Mundos paralelos

La segunda vez que la vi

Al día siguiente, tampoco fui al colegio, me levanté de nuevo por la mañana, y miré por la ventana, después de darle muchas vueltas, llegué a la conclusión de que no habían sido imaginaciones mías, que realmente vi a esa chica.

Ese día no tuve que limpiar la ventana, no nevaba, así que la abrí, aunque hacía un viento muy frío, pero a pesar de ello, ella se mantenía en el mismo lugar.

-¡Lo sabía, no era una imaginación, es real!- No sé aún por qué lo tuve que decir tan fuerte,

pero gracias a ello, aquella chica logró escucharme, y se giró.

Su largo y liso pelo negro se alborotaba por el viento, y le tapaba su pálida cara, aun así pude mirarle fijamente, tenía unos ojos grandes y marrones, pero tenían forma achinada, muy peculiar, pero, no pudo darme tiempo a ver más de su rostro, ella se fue corriendo, la verdad es que me impresionó que corriera tan rápido, y también me impresionó que, a pesar de que nos miramos tan solo un segundo, para mí, esa mirada fue eterna, y lo sigue siendo.

Me quedé mirando como esa chica se desvanecía en la lejanía del horizonte, hasta que ya no pude divisar su figura. Cerré la ventana y me metí de nuevo en la cama, me tomé los medicamentos e intenté dormirme, aunque no lo conseguí.

Aquella chica era demasiado extraña para mí, no sabía por qué se comportaba de aquella forma, y pensé que quizás se había ido de casa, por problemas con su familia, o que hacía novillos y tenía miedo de que la viera alguien y avisaran a sus padres. No sabía nada, por aquel entonces, yo podía imaginarme sobre ella cualquier cosa, cualquier cosa menos lo que realmente sucedía...

Aquella tarde vinieron todos mis compañeros a verme, algunos me trajeron dulces, para cuando me mejorara y otros apuntes y deberes, la verdad es que no me apetecía nada tener que ponerme con toda esa faena, pero era lo que tocaba, aunque mi cabeza estuviera en otro lugar.