Capítulo 21

2.2K 345 13
                                    

Si lo hubiese visto en otra circunstancia, habría dudado un poco que fuera humano, pero no mucho y si alguien me hubiera dicho que lo era, lo habría aceptado.

Tiene el aspecto de un humano masculino. Su cara está cubierta por cabello blanco en la parte que corresponde a la barba y al bigote, y tal vez pensaría que el inicio de su cabello en la parte de la frente comienza un poquito antes de lo normal, sin embargo, hay algo, algo en él que es diferente. No lo suficiente porque estoy dudando de lo que veo.

Me está mirando fijamente y entonces en un estúpido impulso me quito la máscara para que me vea a los ojos. Al no notar nada en el aire en esta parte de Applewhite no me vuelvo a poner la máscara así que lo sigo observando. No parece que él vaya a parpadear, aunque tampoco parece que yo lo haya hecho en los últimos segundos o minutos. Todo lo demás ha desaparecido, somos él y yo dudando lo siguiente que hará el otro.

Ellos lanzaron un virus, ellos mataron a mi mamá, ellos mataron a Carmen, a la nieta de Anita, a Daniel, a Fernanda, al bebé de la fosa, a millones de humanos. A mi especie.

Es solo una minúscula cosa en él que se mueve, tal vez incluso solo intenta respirar pero no importa porque me hace reaccionar guiándome por la química en mi cuerpo, he levantado la pistola y apretando el gatillo como me enseñó Guillermo.

La herida en su cabeza y sus ojos viendo a la nada me hacen darme cuenta que no es tan diferente a nosotros porque puede morir, porque está muerto, y yo lo he matado.

El sonido de otra cosa cruzando el aire me hace levantar la vista pero es demasiado tarde. El gas ha entrado en mi cuerpo y dejo la pistola en el suelo en una última reacción consiente, casi temiendo que pueda matar a alguien sin darme cuenta.

Lo demás es extraño. De nuevo el ardor en la nariz y en la garganta, estoy intentando ponerme la máscara y lo logro aunque ya sienta los efectos. De nuevo la sensación de no saber qué sucede ni donde estoy o a donde voy. Solo que esta vez en medio de los efectos oigo muchos gritos, muchas voces pidiendo ayuda y también un dolor en el antebrazo o lo que creo que es mi antebrazo. Me muevo como borracha y estoy gritándole a mi cuerpo que se quede quieto, que no debe moverse, que debe estar tranquilo. Y lo que no sé si son segundos después, mi cerebro está seguro que mi cuerpo por fin se ha quedado quieto.



PropagaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora