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Dany y yo nos dirigimos hacia una pizzería cercana.

Mi peque estaba muy callada, y me imagino que por dos razones: uno; escuchar a los adultos gritar siempre es incómodo e injusto para los niños, o dos; sigue enferma y está decaída.

Nos estacionamos, entramos, tomamos asiento y ordenamos una pizza grande de pepperoni.

- No creo que nos terminemos esto nosotras solas.
- … - Ninguna reacción.
- ¿Crees que sí?
- … - Aún no hay palabras.
- Está bien, si crees poder terminar dos, pediremos dos.
- … Tía…
- ¿Sí?
- ¿Tú y Cris no van a volver a estar juntos?
- … ¿Por qué lo preguntas?
- Pelearon muy feo hoy, y él te dijo cosas muy feas.
- Sí, acerca de eso. Nada de lo que oíste lo repitas, ¿OK? Son malas palabras que no debes decir.
- Lo sé. No las diré, pero; ¿qué pasa con él?
- Daniela, sé 100% honesta conmigo; ¿te agradaba Cristóbal como novio mío?
- … No.
- Muy bien, es todo lo que que quería saber. Y ahora, comamos pizza tranquilamente.

Empezamos a comer mientras hacíamos bromas entre nosotras, el tema “Cristóbal” ya no se tocó en la comida. Casi era; no, era definitivamente un bello momento hasta que…

- ¡Maestra! Qué sorpresa.

Una molesta voz femenina llamó mi atención y la de Dany, haciendo que volteáramos en dirección a la puerta de la pizzería. Entrando estaban Kike, Aarón y su esposa, quién se dirigía hacia nosotras.

En automático me levanté, dejando que ella me diera un abrazo que fue de lo más extraño e incómodo. Mientras me abrazaba Aarón me volteó a ver confundido.

Me soltó dejándome respirar.

- Mi amor, ya la conoces, la maestra de Kike.
- Sí, sé quién es. – Le tomó del brazo pegándose más a él.

~ Quita tus manos de él. ~

- Pues claro, tú viniste esta dos semanas. ¿Verdad que luce muy joven?
- Sí, lo hace.
- Maestra si no es indiscreción, ¿cuántos años tiene?
- Leslie, creo que-
- Tranquilo, SR. Martínez . – Me aseguré de resaltar la palabra “Señor”, no con enojo, sino para evitarle problemas si le decía “Aarón”. – Tengo 27 años, señora.
- ¿En serio? – Me dio una larga mirada a toda mi existencia. Después me dedico una perfecta y falsa sonrisa. - Se ve más joven.
- Gracias.
- Bueno, venimos a comer, así que será mejor que nos vayamos a sentar.
- ¿Podemos comer aquí, papá?

Kike ya había tomado asiento junto a Dany y estaban platicando mientras nosotros “hablábamos” también.

- Creo que sería mejor que nos sentáramos en otro lugar.
- Yo opino igual que Kike . ¿Le molesta, maestra? ¿O es de esas que no convivencia los alumnos fuera de clases?

~ Sí. ~

- No, claro que no. Siéntense, por favor.

Fuiste Siempre TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora