Vaiolet
"joder, odio este encierro, odio estar castigada y todo lo que esto implica"―Pensó Vaiolet.
Sonó su celular y vio que era un mensaje de Nicolás.
Nicolás: Hola mi poli, ¿Cómo estás?
Vaiolet: Mal, este encierro me produce ganas de vomitar y me pone de malas, pero tú ¿Cómo estás?
Nicolás: Mal porque tu estas mal y no he podido verte
Vaiolet: Lo sé, maldita huelga, quiero verte y estar contigo aunque sea un momento mi mama no está y me puedo escapar.
Nicolás: ¿No estaba tu papa en casa?, aparte los guardias podrían verte.
Vaiolet: Para nada, mi papa se la lleva hablando con su pareja gay de Boston y mi mama salió no sé a dónde así que quiero verte.
Nicolás: Es muy peligroso poli, ya que casi es media noche, yo también muero por verte y estar contigo pero no quiero causarte más problemas
Vaiolet: ¡Que quiero verte he dicho!, si no vas al parque iré a tu casa no me importa
Nicolás: No, no vengas Milán podría verte y con lo comunicativo que es podría meternos en problemas a ambos, de acuerdo estaré en 20 minutos en el parque cerca de tu casa y Poli ten mucho cuidado.
Vaiolet: Esta bien mi corazón atómico, te veo en 20 minutos te quiero.
Vaiolet, que momentos antes se encontraba solo en sus boxers morados preferidos, se mete rápidamente en sus mallones negros y se coloca sus converse, se arregla su larga melena lacia de color negro y se observa en su espejo, su mirada brilla de felicidad, alegría y travesura... es amor.
Como no es la primera vez que se escapa de casa sale por su terraza y brinca hacia el árbol de enfrente. Baja por el árbol y se va corriendo para encontrarse con su corazón atómico.
Maia...
Evan se encontraba calmando a Maia ya que esta agrego otro asesinato a su lista, ella estaba completamente llena de ira y de energía mala, Mark se acerca para intentar tocarla pero Evan se la retira de la vista.
Maia comienza a llorar cayendo en cuenta que de nuevo saco su lado más oscuro y reprimido que escondía en su alma y en su pasado.
Se limpia sus lágrimas con coraje y mi hacia Evan luego hacia el cuerpo―Se lo merecía―Suelta y se sube al auto, los hombres terminan de recoger todo junto con el cuerpo de la ensangrentada y desfigurada mujer para después irse rumbo a la mansión de Evan.
Mark sin desperdiciar oportunidad se sentó al lado de ella y en todo el camino Maia durmió sobre el hombro de Mark.
Al llegar ella se despierta y de nuevo ve el cuerpo ya que este comienza a oler muy mal.
―No planeaba deshacerme de un cuerpo casi a la media noche Maia―Dice Evan
―No planeaba cometer otro asesinato, pero ella no me dejo alternativa―Mark se acerca a ella y la abraza―Oh Mark no quiero volverlo a hacer―Él le acaricia el cabello cariñosamente mientras Evan observa tal acto.
―No prometo nada y es que te veías tan sexy y hermosa matando y desfigurando a aquella mujer utilizando estas bellas manos de princesa asesina―Maia suspiro al escuchar esas palabras del guapo Mark mientras le tocaba sus manos, aún quedaba un poco de ingenuidad en ella puesto que es típico de Maia.
―Ya baje todo del auto, Mark esconde el cuerpo entiérralo yo que sé, llevare a Maia a su casa―Dice Evan arruinando el momento―De hecho ya había quedado con Mark de que el me llevaría a casa―Dice Maia y Mark toma con posesión la cintura de ella―No te importa ¿verdad brío? ―Dice Evan y Mark le abre la puerta del copiloto a ella para después adentrarse en su auto y salir del garaje.
―Para nada―Susurra Evan apuñando las manos con fuerza muy molesta.
Llegan a la casa de Maia y se quedan dentro del auto, Mark iba a decir algo pero es interrumpido por los labios de Maia en los suyos.
Se dan un tierno pero apasionado beso, el baja sus manos hasta su trasero y lo aprieta contra él, eso hace jadear a Maia y finalizan su beso con una mordida en sus labios.
―Gracias Mark―Dice Maia, ― ¿Por qué? ―Pregunta el―Por portarte tan dulce y lindo conmigo no todos se portan a si conmigo.
―Por qué no todos interesan en ti Maia, lo cual es raro siendo una mujer tan impresionante―Dice Mark y Maia solo sonríe sonrojada.
―Ay Mark, que cosas dices ¿Quién se fijaría en mí? Siendo como soy aburrida y sin gracia ni el propio Evan en su tiempo se enamoró de mí por dios ¿acaso no me has visto? ―Dice Maia sin hacer caso omiso de la intensa mirada café de Mark, toma su mentón y se acerca a su boca―Por qué te he visto demasiado cerca y muy bien puedo afirmarte que me gustas y que cada día me estoy enamorando más de ti, es que no necesitas algo mas Maia simplemente me encantas y no me pienso separar de ti―.
Maia se quedó completamente atónita ante las fuertes palabras antes mencionadas por aquel titán de Mark, ella nerviosa solo sonríe mientras la luz de la luna hace brillar sus azulados ojos.
―Tengo que averiguar cómo ha estado mi hija, nos vemos después Mark, te quiero―Le da un rápido beso en la mejilla a Mark y sale rápidamente del auto para entrar a su casa.
Mark soba el volante y lo golpea gustoso, ―Vas a hacer mía Maia―De pronto unos golpes al vidrio lo sorprenden es una mujer con prendas de ropa en mano.
Maia...
― ¿Qué sucede Maia? ―Dice Mark alarmado―Mi-mi hi-hija no está, Vaiolet no está.
Maia no puede respirar muy bien ya que esta alterada de sus nervios por no encontrar a Vaiolet en casa, se toca su pecho y comienza a llorar desesperadamente.
―Tranquila Maia, yo te ayudare a buscarla pero tranquilízate―Dice Mark pero sus palabras no la calman ni tantito―lla-llámale a Evan, si, llámale él tiene que saberlo―Dice Maia.
― ¿Por qué a él?, aquí estoy yo y conmigo basta, no le llamare―Dice un poco molesto Mark―El ti-tiene que saberlo porque es su...―Un auto los ilumina y se estaciona detrás de ellos, el conductor baja y para su sorpresa es Evan.
Ella corre a sus brazos y llora desconsoladamente en sus brazos.
―Vaiolet no está en casa, su ventana está abierta, se ha escapado tienes que ayudarme Evan te lo suplico―Evan siente que el mundo se mueve y no sabe por qué, una sensación de desespero y angustia entra en él. ―Vamos a buscarla esa niñita no debe estar muy lejos, ponte la ropa en el auto y andando―.
Maia entra al auto con Evan, se coloca su ropa y se marchan para buscar a Vaiolet, Mark sin saber que hacer hace lo mismo.
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Dulce Sabor a Muerte © Libro I y II
قصص عامةSin darme cuenta ella tomo su cuchillo y me hace una gran herida placentera en mi pecho para saborear el dulce elixir que anuncia la muerte. Nos seducimos a miradas, succionamos este amor y deseo carnal que nos invade todo nuestro cuerpo, junto a un...