Cartas a Wendy [#1.5]

XXV

Llegó tu cumpleaños, y no te iba a dar el placer de verme molesto por eso, así que fui a ver al capitán y su cuidador.

El señor Smee nos hizo chocolate caliente y Garfio ese día estaba tranquilo, por lo que se podía intentar lo de mantener una conversación.

-Estas callado Jacob, ¿te has quemado la lengua?.-me preguntó el hombre, nunca supe el porqué, pero siempre me llamó así.

-No, estoy enfadado.

-¿Porqué?¿Es que el chocolate tiene la culpa de lo que le pasó a Pomi?.-dijo dispuesto a pegar a la taza, tampoco sé quien era Pomi, pero siempre me mencionaba ese nombre.

-No, Pomi esta bien.-siempre le decía lo mismo para que se relajase.-Es solo que es el cumple de Wendy.

-Mi Lisa se hace mayor, hace tan poco que nació.-susurró el hombre a punto de llorar.

-Wendy, no Lisa.-corregí.-Y no quiero ir a celebrar su cumpleaños.

-Anne no me habla desde la vez que la dejé sola.-contestó mirando a un punto fijo, tiempo atrás ese gesto me aterraba, sin embargo había llegado a acostumbrarme.

-Si no voy, ¿Wendy me odiará?.-le pregunté, siempre intentaba buscarle sentido a sus frases.

-¡Ve!¡Dile que el cocodrilo aún no ha podido contigo!¡Corre antes de que sea tarde!.-no tomé en cuenta la frase intermedia, ya que nunca llegué a pillar su historia con "el cocodrilo", ni Smee quería contármela y eso que le encanta hablar.

-Pero, ¿Cómo voy a disculparme?.-dije con el corazón a cien, dispuesto a echar a correr hacía su casa, ya que a esas horas dudaba que siguiera por la calle.

-Peter, no sabía de que te gustaban las magdalenas, así que les he puesto un poco de chocolate y...

Antes de que Smee dejara la bandeja en la mesa yo ya había agarrado dos, dispuesto a regalarte una, pero el hombre me detuvo.

-Una vez que cierre para siempre su ventana, no habrá forma de abrirla.-me susurró el capitán, intenté buscarle sentido a la frase y una ligera idea pasó por mi cabeza.

Una vez que cierre la ventana, crecerá, se irá y me olvidará.

Cogí un rotulador y mientras corría por la calle escribí una frase.

Hey niña grande, nunca cierres la ventana