XXXII

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Desde mi primer cumpleaños en el orfanato hasta el momento, Madelen y el resto de maestros habían decidido no esforzarse, manteniéndolo cómo un día normal, pero si hacía alguna travesura en el día se hacían los ciegos, perdonándome como regalo.

Yo lo veía bien así, no me gustaba que le dieran tanta importancia a ese tipo de días, pero me sorprendió verte al despertar.

No dudé en ir a contarte cómo finalice el día, admirando la sonrisa que ocultabas.

El día había empezado bien para mí, y decidí mentalmente que quizás ese no iba a ser un comienzo tan gris, pero como siempre, llegaste dispuesta a cambiar mi mundo.

¿Porqué estabas tan empeñada en que creciera? Yo estaba bien así, y tú también, no lograba ver que estaba mal.

Antes de que pudieras hacer algo más que destrozara mi día gris, huí.

Wendy, siempre me viste como alguien valiente, confiado, seguro de sí mismo, egocéntrico, puede que algo caprichoso, pero no era nada de eso.

Era un cobarde, que se escondía tras una gran fachada para que no pudiera herirle nada, que huía cuando la cosa salía de mi control, que no era nada en comparación a lo que tú creías saber.

Aún en pijama, sin saber donde tirarme a llorar y con el frío clavándose en mi alma acabé en nunca jamás.

Allí, tras muchos años, volví a llorar hasta el punto en que mis ojos no podían dar más.

Intenté recordar a mi madre, ¿Cómo era? No tenía ni idea y he de confesarte que las descripciones anteriores que te había hecho, tan solo son una suposición ya que sigo sin recordarla.

Me agobié, no entendía como era posible que no pudiese encontrar una imagen para una persona a la que amé tanto.

Y de mi padre tan solo recordaba una sombra.

Frases, eso era lo único que me quedaba de ellos.

"Mi amor, eres la viva imagen de tu padre."

"Te quiero, Peter"

Enjugué mis congeladas lágrimas.

"-Peter, ¿ves esas luces en el cielo?¿A que son bonitas?.-me preguntó mi madre señalándome el cielo.

-Son estrellas mamá, no luces.

-Te equivocas, no son ni luces ni estrellas, son sueños.-respondió mi padre.

-¿Sueños?

-Exacto, son los sueños de las personas que no llegaron a cumplirse."

Por eso Wendy, yo tengo dos estrellas, la primera es mi deseo por volver a estar con ellos, por un mundo en el que esa noticia no hubiera ocurrido.

Y la segunda es el deseo de un mundo mágico, en el que puedo volar, en el que ni el tiempo ni la lógica existen, en el que tú y los niños perdidos habitáis sin preocupaciones.


Cartas a Wendy [#1.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora