Vaiolet
Busca por toda la escuela a Nicolás pero no lo encuentra, revisa salón por salón, pregunta a sus compañeros pero parece que nadie lo ha visto por ningún lado.
Cansada de tanto buscarlo se recarga un momento en unas escaleras y escucha unos sollozos que provienen debajo de ellas.
Se asoma para revisar que los ocasiona y ve a un chico cubriendo su rostro con los brazos.
―Nicolás, te he estado buscando mucho, no te vuelvas a ir así―Dice Vaiolet en tono preocupado, este la mira y le da la espalda.
―Mírame por favor― suplica Vaiolet―Yo no creo nada de lo que dice Milán, yo creo en lo que veo y veo a un chico fuerte y muy inteligente que lidia con el tarado de su hermano y que no se defiende cuando este lo agrede―Nicolás abre sus piernas y muestra sus pantalones.
―Me hizo un favor―Vaiolet hace un gesto incrédulo― Yo si me orino en los pantalones cuando él me agrede, me hizo un favor al tirarme el jugo encima―Vaiolet se cubre la boca de la impresión.
―Ya puedes reírte, qué más da, todo el mundo ya lo hace― Vaiolet frunce el ceño ante la insinuación de ser como los demás― Yo no soy como ellos, te quiero y no me gusta ver cómo te deja en ridículo, te ofende y no haces nada para remediarlo, espero que aprenda a que ya no estás solo y si te molesta a ti, me molesta a mi― Nicolás solo la observa.
―Le baje los pantalones frente a todos― Dice soltando una carcajada, él se cubre su boca y se ríe con complicidad―Nicolás, él te ha hecho mucho daño durante toda tu vida es obvio que le tienes miedo y orinarte es lo más normal que puedes hacer para representar tu miedo, eso no me molesta... me enamora más que seas así de inocente.
― ¿Te enamora que moje mis pantalones? ―Pregunta Nicolás sonriendo pero con lágrimas aun en sus ojos y ella solo se limita a contestar ―Así es ―.
Vaiolet lo abraza y ambos salen de debajo de las escaleras, le toma de la mano y lo lleva hasta la cafetería.
― ¿Para qué me traes de nuevo aquí?, se burlaran de mi―Dice enfadado Nicolás ―Ya lo veras ― dice Vaiolet.
Al entrar todos comienzan a susurrar cosas de ambos y se ríen de Nicolás. Vaiolet se sube a una de las mesas y pide la atención de todos.
― ¡Escuchen!, bastante tiene Nicolás con aguantar al tarado de su hermano como para que todos se rían cada vez que lo vean por los pasillos, ¿tan raro es la orina para ustedes? ― Nicolás se sonroja con lo último dicho y todos se miran entre sí.
―Todos orinamos es una de las necesidades básicas de la vida, entra un líquido a nuestro cuerpo tarde o temprano tiene que salir o no―todos se ríen y asientan― Cuando se es maltratado por mucho tiempo una de las formas de demostrar la vulnerabilidad es orinarse en los pantalones, ¿Quién no se orinaba de niño al ver una película de terror?, levanten su mano ― Varios levantan su mano.
―Todos tenemos miedos, él tiene sus propios miedos y se orina en sus pantalones para demostrarlo, yo tengo miedo de perderlo a el― Todos voltean a verlo y Nicolás baja la mirada avergonzado, Vaiolet toma una cajita de jugo que había en la mesa― Tengo miedo de perder al único chico que me ha hecho feliz, que me hace cometer locuras y purifica mi amor por el― todos canturrean el sonido haciendo referencia de lo tierno que sonó lo anterior dicho.
―Tengo miedo, así que voy a demostrarlo orinando mis pantalones como el― Se tira el jugo en sus pantalones― Ríanse y búrlense de mí por tener miedo, ¿ahora entienden mi punto? ― Todos callan y se observan entre sí, al entender el objetivo de lo que quería expresar Vaiolet, algunos graciositos se tiraron el jugo encima y bailaban para llamar la atención, una chica robusta, alta y algo gordita que intimidaba bastante se subió a una mesa y se tiro el jugo en sus pantalones― Tengo miedo y tiro mi jugo en los pantalones ¿Quién se atreve a reírse de mi hijos de puta? ―todos callaron y pararon de reírse, la chica intimidante les guiño el ojo a Vaiolet y Nicolás para bajarse de la mesa y regresar a su asiento.
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Dulce Sabor a Muerte © Libro I y II
General FictionSin darme cuenta ella tomo su cuchillo y me hace una gran herida placentera en mi pecho para saborear el dulce elixir que anuncia la muerte. Nos seducimos a miradas, succionamos este amor y deseo carnal que nos invade todo nuestro cuerpo, junto a un...