Más personas se han ido y más personas han llegado. Muchas más personas han muerto, todas aquellas que llevaban librándose del contagio y que con el gas han caído enfermas rápidamente. Yo soy una de las que sigue cavando hora tras hora mientras llegan muertos y más muertos.
Las personas que aún tenían la esperanza de que esto parara están perdiendo los ánimos y ha sucedido el primer suicidio en Applewhite, un hombre anciano que se lanzó del quinto piso. Ahora hay unos cuantos soldados vigilando desde el tercer piso que nadie vaya a querer lanzarse.
No he oído nuevas noticias, pero hoy el General estuvo casi todo el día en Fort Bliss, al menos es lo que ha dicho Santiago.
Él, Guillermo, Scott, yo y la otra chica rubia que cava conmigo y que se llama Hilary, hemos estado sentados en el corredor de la parte que parece más motel después de cenar. Scott y Santiago han estado fumando cigarrillos y contando anécdotas de ex novias, mientras el resto permanecimos callados, disfrutando el frescor de la noche temprana.
Es de las cosas que de repente al reaccionar te das cuenta que no imaginas que sucederían, quitando el hecho de la epidemia. Scott y Hilary, dos texanos que en la vida hubiera conocido y ahora estamos aquí con ellos, en circunstancias poco deseables.
Como Hilary está ahí, no hemos hablado de lo que sabemos después de que Radcliffe y Guillermo fueron a Fort Hood. Obvio Santiago ya está enterado y Scott también pero más bien por su mamá, quien se enteró por la misma Radcliffe de todas las cosas que se dicen que harán en Fort Hood. Podríamos hablarlo en español pero Scott no tomaría el hilo de la conversación, aunque la verdad es que prefiero oírlos hablar de temas menos importantes en estos momentos, como sus ex novias.
Luego Santiago, Scott y Hilary se han despedido de nosotros para irse a sus dormitorios. Hilary está en una habitación más allá y Guillermo y yo la observamos hasta que desaparece antes de entrar a la habitación. Ella me agrada y aunque no luce muy joven en realidad tiene 16 años y está ahí con su papá, no nos ha contado más acerca de su familia, es un poco callada y solo se comunica mediante miradas y tímidas sonrisas; no habla nada de español así que cuando a veces Santi, Guillermo y yo hablamos solo entre nosotros, ella se queda todavía más retraída.
Beto sigue sin estar aquí y Guillermo está preocupado por él. Fuimos a verlo antes de la cena y se puso a gritar en cuanto nos vio. La enfermera dice que en realidad hace así con cualquier persona que no sea ella y que necesitan que se estabilice un poco de manera emocional. He visto las gasas en sus pequeñas rodillas pero no me he acercado mucho. Al final Guillermo logró que Beto aceptara un conejito de peluche que le trajo.
Me meto al baño para ponerme la ropa que uso como pijama y en cuanto salgo noto que Guillermo se ha cambiado también y está con las piernas cruzadas sobre la cama y dos barras de chocolate.
Chocolate. Por algo dicen que es bueno cuando estás triste. Y me gusta esto, las pequeñas charlas que parecemos mantener antes de dormir y que me hacen sentir más segura.
—¿Cuándo cumples años? —me pregunta de repente mientras saborea su barra—. Tienes cara de septiembre.
—No sabía que las personas teníamos cara de meses —le sonrío pero luego dejo de hacerlo, ¿Qué tal si tengo chocolate entre los dientes?
—¿Le atiné?
—Cerca pero no, ¿tú? Tienes cara de junio o julio.
—Soy de febrero. ¿Cuándo cumples años entonces?
—Noviembre.
—Vivien también es de noviembre —como si no fuera malo saberlo, él está sonriendo muy contento. Casi quiero soltar un "No me digas, que interesante".
ESTÁS LEYENDO
Propagación
Science FictionHace exactamente 20 días que dos meteoritos colisionaron casi a la misma hora pero en dos hemisferios diferentes. El primero de ellos llegó a la Antártida. El segundo cayó en Siberia. ¿Hubo muertos? No ¿Un tsunami terrible nos ahogó a todos? Tampoco...