Fuiste Siempre Tú

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Al día siguiente llegué ligeramente tarde, culpa de Aarón, y me encontré con la noticia de que Kike no asistiría a clases. Que no había querido despertar así que su abuela; no su madre, su abuela, lo había dejado dormir.

Así que ahora mi sobrina era quien estaba cabizbaja y aún enferma, su mejor amigo no había asistido a clases.

- No quiso venir a la escuela el muy flojo.
- Sabes que no fue por eso.
- No quiso venir por dormir un rato más. Eso sólo lo hace en su cumpleaños, y no es su cumpleaños. - Hizo un gran puchero.
- Bueno, yo voy a hablar con él y su familia para que esto no se repita.

Mi sobrina sonrío satisfecha y fue a jugar con Lilly. Yo seguí trabajando cuando entró un mensaje.

Aarón: ¿La maestra más guapa de todas quiere ir por un café después?
Para Aarón: No sé, deberías preguntarle a ella eso.
Aarón: Chistosa, ¿quieres tomar un café conmigo?
Para Aarón: Que gruñón. Después de esa actitud no creo.
Aarón: Te espero en mi oficina.

Me sentía tonta admitiendo que esto era lo mejor. Tenía una sonrisa se oreja a oreja sólo por esos mensajes.

Antes de salir, recogí los papeles de asistencia para el viernes. Me alegré de ver tanta asistencia confirmada. Es decir, no era una evento especial ni nada, era más una muestra de los talleres de la escuela; pero siempre era lindo ver a los niños emocionados por ver a sus papás apoyándolos.

De pronto una hoja llamó mi atención.

Nombre del Alumno: ENRIQUE MARTÍNEZ .
Nombre de los Asistentes: AARÓN MARTÍNEZ / YAIR MARTÍNEZ

Si mi memoria no me fallaba, ese no era el nombre de su mujer. Definitivamente. ¿Por qué iría Yair en lugar de Leslie? Llamé al numero registrado como celular de ella.

Después de tres tonos contestó.

- ¿Bueno?
- Bueno, ¿señora Gálvez?
- Sí, ¿quién habla?
- La maestra de Kike, Mia.
- Oh, usted, dígame qué pasa.

Su tono paso de estar confusa por la llamada a un tono seco y frío.

- Sí, bueno. Estoy revisando las hojas de asistencia al evento del viernes y veo que no está su nombre. Quiero imaginar que es un-
- No es un error, no podré ir.
- OK. ¿Por qué, si puedo saber?
- Tengo algo que hacer con mi padres ese día y lamentablemente no puedo llegar al evento. Pero ira mi cuñado.
- Sí, ya lo vi. Bueno, gracias por-
- Gracias por decirme. - Me interrumpió secamente y colgó.

Que grosera.

Tomé mis cosas y despedí a los niños. A continuación me dirigí al trabajo de Aarón. Me estacioné dónde me había estado estacionando estas últimas veces. La recepcionista me recibió, indicándome que le esperara sentada en el vestíbulo.

- Dice que ya casi sale. ¿Gusta un vaso de agua?
- Claro. Gracias.
- No hay problema. - Fue por el vaso. - No sabía que el señor Martínez ya andaba con alguien más.
- ... ¿Disculpe?
- Sí. Ya sabe... Usted y él. No sé cómo le hizo para que el señor "me dedico al trabajo y a mi hijo" decidiese salir con otra persona que no fuese la amargada de su mujer.

Me quedé un poco... ¿Sorprendida? Por sus palabras. Es decir; yo no era... Alguien tan importante para él. ¿O sí?

- Señorita Lagos. - Aarón venía saliendo del elevador y se dirigía hacia nosotras. - Deje de importunar a los visitantes.
- Lo siento, señor.
- Me pasó a retirar.
- De acuerdo, Van con cuidado. ¿Va a regresar?
- Si, a eso de las 4:30, creo.
-Ok. Hasta luego.

Me despedí con un gesto de la chica, mientras Aarón pasaba su mano por mi cadera, abrazándome.

-Listo, pequeña. ¿Nos vamos?
- ¿Te sigo?
- Ni lo pienses. Vamos en mi auto.