Escucho un ruido en la terraza pero no me levanto para ver que es, esta una fuerte tormenta ahí a fuera solo lograre mojarme y ya estoy muy enferma como para enfermarme más.
Tocan la ventana y me estremezco, siempre he tenido miedo de la oscuridad y ruidos extraños de mi habitación, sé que soy vieja para seguir teniendo miedo pero no puedo evitarlo.
Me cubro con las sabanas tengo demasiado frio, me asomo un poco para notar la fuerte luz de la luna que se traspasa de mi puerta de cristal frente a la terraza.
Mala decisión...
Veo la silueta de un gran hombre vestido de negro en la terraza, la luz de un rayo ilumina su traje negro de cuero, es fornido e intimidante.
Me cubro nuevamente con la sabana, ya estoy comenzando a alucinar y no quiero despertar a mi hija con tontas pesadillas.
Vuelve a tocar la puerta de cristal, estoy fría del miedo que me produce la presencia de ese hombre que ya estoy comenzando a dudar de que en realidad sea una alucinación.
Tranquilízate Maia, tienes 31 años nadie vendrá a matarte...
¿Y si es un ladrón o un asesino?
Los asesinos no deberían darme miedo, ¡por dios! ¿Qué estupideces estoy pensando?
Tal vez solo este soñando, cierro mis ojos con fuerza tratando de atraer algo de sueño, pero no, no lo consigo me aterra la idea de que haya un hombre ahí afuera.
Vuelven a tocar la ventana...
Volteo y sigue el hombre de negro parado frente a la puerta de cristal viéndome fijamente, posa su mano en el cristal y la arrastra y con una seña me indica a que me dirija hacia a él.
Indecisa me levanto y me coloco mis sandalias, por alguna extraña razón obedezco la petición de un extraño hombre vestido de negro que posiblemente sea un asesino y violador.
A pasos lentos me acerco a la puerta de cristal, siento un escalofrió que recorre mi espina dorsal, abro la puerta y un fuerte aire frio de la tormenta mueve mi cabello.
El hombre se acerca a mí y posa su helada mano con guante de cuero en mi rostro, esta tan cerca de mí que siento su mentolado aliento y debo decir que es delicioso.
Trae cubierto medio rostro con un trapo negro como toda su vestimenta y apenas puedo fijarme en su mirada.
Esos penetrantes ojos grises me parecen muy familiares
Es el...
ESTÁS LEYENDO
Dulce Sabor a Muerte © Libro I y II
General FictionSin darme cuenta ella tomo su cuchillo y me hace una gran herida placentera en mi pecho para saborear el dulce elixir que anuncia la muerte. Nos seducimos a miradas, succionamos este amor y deseo carnal que nos invade todo nuestro cuerpo, junto a un...
