XLVII

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Pan crecía mientras el tiempo pasaba más y más rápido.

Cuando quise darme cuenta, tú ya habías decidido buscarme, y yo seguía siendo el mismo niño cobarde, aunque esta vez, tenía miedo de que me encontrases, no de perderte.


¿Seguirías igual?


¿Me querías?


¿Te decepcionaré?

Estaba junto a Tootles el día que le llamaste preguntando por mi, y en su habitación reinó el pánico cuando me enteré de la llamada.

En un principio yo iba a contestar a la llamada, así tu dejarías de buscar y yo lograría calmarme escuchando tu voz, pero tenía tanto miedo a no estar preparado, que decidí hacer justo lo contrario.

Al final, yo estaba supuestamente muerto, Tootles enfadado conmigo, y tu llorando en tu habitación.

Sin duda, resolver ese tipo de problemas nunca fueron mi fuerte.

Wendy, si tras eso me vuelves a ver, ¿estarás enfadada?

No te juzgaré si no vuelves a hablarme después de todo lo que te he hecho pasar, ya que si fuera yo, no querría verte ni en pintura.

Pero aún así, ¿esta mal que piense que puedes perdonarme?

¿Está mal que piense que aún hay esperanza?


Cartas a Wendy [#1.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora