Capitulo 16: Celos

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Maia

Pasaron algunos días del suceso de Vaiolet, la niña se ha portado muy bien no hay indicios de que se encuentre embarazada y por supuesto sigue sin dirigirle la palabra a su madre.

John regreso de su viaje y se encuentra descansando una semana, Maia no ha ido a trabajar ya que los maestros se encuentran en huelga, algo en que ella no puede participar ya que es esposa del alcalde.

Llego el clima bipolar al condado, calor de día y frio de noche, Maia no lo soporta y menos que esta John en casa y mantiene todo cerrado ya que si ven algo sospechoso sería un chisme total con los paparazis.

No ha tenido ninguna llamada de parte Mark o de Evan, tal vez está demasiado ocupado jugando que no le alcance el tiempo para jugar con Maia.

Maia se encuentra leyendo mientras John habla por su celular con su pareja en Boston.

De pronto un ruido se escucha en la terraza pero Maia no le toma importancia ya que lo más peligroso ha entrado a su casa.

Se abre el ventanal y entra el hombre de negro con su pañoleta cubriéndole la mitad del rostro.

― ¡Aaaaah! Maia querida sálvame―Dice de manera muy femenina aquel hombre corpulento de facha presidencial, mientras que Evan el hombre de negro suelta unas carcajadas.

―Me decías que él era homosexual pero no creía que tanto, tranquilo amigo solo soy un asesino que entra a tu casa cuando no estas y que por cierto ha burlado tu sistema de seguridad muchas veces, te recomiendo no delatarme porque si lo haces te mueres. ―Dice Evan

― ¡Ay Maia! Dile algo este grandote me está amenazando

―Solo no digas nada y no habrá porque matarte―Dice Maia.

― ¿Tú también eres una asesina? ―Dice John, ella saca un cuchillo y lo gira en sus dedos profesionalmente.

―Sí, solo que mato cuando algo enserio me molesta―Dice mirando fijamente a Evan. ―Él es Evan del que te conté―este se para y lo observa completamente.

―Oh ¿ósea que él es el padre? ―Dice John y Maia abre sus azulados ojos como platos.

― ¿Qué?, ¿padre de quién? ―Dice Evan

―Padre de sus sueños y sus tristezas ya que ella siempre lloraba por ti, ¿Qué no estaba muerto?

―Larga historia, luego te cuento, voy a salir con la cuida a Vaiolet y que haga su tarea por favor.

―Claro nena, yo la cuido vete sin problemas.

Ambos salen por la terraza y se suben al auto de Evan, charlan un poco y de pronto llegan a la mansión de este.

―Hola Mark, ¿Qué tal? Te ves guapísimo. ―Dice Maia mientras Evan se quita su traje.

―Hola preciosa, estoy muy bien te ves radiante―Le da una vuelta. ―Tengo demasiado calor, esto me está matando―Mark y Evan se miran pero el ultimo asienta no muy convencido.

― ¿Quieres ir a la playa? ―Dice Mark―Por supuesto― contesta Maia y Evan solo sonríe.

Evan le habla a Melina para que nos acompañe y los cuatro arreglan todo para irse.

Melina está en el copiloto mientras Evan va conduciendo y Maia junto con Mark van atrás.

En todo el trayecto Evan puede observar como estos están más acaramelados el uno con el otro, se dan besos, se tocan sin importar que ellos dos se encuentren presentes.

Dulce Sabor a Muerte © Libro I y IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora