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El fin de semana llegó como un manantial de esperanza, no por exagerar, pero estas dos semanas, habían sido más desgastantes que la preparatoria y secundaria juntas; ¿por qué no me tocó sufrir de problemas amorosos en esa época?

Me levanté sin ganas de mi cama, y me senté en mi sillón a ver que había de nuevo en la tele; nada. Pero sí una película que parecía burlarse de mí: Día De Los Enamorados. Gracias por recordarme que los Taylor tenían una relación perfecta, o que Bradley Cooper puede hacer de un gay convincente. O que posiblemente mi destino en estar sola, pero sin contestar llamadas raras. Gracias.

En fin, me dirigí a la cocina y me serví un vaso con leche y agarré un pan. Me senté en el comedor y empecé a comer mientras revisaba mi correo, otro sábado sin curso. ¿Habrá manifestaciones o algo así?

Quería hacer algo, si sigo aquí voy a empezar a pensar en estupideces o lo de ayer.

Me vestí con jeans, tenis, una sudadera extra grande de Alex que adoraba sobre una camiseta negra algo ajustada, y salí. Decidí que hacía mucho que no salía hacia el centro de la cuidad. Estacioné mi auto en un centro comercial y fui a pasear un rato, Mientras caminaba pensé en lo que había pasado con Cristóbal. Ambos nos fallamos, ambos nos olvidamos del otro y fuimos egoístas, no nos importó lo que el otro pudiese sentir. Saqué mi teléfono y me fije si tenía algún mensaje o llamada perdida. Nada.

Para Cris :) : Oye, hola. Sólo quiero... aclarar algo. Actué de manera egoísta y te lastimé, me doy cuenta de ello y lo siento.

Al enviarlo me sentí... ¿mejor? Más relajada, sí. Me dirigí al MUMEDI, a la cafetería y me senté viendo hacia la ventana. ¿Qué pensaba Cristóbal sobre esto? ¿Estaba siquiera pensando en esto? ¿O estaba con Ana? Seguramente estaba con ella ahora.
Demonios, alerta de celos.

Terminé mi café, y regresé a pasear un poco. ¿Qué haría después de todo esto? ¿Seguía teniendo algo con Cristóbal que valiese la pena salvar? Creo, no lo sé. ¿Tenía algo con Aarón? Creo que no...
No, no lo tengo, fue de las cosas que nos dijimos el lunes: no hay nada entre nosotros y así debía ser, quizá.

La verdad, era que había arruinado lo que tenía con Cristóbal por algo que era una ilusión con Aarón. Y ya debía dejar de lado esas ilusiones.

En el camino de regreso, recibí una llamada, así que la conteste en altavoz. Número desconocido.

- ¿Bueno?
- Hola, ¿Mia?
- ¿... Aarón?
- Hola. ¿Cómo estás?
- Bien, ¿cómo con-?
- ¿-seguí tu número? Alex me lo pasó, creyó que sería bueno que tuvieras un número extra para las emergencias.
- Lindo de su parte. ¿Cómo estás tú?
- Bien, estaba platicando con mi ex- - Cortó la frase en el aire y hubo un pequeño e incómodo silencio.
- Esta bien, ¿hablaron de Kike?
- Sí... lo hicimos.
- Está bien. Oye, te cuelgo, estoy llegando a mi casa y estas en el altavoz del auto.
- OK, oye, quería saber ¿te gustaría salir el siguiente sábado?
- Em - Empecé a bajar de mi auto hacia mi puerta, y cuando levanté la vista, vi a Cristóbal sentado en la entrada de mi puerta, con orquídeas en sus manos. Mis favoritas. - Sabes, te hablo después.

Y le colgué. Cristóbal se levantó caminado hacia mí.

- Cris...
- Soy un idiota, egoísta y estúpido que está a punto de perder lo mejor que tiene.
- No, yo-
- Sé que no me lo dirás, pero te amo, Mia.

Me tendió las flores y al agarrarlas me abrazó fuertemente.

- ¿Ya es tarde para arreglar esto?

Fuiste Siempre TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora