Secretos

71 14 7
                                        

Estaba anochecido y no había rastro de Kenzo ni de su compañera, que había oído a Ametz llamarla Maki durante el camino, y por supuesto no había ni rastro de Zoe.

Habían pasado aproximadamente 9 horas desde que salimos a buscar a Zoe y no habíamos parado ni una sola vez, no sé si sería por la adrenalina o por la preocupación pero no sentía cansancio, agotamiento o dolor alguno en mi cuerpo, yo tan solo ansiaba volverla a tener a mi lado sana y salva. Todo tipo de pensamientos inundaban mi mente ¿Y si no llegábamos a tiempo? ¿Y si ya era demasiado tarde? ¿Estaría bien? ¿Qué buscan de ella? ¿Por qué la culpaban de un asesinato? ¿Cómo iba a ser capaz Zoe de hacerle daño a alguien?

-Será mejor que paremos un segundo.

La voz de Dionne me devolvió de nuevo a la realidad dejando atrás todas aquellas preguntas por unos instantes. Alcé la vista y los vi a todos observándome. Me había quedado atrás sin darme cuenta y me llevaban varios metros de distancia. Dionne me miraba con lástima y se acercó rápidamente a mi lado para comprobar si yo estaba bien.

-Deberíamos dejarlo aquí, él sólo nos retrasará.

Ametz clavaba sus ojos en los míos y en su tono de voz tan solo se reflejaba desprecio, desde luego me detestaba y no sabía por qué.

-Ametz ven conmigo mientras el chico descansa un poco.- Pude ver cómo finalmente, y con una mueca de fastidio, Ametz se daba la vuelta y seguía a Usmev para hablar con él. No me había dado cuenta pero ahora que me había parado sentía como mis piernas temblaban, de golpe todo el cansancio se estaba reflejando por todo mi cuerpo. Unos calambres recorrían mis piernas y me obligaron a sentarme en el suelo embarrado de aquel denso bosque por el que entre unas cosas y otras llevaba ya días recorriendo.

-Debes estar agotado, espera aquí, te traeré algo de agua para que bebas y te refresques los pies. No tardaré, aquí cerca hay un arroyo.- Dionne me sonreía amablemente cómo siempre había hecho, después de todo lo que había pasado seguía preocupándose por mí. Con la última luz del crepúsculo pude ver como la silueta de Dionne se difuminaba rápidamente junto a la de su marido que juntos iban a buscar agua para reponer las fuerzas y seguir nuestro camino.

Algo dentro de mí me decía que algo raro estaba pasando, los Aima se habían llevado a Zoe pero aun así los Quinegos no parecían estar demasiado preocupados por ella. Era cierto que la estábamos buscando sin descanso pero Dionne siendo tan protectora con su hija no se le veía nerviosa ni asustada sino todo lo contrario, segura y tranquila. Necesitaba saber por qué.

Me levanté como pude aunque me resultó bastante difícil ya que los calambres recorrían mi cuerpo con cada movimiento que hacía y traté de reprimir todos los quejidos de dolor. Dionne y Haize se habían ido y Athan había trepado hasta la copa de un árbol para ver por dónde teníamos que seguir y si Kenzo, Maki y Zoe se encontraban cerca. Aprovechando que nadie me veía decidí ir hacia donde Usmev y Ametz se encontraban y aunque sabía que estaba mal, espiar su conversación.

Cuando llegué me escondí detrás de un árbol y trate de relajar mi respiración, temía que hasta el mínimo ruido de mi aliento los alertara de mi presencia y se callaran. Si me estaban ocultando algo lo quería saber.

- Sabes lo que pasará cuando te vea Rick ¿verdad?- Usmev se quedó sonriendo de medio lado mientras enfatizaba y alargaba ese "verdad".

Usmev estaba recostado con la espalda apoyada en el tronco de un sauce llorón, tenía los brazos cruzados sobre su pecho y miraba de reojo a Ametz.

- Lo sé, pero no me importa.- Ametz tenía las manos metidas en los bolsillos de su pantalón tejano y movía su pie derecho como si estuviera dándole patadas a algo invisible en el suelo levantando la tierra y creando polvo a su alrededor.

Mundos paralelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora