-- 32 --

120 5 0
                                    

- ¿Qué me ves?
- Espero las lágrimas.
- Síguelas esperando.
- En tres… Dos… Uno.
- Basta Tania, pásame el helado.

Mi linda “hermana” había comprado un bote de chocolate para mí, mientras que ella tomaba de fresa.

- Entonces… Tú y Cristóbal, juntos.
- Sí, ¿algo qué decir?
- Muchas, pero no vas a quererlas escuchar. Prefiero que me digas qué pasó por tu mente cuando fuiste con Aarón, ya sé que por eso estás con Cris.
- Pues… ¿Qué te puedo decir? Fui a verlo, lo encontré con su mujer, salí de ahí y fui con Cris.
- Pero, ¿por qué fuiste?
- Porque... Quería verlo. Creí… que-
- Podrían tener algo, ¿cierto?
- Así es, pero no pasó eso. Y ya no voy a darme más vueltas a la cabeza. Simplemente no es sano y nada más desperdicio energía.
- … Esto es una tontería.

Mientras comíamos helado entró un mensaje.

Aarón: Oye… Ya no sé ni porque te escribo… ¿Podemos hablar?
- Deberías hablar con él.
- ¿Por?
- ¿Quién sabe? Podría ser importante.
- ¡HEY!

Arrancó de mi mano mi teléfono y escribió algo. Me lo pasó de vuelta y leí lo que había escrito.

Para Aarón: De acuerdo. ¿Cuándo nos vemos?
- ¿Por qué lo hiciste?
- Porque tú no lo ibas a hacer y te ibas a arrepentir.
- Pero- - Entró un mensaje nuevo.
Aarón: ¡Gracias! Te veo el lunes, ¿sí?
Para Aarón: Claro.
- Al fin.
- Cállate, Tania.
-Escúchame, lo QUIERES. De qué tienes aversión à la palabra amor, pero a Aarón lo quieres. Y aunque no me agrade, tampoco es justo que uses así a Cristóbal. Aclara tu mente antes de cometer una estupidez.

----

El domingo ya tenía las cosas de Cristóbal en mi casa, amontonadas, pero sin Cristóbal. Él había vuelto a su casa porque no teníamos suficiente espacio aún para dormir los dos juntos. Pero tenía un buen de llamadas y mensajes de él, diciendo lo feliz que era de que íbamos a vivir juntos.
Pero, eso no me parecía lo más importante.

~ ¿Cuándo vas a aceptar que aún quieres a Aarón? Porque me estoy cansando de esperar. ~

Después de haber recibido ese mensaje de Aarón y que Tania contestó, no había tenido señales de vida de él. Cómo antes. Que  sorpresa.

Felicidades Mia, tu máquina del tiempo funciona; volviste a cuando tenías 16 años.

Fuiste Siempre TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora