella estaba totalmente concentrada, estiramos y calentamos nuestro cuerpo para después practicar con el cuchillo.
Ella esta vez no se quejaba solo sentía los cortes que le hacía en sus piernas y parte del abdomen, se cayó en varias ocasiones pero no decía nada solo se volvía levantar.
La lleve a un campo de futbol que esta por la escuela, la hice correr por toda la orilla repetidas veces, al principio parecía agotada pero no parecía importarle ella solo quería aprender.
Le dije que para cualquier cosa me llamara, que estuviera muy al pendiente de su celular.
Mi madre y Manuel llegaron de su viaje, no les comente nada de Edward solo quería mantener a mi madre a salvo.
Pasaron los días y no supe nada de Edward eso es muy peligroso, mi madre se la pasaba en casa planeando todo para la cena de navidad junto a Manuel.
Yo todas las tardes llevaba a Maia a entrenar cada vez va aprendiendo más rápido, tiene mejor condición física para trepar, correr, caminar incluso para nadar a un así este haciendo frio.
Creo que ya está lista para enfrentarse a lo que sea, pero la práctica hace al maestro.
- Hoy es 23 mañana mi madre estará como una loca preparando la cena, adornando etc.-Digo con fastidio.
- Si mi madre quiere que le ayude con la cena, los invitados eso será agotador pero a fin de cuentas todo saldrá muy bien, yo me vestiré de la esposa de Santa Claus.
- ¿La esposa de Santa Claus?, que ridícula e infantil Maia, serás una linda esposa de Santa.- Le digo y le toco la nariz, ella se sonroja.
- Hablando de otra cosa no tan agradable, ¿Qué has sabido de Edward?
- Nada y eso me preocupa, quiero que tengas esto.- Le muestro mi cuchillo que tiene gravado mi nombre en plata.
- Pero es tuyo
- Quiero que lo tengas como un símbolo de que algún día tendré que pedírtelo y tú me lo darás, no solo quiero proteger a mi madre si no a ti también Maia.
- Este bien, solo lo aceptare porque sé que te lo devolveré.
Me despedí de Maia y llegue a mi casa, lo raro fue es que no había nadie.
Me adentre a la cocina para comer algo en lo que ellos llegaban pero me encontré con algo aterrador.
Era Manuel sin cabeza con su aun traje puesto sin piernas y con su corazón en sus manos, tenía una nota encajada con un cuchillo en la boca del estómago.
23 de Noviembre del 2015
Querido hijo Evan:
Como te negaste a la increíble petición de formar parte de mi familia, entonces tu madre tendrá que pagar por tu estúpida decisión y más te vale entregarnos a la niña ya que si no la traes contigo tu madre y ella morirán de una más dolorosa que la de tu "papi".
Atentamente:
Tu Padre Edward Black
Mierda tienen a mi madre...
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