Leslie (se siente igual que un trago de vinagre) le indicó a un mesero que añadiera una silla extra (pues las mesas eran para 4 personas), así que junté a Dany más hacia mí, Kike junto a ella, Leslie junto a su hijo y Aarón entre ella y yo.
- Y, Mia, ¿Qué haces con Dany?
- ¡Aarón! Ten más respeto. ¿Por qué la llamas por su nombre? – A pesar de que lo primero sonó alarmada, la segunda pregunta sonó como un claro reclamo.
- Así que... Maestra-
- Por favor... - Volteé a verla a ella. – Puede decirme "Mia" fuera de la escuela. – Se quedó tiesa un momento alternando miradas entre Aarón y yo, éste se había quedado viéndome, cosa que no pasaba inadvertido por su mujer.
- Debe tener mucha confianza con él para que le diga así, ¿no?
- No tanta. – Aarón levantó una ceja. - Lo mismo le dije a su marido cuando lo conocí; iba a ser incómodo que me dijera "Maestra", si iba a dejar a Dany a su casa a que trabajara con Kike .
-Oh, ¿Dany es su hija?Aarón y yo soltamos una risilla. Creo que ambos recordamos el día de las hamburguesas.
- Eh, no. Es mi ahijada. Soy algo así como su "tía".
- Oh, ¿y no planea tener hijos?
- Aún no.Continuamos comiendo pizza; los niños estaban fascinados hablando de películas y quien sabe cuántas cosas más. Me sigue sorprendiendo su imaginación. Casi no están pegados a aparatos electrónicos, eso es raro.
De la nada sentí una mano en mi pierna, y evidentemente no era Dany.
Disimuladamente pasé mi mirada de mi pizza a la ubicación de la mano, y, vaya sorpresa, la mano de Aarón sobre mi pierna; suerte la suya que su mano con la que come no es esa. Moví mi pierna para que la retirara.
~ No me agrada, pero hay que tener decencia... Creo. ~
Entendió el mensaje, quitando su mano, pero guiñándome el ojo. No sé si me puse roja, pero, me dio mucha sed.
- Maestra... - De nuevo, esa voz... - ¿Tiene novio? – Tomó de la mano a Aarón, quien la retiró para seguir comiendo.
~ Que bueno. ~
- Eh, no. Acabo de terminar una relación, de hecho.
- ¿En serio? – Preguntaron los dos.
- Sí, fue lo mejor, creo.
- ¿Cuánto tiempo llevaban juntos?
- Un año juntos y medio más de conocernos.
- Hm... Creo que les faltó más tiempo. ¿Segura de no quererlo intentar?
- Bastante segura.
- ¿Qué pudo hacer para que sea tan cerrada?
- Me engañó. – Soltó una risilla.
- Eso pasa todo el tiempo, es el deber de una pareja de sobreponerse a esas... "Situaciones".Esto último lo dijo viendo a Aarón, cuya quijada se había tensado bastante; incluso los niños lo notaron, pidiendo permiso para irse a jugar, salieron corriendo debo decir.
Aarón no la vio, sólo continuó comiendo.
- Tal vez, pero si hay algo que no tolero es que me quieran ver la cara, puedo... ¿Tolerar? No... Quizás entender que me engañen, siempre algo tiende a fallar; pero que me mientan y traten de negarlo se me hace lo más bajo de todo.
Ella se acomodó incomoda en su silla. Fibra sensible.
- Pero... Quizá no te lo dijo por una razó-
- Sí, porque llevaba viéndose con ella, todo un año; ella lo sabía, yo no. Fin de la relación entre nosotros.A pesar de que ella me veía incomoda, porque no sólo le conté una experiencia, sino que fue una bofetada por su situación; Aarón me veía con una cara entre interesado por la historia, feliz del resultado y con ganas de reírse, porque obviamente mi pedrada iba para su esposa.
- Suena a que nunca has cometido una equivocación. ¿Qué? ¿Jamás lo engañaste?- Aarón abrió los ojos para este momento, pero yo me mantuve tranquila.
- La única vez que CASI... – Sí, resalté esa palabra. - lo hice, me sentí horrible, rogué porque no hubiese pasado nada; que no pasó, y aun así se lo conté. No planeé que pasara, pero no planeaba ocultárselo y no lo hice. Al contrario de él, que lo ocultó.
- No sé qué pensar, si es muy correcta, o muy ingenua. Porque las relaciones reales no se manejan tan fácil como quisieras, suenas a que quieres una historia de Disney. Y temo decírtelo, MIA. – Auch, desprecio, que herida me siento (nótese mi sarcasmo).~ Juro que le arranco la lengua si vuelve a pronunciar mi nombre así. ~
- No existen los príncipes.- Se inclinó hacia mí, viéndome como si fuese una niña pequeña; lo siento, soy una adulta también.
- Jamás me han gustado los príncipes, demasiado sencillo y dependiente. No lo necesito. – Me acerqué a ella de la misma manera y con la misma mirada despectiva.
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Fuiste Siempre Tú
RomanceEl primer amor nunca se olvida A veces es la historia de amor perfecta, donde viven felices para siempre; otras es más como ese pasado al que no quieres volver. Pero muy probablemente sea la versión que jamás ocurrió. Nadie dio ningún paso, y solo...