5 días antes.
Estoy segura que apesto y el cabello me huele a cigarro. Lo peor es que estoy en medio de un tipo que va fumando marihuana y una chica que está hablando babosadas. Supongo que debo agradecérselo porque al menos aligera el ambiente que nos rodea.
Guillermo va de copiloto moviendo botones del panel del auto, intentando encontrar una estación de radio que esté transmitiendo.
―¡Hola señores de Satélite! ―Carmen tiene la cabeza fuera en medio de ese embotellamiento y se está riendo muy tonta. Vuelve a meterla a la camioneta y me da un empujón amistoso―. ¿Entiendes? Satélite, meteoritos...
Se carcajea antes de decir algo más.
Hemos pasado al supermercado antes. Santiago nos dijo que tomáramos un carrito y lo llenáramos de todo lo que creyéramos necesario para un largo viaje, en especial comida en conserva, porque ya llevábamos cosas que habíamos tomado de su casa.
Claro que nadie le dijo a Carmen que tomar todas las botellas de medias de seda disponibles no era algo que se considerara como comida.
Nunca vi el supermercado tan lleno a una hora tan temprana. El pasillo de comida enlatada se estaba vaciando a una velocidad increíble. Y ahí nos tardamos un montón, como si se tratada de una tarde de domingo en quincena.
Me acerco a los asientos delanteros y me asomo.
―Guillermo, ¿no quieres cambiar de lugar? En serio ya no la aguanto ―al menos logro que él se voltee y me sonría al mismo tiempo que escuchamos que Carmen está gritando cosas por la ventana.
―¿Por qué nos venimos por acá? ―Santiago golpea el volante porque sabe que no puede reclamarle a nadie más. Él ha escogido la ruta.
Nunca me gustó mucho que anduviéramos en la Lobo doble cabina de su papá. De nuevo me hacia pensar en narcos, pero ahora lo agradezco. Toda la batea estaba llena de cosas que hemos tapado con un toldo, eso incluye los rifles de Guillermo y otras cosas parecidas que hemos tomado de la casa de Santiago. Tan solo sé que en la guantera han guardado una pistola.
No sé mucho de armas, solo puedo decir que es una pistola.
El otro chico a mi lado es Daniel y va con nosotros porque Guillermo le dijo que no podía quedarse en su casa. No ha sido de mucha ayuda en cuanto al supermercado y ayudar a recoger las cosas de casa de Santiago porque ha estado drogado desde siempre. No deja de fumar su porro y sonreír tranquilo.
De repente la perseverancia de Guillermo rinde frutos, oímos estática y luego una voz.
―...por supuesto que sí, que casualidad que nadie sabe nada, que la NASA que es un organismo muy preparado, no se da cuenta de nada y que de repente la gente en Rusia se está muriendo. En Rusia ―enfatiza la persona que está hablando―, el país que a lo largo de muchos años ha sido el enemigo declarado de los Estados Unidos.
―Entonces ¿Me estás diciendo que no crees nada de las supuestas imágenes de este objeto que ha caído en Rusia?
―Por supuesto que no. Supongamos que es verdad, que la imagen no es un montaje. ¿Puedes imaginar el tamaño de eso? ¿Qué creen que somos idiotas? Una cosa de ese tamaño que cae del cielo no lo hace sin que se produzca un impacto importante. El meteorito que cayó en febrero del 2013 causó más estragos que esta cosa, tú dime... tú dime ―el que está hablando quiere hacerse escuchar por encima del otro señor que quiere preguntarle algo―, ¿era más grande? ¡Claro que no!
―¿Entonces es una farsa?
―La imagen puede ser una farsa, o es una imagen de verdad que nos simula una farsa. Es cínico que la NASA venga diciendo que está intentando descubrir de que se trata. Ahora, tenemos este brote de gripa aviar en Rusia. Es cierto, los casos que están llegando a los hospitales de Moscú y San Petersburgo son ciertos. Te voy a decir lo que yo creo: Estados Unidos siempre ha iniciado las guerras, siempre ha tenido en la mira los recursos naturales de todo mundo mientras agita una bandera de paz. Lo que seguramente pasó, es que se estaban experimentando con algún virus y ahora se les salió de control...
Oímos la voz entrecortada y la señal vuelve a irse. Guillermo empieza a picar botones de nuevo. No avanzamos nada. ¿Es que acaso todo mundo está saliendo de la ciudad?
―Santiago, ¿ya se cargó tu celular? ¿Me dejas conectar el mío?
Él tiene tiempo de desconectar el cable que se conecta de su auto al celular y luego conecta el mío. Quiero hablar con mi papá y necesito batería.
El sonido de un claxon hace que Santiago se dé cuenta que el carro de adelante se ha movido. Él acelera un poco más y es justo cuando pasamos al lado de 4 autos que han chocado en carambola. Es por eso que hay tanto tránsito.
No quiero ver la escena así que vuelvo a recargarme en mi lugar y Carmen me extiende la botella de medias de seda. Le doy un trago sin pensarlo aunque en realidad las bebidas alcohólicas que tienen leche no son mi fuerte.
―¿Para que vamos hacia allá? ―dice ella de repente con aire soñador―. Deberíamos ir al sur. Hay playas bonitas. Mi hermano dice que la gente todavía va en burro a todos lados. ¿Alguna vez has ido a Chiapas? ¿Crees que la gente ahí se columpie en lianas? Quisiera hacer eso.
Le doy otro trago a la botella. Si voy a soportar estar a su lado necesitaré un poco más de alcohol en mi cuerpo.
A partir de ahí se aligera un poco la carga y ruego que en menos de dos horas estemos tranquilos en casa de mi abuela. Santiago no me ha dicho a donde pretende ir después de ahí, la verdad es que ha estado muy callado. No lo culpo, lo que está empezando a suceder se asemeja más al inicio de una catástrofe anunciada.
La historia tiene una nueva portada que ha hecho RipleyWylde :) Ya lo puse en notas pero quería ponerlo aquí también porque... ¡Gracias!
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Propagación
Bilim KurguHace exactamente 20 días que dos meteoritos colisionaron casi a la misma hora pero en dos hemisferios diferentes. El primero de ellos llegó a la Antártida. El segundo cayó en Siberia. ¿Hubo muertos? No ¿Un tsunami terrible nos ahogó a todos? Tampoco...