Aunque esto lo tenía planeado subir hace dos días junto con más capítulos no me fue posible hacerlo. Tal vez algunas de ustedes sepan que mi país ha sufrido dos terremotos en menos de 15 días y aunque afortunadamente mi familia y yo estamos bien, se ha dañado una vivienda familiar y he estado ocupada en eso, sin poder editar o subir a tiempo para el día que cumplí 3 años en Wattpad.
Si alguien es de México, en especial del sur y centro, les mando un fuerte abrazo y si algunas personas aquí han estado haciendo labores de voluntariado, rescate, donaciones, compartiendo información o cualquier cosa, sepan que este capítulo va para ustedes, por hacer nuestro país mejor. Que el ánimo no decaiga, muchas personas han perdido familiares, otras su único patrimonio y vienen días, semanas y meses difíciles. Hay que seguir apoyando desde la ciudadanía porque ya vimos que el gobierno de plano no.
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La temperatura va cambiando, disminuye. Nos colocamos ropa más abrigadora. En Córdoba las menos de 15 personas que quedan nos han dado más comida después de una breve parada en la que el General les ha contado de nuestro viaje. Una chica alta de unos 25 años quiere unirse pero su mamá se lo impide entre ruegos y lágrimas, recordándole que es lo último que le queda. Al final ella tiene que quedarse y a Giselle le da un abrigo blanco.
El camino resulta bastante plano, recto y aburrido, no por los paisajes sino por la misma rectitud de la carretera en la que no se necesitan hacer muchas maniobras. Así que cuando es turno de Guillermo manejar y el mío de ser su copiloto, tengo que platicar de un montón de cosas en mi intento de que él no se aburra y por lo tanto corra el riesgo de quedarse dormido, cosas que se resumen a rememorar películas y series que alguna vez vimos y que dejamos incompletas y así se quedarán.
Tenemos muchas coca colas que van desapareciendo en las manos de cada uno de nuestros conductores. Después de más de un día de viaje nos detenemos en un lugar al que los chicos argentinos, ahora mejores amigos de Walter, llaman Comodoro.
Ellos buscan personas y miran al cielo continuamente. No encuentran más que perros callejeros que husmean solitarios o en manada.
Aquí casi es invierno y para mi gusto hace suficiente frío como para querer meterme a una cama y no salir jamás. Además la luz solar dura poco.
Lo que alguien llama el Área central está toda destruida. Husmeamos en la playa y los argentinos buscan casas seguras donde quedarnos. Pasaremos ahí la noche y la idea en realidad no me gusta.
Tomamos mate, también un poco de vino, prendemos una fogata y pronto todos estamos contagiados con la manía de mirar cada dos por tres el cielo. Comemos pan, algunos chocolates, comida enlatada y al final se apaga la fogata y hay que ir a dormirse temprano.
Estamos poniéndonos de pie cuando veo que Scott, a quien su hermano le está atando las manos de nuevo me mira directo, sin apartar la vista. Le dice algo a su hermano y este en cuanto le ata bien las manos lo conduce hacia donde estamos Guillermo y yo.
―El traidor de mi hermanito quiere decirles algo ―Walter le da un leve empujón y yo me siento mal. Me gustaría que dejara de llamarlo traidor y creo que Scott piensa lo mismo porque aprieta los labios y reprime alguna muestra de enojo.
―Hilary ―Nos dice sin rodeos. Sus ojos azules y pequeños se clavan en Guillermo―. ¿Crees que esté viva?
―Tal vez.
―¿Sí o no?
―Tal vez sí.
―Si está viva ¿dónde estará?
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Propagación
Science FictionHace exactamente 20 días que dos meteoritos colisionaron casi a la misma hora pero en dos hemisferios diferentes. El primero de ellos llegó a la Antártida. El segundo cayó en Siberia. ¿Hubo muertos? No ¿Un tsunami terrible nos ahogó a todos? Tampoco...