Cadáver

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Al fin destapé el cuerpo de la persona inerte que se encontraba dentro.

-Oh Dios mío...- Dionne se llevó las manos a la boca y Haizen la abrazó fuerte por los hombros.

- Kenzo... - Murmuró Usmev saliendo de la habitación.

Suspiré de alivio al ver que el cadáver era de Kenzo y no de Zoe. Retiré las manos del saco y me las llevé a la frente. Una ligera sonrisa se dibujó en mi cara, sentía que volvía a calmarme.

Observé el cuerpo de Kenzo, estaba pálido, pero no mucho más de lo que solía estarlo, no parecía que estuviera muerto, todavía conservaba algo de calor y de color en sus labios.

-Parece que ha sido reciente- Usmev se acercó al cadáver y se arrodilló frente a él mientras lo observaba detenidamente.- Seguramente ha muerto hace unas horas... Es extraño...

Usmev frunció el ceño tratando de entender la situación, yo no entendía por qué él tenía ese semblante tan serio. El cuerpo inerte no era de Zoe, y Kenzo estaba muerto, yo estaba contento y satisfecho, ¿por qué no lo estaba él también?

El resto de los Quinegos se acercaron y rodearon a Kenzo, mientras analizaban la escena. Todos parecieron extrañados y se miraban unos a otros en un inquietante silencio.

-¿Qué pasa? ¿Por qué estáis tan angustiados?- Pregunté rompiendo el silencio. Era incapaz de verle algo negativo a lo ocurrido.

- Es extraña la forma en que ha muerto, perdón, en la que lo han matado...

La mirada de Usmev se cruzó con la de Haizen, y éste último continuó con la frase que Usmev había dejado pendiente.

-No es lo usual, no es el estilo de matar que tienen los Aimas, no han sido ellos...

Los ojos de Usmev se iluminaron de pronto, y sin mediar palabra se abalanzó sobre Kenzo. Acabó de sacarlo del saco que lo cubría, y lo movió de un lado a otro cómo si buscara algo. Metió sus manos en los bolsillos de Kenzo, cacheó cada parte del cuerpo y escudriñó cada rincón de sus ropas. Usmev estaba ansioso, incluso desesperado, cada vez estaba más nervioso y se movía con más desasosiego. Las facciones de su cara se iban tensando, su rostro se perlaba de sudor y sus manos rebuscaban con más agresividad.

-No está, no está, ¡NO ESTÁ!- Chilló mientras le daba puñetazos al suelo rocoso. Su mirada parecía perdida, llena de frustración, cómo si necesitara encontrar algo de esperanza.

-Eh Usmev- Dionne se acercó a él y se agachó, pudiendo quedar a su misma altura. Ella posó sus manos alrededor del rostro de él y le acarició lentamente, mientras le obligaba a mirarla.- Tranquilo, no te preocupes, no pueden hacerte daño. Estás con nosotros, estás conmigo...- Dionne hablaba en un tono muy calmado, casi entre susurros. Parecía que sabía lo Usmev estaba buscando. Dionne se quedó varios segundos más a su lado, sin parar de acariciarlo, cosa que parecía poner nervioso a Haizen.

De pronto, Usmev se levantó de forma agresiva, casi empujando sin querer a Dionne, y buscó a Ametz para dirigirse a él.

-Tú...- Usmev agarró el cuello de la camisa a Ametz y lo empujó contra la irregular y rocosa pared de la Ciudadela.- Tú hiciste un trato con Kenzo, tú le diste mi collar a él para que pudiera controlarme y jugar conmigo. ¡Todo esto es por tu culpa! Dime dónde está el collar... ¡DÍMELO!

Usmev levantó el puño en señal de amenaza. Sabía que aquel lunático estaba dispuesto a pegar a Ametz, sabía que tenía motivos para estar enfadado con él, aunque no sabía exactamente por qué. Pero no sabía por qué desde que habíamos llegado a este lugar, Usmev parecía tan nervioso. No, no eran nervios... Era miedo, angustia, intranquilidad. No se sentía cómodo en aquel lugar y eso lo hacía vulnerable e incapaz de controlar todos sus impulsos. Si Usmev solía estar loco, la Ciudadela lo hacía estarlo aun mucho más.

-No sé dónde está tu maldito collar, ni me interesa. Lo que necesitaba hacer con él ya lo hice hace tiempo. No me metas en tus problemas mentales, viejo loco.

Ametz hizo una mueca de desprecio y sonrió con aires de grandeza. Con sus palabras, Ametz le recalcaba a Usmev dos cosas, la dependencia insana de un objeto sin valor para nadie, y el miedo que sentía de estar en ese lugar para que perdiera la compostura a la mínima.

Pude ver cómo Usmev apretaba fuerte los dientes y cómo le temblaba el puño que seguía sosteniendo en alto a la espera de atacar. Dionne miraba la escena con preocupación sin saber muy bien qué hacer o cómo reaccionar. Parecía que esta vez no iba a hacer nada para defender a su hijo.

-Lo que estáis buscando no está aquí.

Una voz desconocida resonó haciendo eco por todo el pasillo dónde nos encontrábamos. Al mismo tiempo, todos nos giramos a observar el extremo del pasillo donde había una puerta enorme que se acababa de abrir. Nos quedamos inmóviles frente a la presencia de un desconocido. Observé a los Quinegos para averiguar cuál era la importancia de la situación y sólo vi desconcierto en sus caras.

-¿Quién eres tú chico?- Preguntó Haizen en tono cordial. Parecía que no quería tener problemas con él.

El joven empezó a acercarse poco a poco hacia nosotros mientras se quitaba la máscara que cubría la mitad de su rostro. Los Quinegos se tensaron y se pusieron en guardia por si aquel muchacho nos atacaba. Incluso Usmev soltó a Ametz y volvió a mi lado.

El chico retiró la máscara del todo y dejó entrever su semblante. Algunos cabellos que se habían soltado de su coleta, tapaban parte de su cara, pero se podía apreciar que la parte derecha de su rostro había sufrido grabes quemaduras, de tal modo que lo habían desfigurado. Alzó la vista para observarnos, o quizás para que le viéramos mejor a él, y pude apreciar que su ojo derecho había quedado ciego, seguramente a causa de las quemaduras.

-Tu eres el pequeño Ryu...- Dijo Dionne rompiendo el silencio y poniendo su mano en la boca en gesto de sorpresa.

-Sí, soy Ryu, y he venido a llevarme el cuerpo de mi hermano Kenzo, asesinado a manos de vuestra pequeña, santa, inocente y pura Zoe...

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N. A:

Hola mis amados ChachiFollowers!!

Primero de todo me quiero disculpar por los 6 meses de inactividad absoluta y total. Lo siento mucho, de verdad. Pero no había manera de encontrar ni motivación ni inspiración ni tiempo...

Pero me apetecía volver a pasarme por aquí y retomar un poco la historia, así que os traigo un capitulillo nuevo.

Seguramente ya no recordareis nada de la historia, ni cómo acabó, ni qué pasaba, ni quién es quién. Lo siento, culpa mía por desaparecer.

Pero siempre os digo, que por mucho que tarde, siempre vuelvo, y aquí estoy. Espero no tardar tanto en volver a subir capitulo y espero que sigáis todos aun por aquí!! 

Un saludo muy muy -MUY- grande a todos/as!

Y recordad que os quiere,

-Chachiosa- <3 

P.D: Gracias por las 1.000 estrellitas ^^ sois geniales!

Mundos paralelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora