Mentiras

3.6K 219 44
                                    

   -Gracias Welch-
  -Si señor-

Me hundo en mis pensamientos y trato de mantener la calma ante esto, no quiero que él antiguo yo regrese y haga algo que lamente el resto de mi vida. No quiero que Ana se vuelva a ir a ningún lado. Ella debe estar conmigo, aquí en Seattle. Ya veremos qué dice después de la verdad Grey.

  -Al departamento de Kate, Taylor-
-Si señor-

De todos los lugares del mundo, Ana ha escogido huir a un lugar donde se siente en casa, o más bien fue su casa por poco tiempo pero supongo que ahí se siente más a gusto que conmigo en este momento. No quiero pelear, trato de convencerme a mí mismo de no querer azotarla cuando la vea, porque esto que hizo de escaparse de Taylor ha sido muy peligroso y estupido, no quiero que vuelva a suceder pero no sé cómo hacerle entender a esta mujer que amo. Debe entender que no pueda andar por las calles sola, no es seguro.
Mientras vamos en camino llama Mia para saber cómo estoy.

  -Christian, te escuchas muy mal. No hemos hablado desde la cena de la pedida de mano-
-Lo sé, Mia. Pero estoy bien, en serio-
-No te escuchas bien-
-Mia no ha sido un buen día. Tengo unos problemas-
-¿Algo en lo que te pueda ayudar?-
-No, nada. ¿Podemos hablar después?-
-Bien, pero llama en serio, no me dejes esperando ¿bien?-
-Bien. Te quiero-
-Y yo a ti hermano-

Cuando por fin cuelgo me siento mal conmigo mismo aunque eso no es una novedad. Mia ha sido una luz en mi vida llena de sombras, fue mi primer luz pero no fue tan fuerte como la luz que Ana me da. Ana, mi Ana.

A mi mente viene la idea de que podrían haber estado jugando con ella, con sus sentimientos y eso me llena de rabia y odio. Ana no se merece eso, ella merece más, mucho más. Pero tú no eres ese más, Grey.
Me siento aún más enojado porque sé que no me merezco a Ana pero soy tan egoísta que la quiero a mi lado. Sé que si hubiese dejado pasar más el tiempo ella habría podido estar enamorada de es imbecil que tiene por novio pero no podía permitir eso, o más bien no quería. Siempre creí que dejarla irse había sido la mejor decisión para ella, para mí. No podía mantenerla a mi lado sabiendo que nunca podría funcionar como ella quisiera, se merece una relación sana y no a alguien como yo. A alguien tan oscuro como yo.
Aprieto los puños aún más, casi al grado de que siento que me estoy lastimando. Me clavo las uñas en mis palmas para poder contener la sensación que me invade, el Christian que azoto a Ana quiere volver pero no puedo permitirlo, no puedo porque si lo hago Ana se ira de mi lado y esta vez no podré lograr que vuelva conmigo. No quiero que esto acabe. Me siento pleno, me siento bien cuando Ana está conmigo, me siento completo.

  -Señor-

Llegamos al departamento de Kate y mis manos comienzan a vibrar o más bien eso es lo que siento. Recuerdo las tantas  veces que pase al correr por aquí, con la esperanza de que Ana se asomara a la venta, tantos años corrí por la misma ruta con la esperanza de que Ana hubiera vuelto. Todos los días por 5 años me detuve en frente de su ventana, quería que ella me viera, que supiera que aún la esperaba, pero jamás paso. No hasta hace poco, hasta hace casi una semana. Por fin ella volvió a casa y se asomó, me vio, fue la oportunidad pero no pude, no me creí capaz de enfrentar algo así, de tratar de explicarle todo lo que viví, no podía. Quería que ella fuera feliz sin mí, sin mi oscuridad. Pero ahora estoy aquí, frente a su ventana con la esperanza de poder hablar.

  -Gracias Taylor. Puedes irte. Te llamaré cuando tengas que venir-
-Si señor-

Veo el carro alejarse y sé que ya no hay vuelta atrás. No quiero que Taylor vea esto, no sé si Ana me de oportunidad de hablar, de explicarle las cosas, aunque no entiendo qué cosas, no sé por qué se fue tan de repente y tan enojada. Elena es solo una amiga que ve para mí bien, sabe lo que sufrí cuando se fue Ana, jamás le dije nada respecto sobre el tema  pero ella lo sabía de alguna manera, sabía que no me sentía muy bien, que no quería nada en mi vida y no quería a nadie que no fuera Ana. 
Me paro frente a su ventana, espero y espero de pie. Siento que pasa una eternidad, no sé cuando yo tiempo pueda estar aquí parado. Veo que la gente solo me mira, me ven y en seguida siguen mi mirada hacia la ventana, algunos se asustan y otros creo que saben por qué estoy aquí. Unas chicas no mayores de 21 años ríen cuando me ven, se sonrojan cuando las miro y casi corren cuando les sonrío, su alegría y que se sonrojen al mirarme hace que recuerde cuando vi por primera vez a Ana. Esa mujer tan....... Diferente. Mi Ana era un caos, pero así llegó a mi vida y así me hizo sentir algo más, me hizo querer aún más.

50 sombras destrozadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora