XVIII

637 109 4
                                    

Finalmente acabé llamando a tu ventana, estaba nervioso, ¿seguirías enfadada?

No podía evitar sentirme mal.

Opté por hablarte con normalidad, con la esperanza de que tu me siguieras el juego, y así fue, por un segundo pensé que no había dejado de hablarte en todo el tiempo.

Salir por la ventana no fue tan complicado esta vez, aunque por desgracia no fui igual de educado y caballeroso que el principe que esperabas, y Campanilla menos aún.

El andar a tu lado, viendo como tu sonrisa iluminaba el mundo me hacía sentir peor, por lo que opté por contarte el motivo de mi enfado, mi pasado, deseando que así no curiosearas más en él, yo no me enfadaría y tu no llorarías.

Todos salimos ganando, ¿no?

Wendy, a estas alturas me doy cuenta que el no contarlo hacía que me atormentase más.

Cartas a Wendy [#1.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora