Evan
Odiaba comportarse de esa manera tan agresiva, tenía años sin comportarse de ese modo, siempre solía ser sarcástico y alegre claro no de la manera habitual.
Pero es que a él le hervía la sangre tan solo al pensarla con otro hombre y verla de ese modo con aquel sujeto saco lo más cruel de su ser, el solo quería divertirse con ella no quería maltratarla solo tener un buen sexo.
Golpeo la cama con rabia, ahora ella le tendría miedo y sus juegos ya no serían iguales.
"Joder Evan, tienes que controlarte, ella no buscara a otro hombre si lo tiene todo contigo... ella es tuya y lo sabe hazla de gritar de placer no de miedo, calma solo mantén la calma hombre" ―Pensó el.
Maia entra limpiándose las lágrimas y abrazándose a sí misma.
Él se levanta, la toma del mentón para después acariciarle la mejilla.
―Tranquila Maia no te hare daño, solo no voltees a ver a otros hombres, solo a mi yo puedo darte todo lo que necesitas.
―No puedes darme lo que quiero de ti
―No empecemos con eso, haber cuéntame todo lo que ha pasado en tu vida desde que nos separamos.
Ella le cuenta todo lo que paso después que lo vio desaparecer de aquel acantilado. Aun lo recuerda como si lo hubiese vivido ayer.
Maia vio cuando Evan se tiro del acantilado y sus lágrimas no paraban de salir, se quiso levantar para tratar de impedirlo pero se desmayó por la falta de sangre en su cuerpo. Al despertar tenia a toda su familia observándola, ella se encontraba pálida incluso más delgada.
Pasaron dos semanas y ya cuando casi la daban de alta comenzó a sentir muy mal, no comía, no podía dormir y todo lo que comía lo vomitaba de verdad estaba mal.
Le hicieron algunas pruebas y resulto que ella estaba esperando un nuevo bebe, al pensar que iba a tener un hijo de Evan su vida, su alma y su forma de pensar cambiaron rotundamente, solo se dedicaría en cuerpo y alma hacia su pequeño bebe.
Sus padres la apoyaron aunque al principio estaban en desacuerdo que quisiera ser madre siendo tan joven. Pasaron 5 meses y al hacerle su primer ultrasonido se dio cuenta que era una niña, durante todo el embarazo le llamaba su pequeña "Miller".
Al séptimo mes Maia tuvo un pequeño sangrado e inmediatamente sus papas la llevaron al hospital, tuvo una amenaza de aborto a causa de haber estado a punto de morir ya estando embarazada.
Afortunadamente Maia y su pequeña Killer salieron ilesas pero al momento de dar a luz hubo otro percance pues la bebe quería nacer pero Maia a un no estaba lista debido a su temprana edad.
Con suerte en el último instante, su amor por la vida y a la de su pequeña Miller pudo dar a luz a su hermosa bebe que al instante decidió llamarle Vaiolet ya que este significa "Noble guerrera" y ella lucho por vivir.
Maia le conto todo excepto lo de su hija, pues no quería que Vaiolet se acercara a un tremendo asesino que pudiera sonsacarla y convertirla a su semejanza.
―Vaya, sí que ha pasado mucho tiempo, si tu marido es gay ¿De quién es tu hija? ―Pregunta curioso Evan
―De mi esposo, antes de que fuese gay―Mintió nuevamente Maia.
―Interesante―Dijo Evan―Y cuéntame tu que has hecho―Dice intrigada Maia.
Evan le cuenta todo lo que vivió desde ese incidente, todo paso muy rápido.
Cuando Evan cayó por aquel acantilado aterrizo en la cascada afortunadamente no cayó en ninguna roca que pudiese haberlo matado.
Inconsciente el rio lo arrastro hasta dejarlo en la orilla de un bosque desconocido para él, quiso levantarse y regresar pero su cuerpo estaba demasiado herido y cansado como para seguir.
Cuando despertó, se encontraba vendado en una choza y un enano vestido de indígena que hablaba un lenguaje desconocido para él se encontraba frente a él.
Con muchos intentos medio se comunicaba con aquel indígena y su tribu. Le curaron sus heridas y lo pusieron a trabajar para que se ganara la comida.
Llegaron unos turistas al bosque y le dieron armas para que los matara, hasta ese entonces entendió que no solo eran indígenas si no eran unos caníbales que se encontraban muy alejados de la civilización y si a él no lo mataron era porque era bueno con las armas y podía matar a sus semejantes para dárselos de alimento.
Con facilidad alguna mato a los pobres forasteros y uso su tecnología para comunicarse con el amigo abogado del ya muerto Manuel.
En cuestión de días dieron con él y se despidió amablemente de los caníbales para después irse con el abogado.
Después de acogerlo en su casa y tratarlo como uno más de sus hijos Glenda esposa del abogado decidió adoptarlo pero el decidió conservar el apellido Black ya que a pesar que era de su padre para él se escuchaba muy bien su apellido con su nombre.
El abogado lo obligo a terminar sus estudios y lo ayudo a ingresar a su empresa, años después el abogado se retiraría para dejarlo a cargo de la empresa que de un principio le pertenecía a Manuel.
Después de darse unas merecidas vacaciones, conoció a Mark un agente de bienes y raíces que conoció en Alemania en un famoso bar llamado "Guantanamera", su química fue tan buena que juntos se unieron para vivir en un departamento mientras Mark lo inducia a su tipo de juegos.
Al terminar de contarle todo lo vivido a Maia, ella quedo un poco más aclarada de sus ideas y sobre su abandono.
―De modo que...
―De modo que a como fueron pasando los años si pensaba en buscarte, pero no tenía la voluntad ni la oportunidad de buscarte, cuando llegue aquí a estados unidos te busque como un loco hasta que di con... lo importante es que te encontré y ya estás conmigo y no te pienso dejar ir―a Maia se le ilumino la mirada al escuchar aquello último.
―Pero eso no significa que dejare de jugar a lo que estoy acostumbrado―Dice con una sonrisa pícara Evan
― ¿Y qué es lo que juegas?
―Ya lo veras, sé que te gustara.
La toma del mentón para después besarla en los labios dulcemente, terminando el beso con un mordisco en su labio inferior y superior.
Así es como Maia vuelve a caer en los encantos y palabras de su amado Evan.
Así se hace Evan, ya la tienes en tus manos...
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Dulce Sabor a Muerte © Libro I y II
General FictionSin darme cuenta ella tomo su cuchillo y me hace una gran herida placentera en mi pecho para saborear el dulce elixir que anuncia la muerte. Nos seducimos a miradas, succionamos este amor y deseo carnal que nos invade todo nuestro cuerpo, junto a un...