Poco a poco

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-¡¿Por qué no?! ¡¿Estás loca?!-
-Marlen, me vas a dejar sorda- cuando mi amiga grita realmente me da miedo quedarme sorda- ya te dije que no me siento de esa manera, no me siento atraída, es normal-
-Eres increíble, es la décima vez que te invita a salir y no mencionó lo que ha hecho durante estos meses y sigues sin aceptar una cena con él, Ana ya pasaron tres meses, de verdad crees que va a estar así mucho más tiempo ¿en serio?-
-No me hago la difícil y lo sabes, simplemente no me interesa salir con él, no del modo que él quiere- estoy al borde de explotar contra mi amiga- y ya basta, no pienso decirle que si solo porque es guapo, si Marlen; estoy aceptando que es guapo, no me hagas caras de sorpresa. No quiero salir con él porque.....-
-Porque no es Christian Grey ¿aún lo amas Ana? ¿Después de casi año y medio?-
-Si Marlen, pero no tiene nada que ver con que no acepte salir con David-
-Déjala ya, amor. La vas a desesperar y no querrá ser más nuestra amiga- ahí está la voz de la razón, justo a tiempo
-Gracias Andros-
-Ana sabrá cuando será el momento, basta ya Marlen-

Y como siempre, la única persona que es capaz de calmar el torbellino que es mi amiga, es su novio. Debo ser sincera cuando digo que Andros es un excelente complemento para Marlen, él es total calma y a veces ella de verdad necesita alguien así en su vida.

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Hace dos meses que estoy como jefa de redacción y no me siento contenta, siento que estoy aquí porque le gusto a alguien con personas conocidas, posiblemente no sea el jefe del jefe mi jefe pero sigue siendo por alguien más que estoy en este puesto, cuando el señor Holbrook se enteró que estaría en su lugar, casi me come viva y tuve que derribarlo una vez más, aunque nadie me dijo nada si me sentí culpable de haberlo hecho, el pobre hombre solo estaba enojado aunque no debió querer desquitarse conmigo si ya sabía lo que puedo hacer.
Justo entrando a mi oficina están las flores sin falta como lo han estado estos dos meses, ahí; hermosas como siempre y con la misma tarjeta de siempre, cada día me llegan unas nuevas y ni siquiera se han marchitado las de la semana pasada, mi oficina parece más una florería que una oficina.

"Sin falta, como todas las mañanas. Espero
que hoy me puedas decir que si a la cena

David "

Debería estar impresionada porque justo hoy se cumplen dos meses desde que me envía rosas todos los días y a pesar que le he dicho que no incontables veces, sigue insistiendo y eso me hace creer que realmente le intereso. Pero impresionada es la palabra, porque no me siento de otra manera, más bien no quiero sentirme de otra manera; estoy bien así, no quiero tener que estar otra vez con altas y bajas en mi corazón y si dejara que estuviera conmigo en este momento solo le estaría mintiendo. No puedo ser yo quien lastime a alguien más, se muy bien lo que se siente y no quiero ser la persona causante de ese dolor, de lo mal que se puede sentir una persona después de que le dejen el corazón roto. Me niego a ser esa persona para David. Es un chico maravilloso y estoy segura que no tendrá problemas para encontrar a alguien que le corresponda justo como él quiere.

-Ana, tienes una llamada de tu madre-
-Comunícamela-

Marlen ha sido mi asistente desde que hace un mes, me negaba a tener a alguien más como asistente, y ella estaba encantada cuando se lo propuse, sabemos muy bien que aquí es solo trabajo, porque afuera seguimos siendo amigas.

  -Ana, hija. ¿Cómo has estado?-
-Mamá, muy bien. Feliz es la única palabra que describe como me siento en este nuevo puesto- puedo sentir como viene un sermón
-Ana, estoy preocupada. Llevas en New York casi año y medio y no has salido con nadie más, me preocupa que sigas deprimida por Christian, dime que no es así-
-Mamá, si te lo digo seguirás insistiendo que no es verdad, te lo he dicho en muchas ocasiones. Estoy bien, no necesito en este momento alguien más en mi vida-

50 sombras destrozadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora