Dudas

3.8K 259 57
                                    

Son casi las 6:00 am y Christian sigue durmiendo pero yo ya no puedo, trate de  volver a dormir y desaparecer la culpa que me consume por dentro, trate de mil maneras y no salir corriendo a tomar el primer vuelo a New York, y sigo tratando de recordar en qué momento fue cuando me deje vencer y caí una vez más en sus brazos. Anoche fue algo hermoso, hace tanto que no me sentía de esa manera, volví a ser suya después de muchos años y me sentí tan bien en el momento pero ahora creo que nunca debió haber pasado.
Con mucho cuidado me levanto de la cama y me dirijo a la cocina, necesito un té y algo de comer. Por un momento creo que debo hacer de desayunar para los dos pero no sé si se quede a desayunar o simplemente se vaya. Pensar en que se puede ir así como si nada me rompe el corazón, me provoca sentir un vacío en mi pecho, no quiero que se vaya, quiero que se quede aquí, conmigo.
Llevo puesta solo su camisa y su huele tan bien como lo recordaba, huele a Christian. Decido qué haré de desayunar para los dos, no importa si se va.

  -¡Ana! ¡Noooooo! No, no, no-

Cuando lo escucho gritar suelto el bol que tengo en las manos y corro hacia la habitación, algo no está bien.
Llego a la habitación y veo a Christian sentado al pie de la cama, con mi vestido en una de sus manos, con su otra mano está agarrando su cabello, está desesperado por lo que estoy viendo, tiene la mirada perdida en mi vestido y mi corazón vuelve a romperse, Christian está pensando que me he ido. En cuanto levanta su vista y me ve ahí parada en la puerta, puedo ver cómo se relaja y deja de preocuparse. Camina hacia a mí y me toma por la cintura, apoya todo su peso sobre mí y quedo atrapada contra la puerta, siento su erección y me estremezco, su respiración esta acelerada y yo apenas puedo respirar, tenerlo aquí, desnudo y haciéndome sentir cosas aunque no me toque, en este momento siento tantas ganas de volver a estar con él, de volver a sentirme suya. Me besa con una pasión y yo recibo su beso de igual manera, nuestras lenguas se unen y puedo sentir como mi deseo vuelve a surgir, la diosa que llevo dentro ha despertado por fin, ahora está haciendo piruetas, festejando este contacto físico entre Christian y yo.
Después de un beso lleno de pasión, nos separamos y los dos estamos sin aliento, no puedo creer que esté haciendo esto.
Me mira y siento que puedo venirme con esa mirada llena de pasión.

  -¿Dónde estabas?-
-¿Q..uee?-
-No me vuelvas a dejar, Ana- no sé qué trata de decir y se da cuenta- desperté y no estabas, sentí pánico al no verte en la cama-
-Ohh, lo siento. Solo fui a preparar el desayuno-

Me sonríe y se aparta de mí, liberándome por fin. Me toma la mano y me lleva a la cama, me acuesta y me empieza a desabotonar su camisa que llevo puesta, va tan despacio que estoy desesperada porque me la arranque, todo mi cuerpo está desesperado, la diosa que llevo dentro está haciendo pucheros porque quiere que me quite su camisa.

  -¿Por qué tan impaciente, señorita Steele?-
-Por favor Christian, no aguanto más-
-¿Qué quieres?-
-Que me hagas el amor-

Su mirada me deja si palabras, por un momento creo que él no quiere hacerme el amor y mi decepción aumenta, quizá solo quiere coger duro, como ya me lo había dicho.
Pero no, me sonríe y me besa las comisuras de mis labios, termina de desvestir y me pone sobre la cama, se coloca arriba de mi y con su camisa empieza a atarme las manos, en ese momento puedo sentir como estoy desesperada por sentirme suya una vez más pero al mismo tiempo no quiero que me amarre, me encantaría poder tocarlo.

  -¿Qué pasa?- pregunta
-No me amarres, por favor-
-Ana..... Bien, pero por favor no me toques-

Y yo le digo que si con mi cabeza, me suelta y hago todo mi esfuerzo por no tocarlo, por no querer tocar su pecho y besar sus cicatrices.
Christian baja hacia mi pecho y empieza a jugar con mis pezones, con sus dedos juega con uno y con su lengua juega con otro, me estremezco y puedo sentir como me mojo aún más, poco a poco baja y me va dando ligeras mordidas en mi estomago, en mis muslos y llega hasta mi sexo, me hace gemir de placer y puedo sentir como estoy a punto de venirme, estoy a casi nada y de repente algo dentro de mi, algo que hace mucho no sentía, explota de puro placer, siento como si pudiera tocar el cielo. Grito su nombre y le suplico más, pero quiero ser suya, quiero que me haga suya, mi diosa interior asiente con la cabeza, me está dando su aprobación. Y me dejó ir una vez más.
Cuando siento que ya no puedo, me gira y estoy sobre él.

50 sombras destrozadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora