XLIV

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Me enteré de la muerte del Capitán Garfio y sentí como arrancaban una parte de mi.

Una parte algo misteriosa y sin sentido, pero tuve un aprecio por el hombre inigualable.

Tootles me avisó de que todos los niños perdidos se reunirian, ya que había dejado algo para cada uno de nosotros; sin embargo, le dije que me encubriera, ya que tampoco estaba listo para verles a ellos.

Smee me dijo que el Garfio me había dejado su barco en mis manos, con una frase en mi honor:

-"Jacob, con esto ve y encuentra tu deseo, ya va siendo hora de que dejes de esconderte."

La vi hecha a medida para mí, pero sabía que yo no era el remitente, a pesar de todos los años respondiendo a ese nombre.

-Señor Smee, no puedo aceptarlo, esto es para usted, no para mí.

-Es cierto que soy el Jacob que un día salvó y quiso, pero esto hijo, esto no es para mí. A mi ya me ha dejado algo mucho mejor.-respondió el hombre bonachón palmeandome la espalda.

Ilusionado me subi al barco, junto a Campanilla, que parecía poner polvo de hadas al lugar, haciéndolo incluso mágico.

Puse en marcha el motor.

Smee me detuvo, entregandome una preciosa brújula, y esplicandome que era tuya.

Me dijo que esta, según el capitán, te guiaba y siempre marcaba el destino correcto, cumpliendo tu deseo más preciado.

No sé si lo sabes, pero el deseo de James Fry se cumplió.

Él deseaba morir Wendy, sólo así podría volver a reunirse con la persona que mas amaba.

Por suerte, yo no tenía que arriesgarme tanto.

Cartas a Wendy [#1.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora