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Después de que se fue me di un baño, mientras trataba de recordar algo. Pero me era imposible. Así que decidí averiguarlo de una u otra manera: Liz.

Ella era como mi hermana mayor desde que nos conocimos y si había alguien encargada de cuidarme era ella.

- ¿Bueno?
- ¿Liz? Soy Mia.
- Hola cuñis, ¿qué ocurre? ¿Ya hicieron efecto el ron, whisky y no sé qué más te tomaste?
- ¿Por qué no me detuviste?
- Aún lucías sobria, pensé que sabías que hacías.
- ¿Qué hice?
- Bueno... ¿Por dónde empiezo?

Ay dios, ¿qué hice?

-- FLASHBACK INCONSCIENTE -

Ya estaba en mi cuarto- ¿o era el quinto vaso? Ni siquiera era ron... no sé qué estaba tomando ya a este punto.
Mientras bebía veía que Aarón había regresado a la pista, una tipa de la mesa de al lado se lo había llevado y ahora bailaba muy pegada a él. OK, este trago es de pura envidia.

- ¡Gael!
- Dime... - OK, quizá él estaba un poco más ebrio que yo, o no. Sólo estaba aburrido. Mariana lo estaba atosigando con miles de preguntas.
- Vamos a bailar.
- ¿O... K?

Tomé la mano de Gael y lo llevé a la pista. Él se veía feliz de estar bailando conmigo, pero yo tenía mi mirada fija en Aarón que seguía bailando con la tipa esa. Me junté más a él volteando mi vista de la parejita.

En un momento el ritmo cambio a una canción de reggueton. Odio esas canciones, pero servía para mí en ese momento. Me puse de frente a Gael y me junté más a su cuerpo. Él tomó de mi cadera y enterró su cara en mi cuello. Asco. Desde esa posición alcanzaba a ver a Aarón. Me veía fijamente mientras la tipa lo rodeaba con su cuerpo también. Aparté mi vista y traté de concentrarme en otra cosa. Cualquiera que no fuese él y el sujeto en mi cuello.

Una imagen vaga de alguien cruzaba por mi mente. Alguien que creo era importante para mí. ¿Cómo se llamaba? C... C... No, no lo recuerdo.
De repente sentí algo suave presionar contra mi cuello. Gael estaba repartiendo besos por mi cuello. Más asco. Traté de separarnos pero el abrazó más mi cadera.

~Esto no se está bien~

Traté con más fuerza de alejarme, pero Gael me lo impedía, éste no era mi plan.

- Sabía que no querías a tu perdedor ese.
- Gael, ya. Suéltame.
- ¿Por qué? Tranquila, nos vamos a divertir.
- No... Dije que me dejes.

Me ignoró mientras su mano comenzaba a bajar más y su otra mano subía a mi cabeza. Puse mis manos entre él y yo, pero no servía de mucho. Estaba dispuesta a gritar cuando sentí cómo su cuerpo se alejaba de mi.

- Vete a sentar, Gael, y no le diré nada a Alex.
- ¿ Qué te pasa Aarón? Sólo nos divertíamos.
- ¿Parece que Mia se divertía?
- ...
- Vete con Mariana.

Gael dudó un poco antes de irse a la mesa. Me quedé parada un rato antes de dirigirme a la barra y pedir un vaso de ron. Apenas lo recibí me lo bebí de un trago. Cuando pedí otro Aarón llegó a mi lado.

- No, un vaso con agua, por favor.
- Déjame en paz.
- No te estoy haciendo nada. - Me tendió el vaso y lo rechacé.
- No quiero.

Y me fui a la terraza. Tenía mis mejillas ardiendo así que un poco de aire me calmaría. Me recargué en el barandal mientras respiraba lentamente. Volteé y vi a Aarón frente a mí.

- ¿Qué pasa?
- ¿Por qué hiciste eso? Sacar a Gael... ¿Estás tan ebria?
- No estoy ebria... Sólo no pensé bien lo que hacía.
- Sí, me di cuenta. - Se acercó a mí, encerrándome entre sus brazos y el barandal. - Por eso pregunto, ¿qué tan ebria estás?
Reí burlona. -¿Qué, no se me permite hacer estupideces a veces?
- Esto iba a ser una gran estupidez.
- Sí bueno, llegaste y no pasó nada, gracias.
- Ese no es el punto.
- ¡¿Entonces cuál es?!

Se quedó viéndome mientras yo volteaba mi cabeza al cielo. De pronto sentí su frente en mi hombro. Pasó sus brazos por mi espalda abrazándome.

- El punto es que haces que me preocupe.
- ¿Por? - Levanté su cara para poder verlo. Se veía cansado, pero ya no parecía que me regañara.

- Tan madura a veces... Y otras sigues pareciendo una niña.
- Pues ya no lo soy.
- Me cuesta creerlo.
- Déjame en paz. - Pasé mis manos a su torso tratándo de separarnos, se separó un poco de mí sin soltarme del todo.
- Ya no me hagas preocuparme.

Empezó a acercarse a mí y yo a él. Nuestros labios estaban a centímetros de sí.

Fuiste Siempre TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora