IXX

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Lloraste de nuevo, aunque esta vez no lo hice a proposito.

Nunca pensé que lo que le sucediese a una persona pudiese afectar a otra, por lo que nunca creí en nadie, pero tus lágrimas eran tan sinceras.

Llorabas por mí, por mi pasado, por mi disculpa oculta.

No pude verte así, y por reflejo te abracé diciendo lo mucho que amaba tu sonrisa, fue el abrazo más cálido que había dado hasta el momento.

Al volver a mirarte me regalaste la mejor sonrisa que había visto, lo que me recordó que no te volvería a ver en un tiempo.

Te lo dije, lo cuál tambien te afecto, pero de otra forma.

Estabas alegre de que pudiese tener una familia, dejando de ser un huérfano que juega entre los árboles.

Yo no veía la parte buena, iba a estar aproximadamente un mes con una pareja que intentaría hacerme feliz con cosas que no me gustan, videoconsolas, libros y un precioso futuro.

Mi lugar estaba en nunca jamás, entre niños perdidos que no quieren crecer, jugando eternamente con la imaginación y molestando al viejo capitán hasta el anochecer.

Wendy, ambos esperabamos cosas distintas en ese momento.

Cartas a Wendy [#1.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora