Mundos paralelos

Confiar

Silencio. Todo quedó sumido en un angustioso y tenso silencio. Lo que acababa de decir aquel joven era imposible, Zoe jamás sería capaz de hacer algo así. Estaba mintiendo. Pero nadie decía nada, ni tan solo Dionne le replicó aquella acusación tan horrible que acababa de hacer.

-Eso es mentira...- Me atreví a decir casi en un suspiro. Carraspeé la garganta para poder expresar mi queja de forma más contundente.- ¡Eso es mentira!

Mi voz retumbó por todo el tenebroso y gélido pasillo a causa del eco, y aunque esta vez fui lo bastante contundente como para hacerme oír, nadie reparó en mis palabras. Ni una reacción, ninguna expresión, ninguna mirada, ninguna replica.

Observé a los Quinegos, estaban en silencio con el rostro serio y tenso, pude ver a los padres de Zoe con la mirada clavada en el suelo, a Ametz apretando el puño con fuerza y con los ojos cerrados, mientras trataba de ocultar su cara con los mechones de su cabello castaño. Por otro lado, Usmev parecía haber desconectado de la realidad, estaba absorto mirando algún punto perdido de la escena, sin expresión alguna. ¿A caso nadie iba a darme la razón? ¿Por qué nadie se posicionaba a mi favor? Estaba defendiendo la inocencia de Zoe, pero nadie de su familia me apoyaba...

Ryu caminó lentamente hasta llegar al cuerpo inerte de su hermano mayor Kenzo, se arrodilló ante él y posó la mano en su fría y blanca mejilla. Pude percibir un gesto de dolor, rabia y tristeza y pude ver cómo una lágrima caía de su ojo izquierdo.

-Cree lo que quieras chico, si así es más fácil para ti. Pero la única verdad es que mi hermano está muerto, mi hermano ha sido asesinado.- A Ryu se le desgarró la voz tras decir aquellas últimas palabras. No cabía duda que estaba afectado y acongojado tras la pérdida de Kenzo. Tenía a los Aima como seres tan malvados y deshumanizados que no imaginaba que éstos pudieran tener sentimientos. Cuando Ryu se recompuso segundos después continuó- ¿Pero sabes qué, chico? Ninguno de los aquí presentes piensan como tú. Saben que ha sido ella, lo supieron en el momento que vieron el cuerpo de mi hermano, pero no querían creerlo. Hasta el momento que he dicho en voz alta lo que ellos sospechaban, han intentado evadirlo de sus mentes, pero saben que lo que digo es cierto.

Dionne no pudo más y se desplomó de rodillas al suelo, ocultó su cara con ambas manos y comenzó a llorar y sollozar. Haizen se agachó junto a ella mientras la abrazaba y la estrechaba junto a él. Athan destensó todo su cuerpo y lo dejó caer hacia adelante, dejando sus brazos muertos. Su cabeza quedó abatida y se la sujeto con la mano derecha mientras cerraba los ojos para contener su desesperanza.

-¿Dónde está...?- Ametz habló en voz baja pero contundente y poco a poco fue aumentando el tono de su voz, haciéndose oír por encima de los sollozos de su madre.- ¡¿Dónde está mi hermana y qué habéis hecho con ella?! .- Ametz acabó gritando, de manera que sus palabras retumbaron por todo el pasillo. Pude ver como Ametz empezaba a caminar pesada y agresivamente hacia Ryu dispuesto a comenzar una pelea.

-¡Ametz espera!- Athan fue tras su hermano tratando de detenerlo, pero Ametz consiguió zafarse. – No venimos a buscar pelea ni problemas, sólo a traer a Zoe de vuelta a casa de la forma más discreta posible.- Athan volvió de nuevo a intentar retener a su hermano. Esta vez lo agarró fuerte con sus grandes y musculosos brazos y no lo dejó escapar.

-¡Suéltame idiota! ¿Qué te crees, que si lo dejamos escapar sin más no va a ir a avisar a todos los demás?

Ametz trataba de escapar de los brazos de su hermano, pero sin duda Athan tenía una complexión bastante más corpulenta que él. Ametz parecía un ratón tratando de escapar de las garras de un gato.

-Os propongo algo- Ryu se levantó del suelo y secó la mitad izquierda de su rostro con la manga de su camisa negra.- Os llevaré en secreto al lugar dónde se encuentra Zoe.