Un grito estrepitoso me despertó esa mañana.
-¡Zeth!- Chilló mi madre.
-¡Zeth!- Volvió a chillar al ver que yo no respondía.
Miré mi reloj, pues esos chillidos solo podían significar una cosa, efectivamente, me había dormido y solo tenía 10 minutos para vestirme, preparar la mochila, desayunar y llegar al instituto, todo un récord si lo lograba hacer todo y sin llegar tarde, claro.
Me apresuré en ponerme lo primero que vi y metí en la mochila los libros que me tocaba llevar ese día, eso ya había ocupado 5 de mis 10 sagrados y únicos minutos.
Salí de mi habitación y llegué corriendo a la cocina donde mi madre me había preparado un vaso de naranja 100% natural.
-Bébetelo antes de que se vayan las vitaminas- me dijo mientras limpiaba la encimera de la cocina.
Me lo bebí lo más rápido que pude y cuando había terminado lo dejé en la mesa.
Me disponía a salir corriendo de casa cuando noté la mirada de mi madre que se clavaba en mi espalda, eso me hizo frenar en seco.
-¿No te olvidas de nada?- Me dijo mi madre con una mirada cómplice, ella sabía que yo sabía lo que me quería decir.
-Oh mamá, llego tarde-Refunfuñé
Mi madre seguía con esa mirada, al final me rendí. Si no lo hacía me podría haber tirado toda la mañana aguantando la mirada sin que ella se rindiera, siempre aguantaba la mirada hasta el final. Le besé en la mejilla y me fui lo más rápido posible, todo lo que mis piernas me permitían, con un poco de suerte no llegaría lo suficientemente tarde como para ganarme un sermón.
Cuando llegué al aula la clase ya había empezado, todos aquellos ojos me miraron al entrar, todos menos los de Letha, la nueva alumna que como de costumbre estaba mirando por la ventana, y de nuevo el sol le daba a su cabello ese toque cobrizo entre rojo y castaño claro.
Su mirada serena, pero a la vez vacía, se movieron hasta encontrarse con los míos.
Al no esperarme su reacción me pilló desprevenido y no pude más que bajar la mirada y caminar hacia mi asiento.
-La próxima vez intenta llegar un poco más temprano, señor Zeth- Me dijo la profesora Hortense, con su peculiar cara de pocos amigos, que según mi teoría, todo el tiempo que estuvo aprendiéndose la historia del mundo para poder ser profesora de ésta materia, debió sacrificar toda su poca vida social que le quedaba.
No dije nada, me senté y saqué mis cosas, abrí el libro por la pagina donde nos encontrábamos y Hortense siguió dando la charla sobre la historia de Europa oriental en el siglo XVII.
Después de una larga y aburrida hora, sonó el tan esperado timbre que todos deseábamos escuchar, todos se pusieron en pie y se reunieron con los compañeros para charlar y desconectar antes de empezar la siguiente clase.
-¿Cómo es que has llegado tarde Zeth?-Me preguntó Gwen. En cuanto fijé la mirada en ella ésta se ruborizó y bajó su mirada hacia sus manos, sus dedos jugueteaban nerviosos con las mangas de su camisa, por un momento me pareció la chica más tierna y mona del mundo.
-No entiendo por qué lo preguntas, es de esperar... Se ha dormido- Karen respondió por mí.
-Seguro que estuviste toda la noche despierto mirando alguna revista guarra- Mientras Ray pronunciaba estas palabras todos se reían, incluso Gwen, aunque lo hizo tímidamente.
-Cree el ladrón que todos son de su condición, Ray- Dejé esa frase en el aire y ya no escuché nada más, la causa, Letha me miraba, y yo le correspondí con otra mirada. Ella enseguida se apresuró a recoger sus cosas, pero a pesar de hacerlo rápidamente, lo hacía con tranquilidad y calma.
Quise sacar algún tema con el cual entablar una conversación con ella, quería saber sobre su vida, las típicas preguntas que se pregunta uno, y que se preguntaba toda la clase, ¿Por qué has venido aquí a vivir? ¿Te gusta el instituto? ¿Qué haces en tu tiempo libre?
Pero era tan callara y reservada que nadie se lo preguntaba, y yo, no me veía con fuerzas de alcanzarla, aunque sabía que ella nunca me diría nada sobre su vida.
Al final me decidí, me dije a mi mismo que no había nada de malo en hablar con ella, que no estaba haciendo nada del otro mundo, así que me apresuré para alcanzarla.
-¡Letha, espera!- La verdad es que me moría de vergüenza por haber nombrado su nombre. Ella se paró, pero ni siquiera se dio la vuelta para mirarme.
-Oye, había pensado que...-Ahora no sabía qué decirle, había sido muy impulsivo al querer hablar con ella sin haber pensado en algún tema de conversación, y en ese momento simplemente pensaba en huir, pero ya era demasiado tarde, así que me las ingenié como pude.
-Había pensado que podríamos ir a algún sitio, me preguntaba que al ser nueva quizás no conocerías mucho el pueblo y si quieres yo podría enseñarte las cosas más importantes de aquí, siempre y cuando tú quieras, claro.- Creo que dije la típica excusa para ligar, aunque en realidad no fuera así, solo sentía curiosidad por ella, pero estaba seguro que sin mirarme ni decirme nada, ella seguiría andando como si lo que le acababa de decirle nunca hubiese ocurrido.
-Mmm...-Murmuró, hasta que después de unos largos segundos contestó.- No me importa, si a ti te apetece no hay problema.
No me lo podía creer, acababa de conseguir mi objetivo, la verdad es que no me esperaba esa respuesta, pero era cierto, no me había negado mi propuesta.
-Está bien, entonces quedamos a las 18:30 de la tarde enfrente del instituto, hasta entonces.
Le sonreí tímidamente durante un segundo, y la verdad no sé por qué sonreía, ella no me había mirado en ningún momento, pero aun así una incomprensible sensación de emoción inundó todo mi cuerpo y me estremecí al pensar que en unas horas estaría con ella, a solas...

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Mundos paralelos
Fantasi"Siempre parecía distante... como si todo lo que pasara a su alrededor, no fuera con ella, era distinta, ella era... especial." Ésto es lo que pensó Zeth cuando vio a Zoe por primera vez, pero ¿la volverá a ver? y¿qué secretos tan profundos esconde...