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Al llegar a la escuela el lunes, de nuevo me sentía como el día que salí con Aarón y los amigos de Alex. Nerviosa por saber que lo vería. Las clases fueron bastantes tranquilas. Pero Dany no vino a clases, y Kike estuvo bastante decaído. En el receso decidí hablar un poco con él.

- ¿Cómo te sientes, Kike ?
- Bien, creo.
- ¿Crees?
- Sí, es que... No está Dany para jugar, y me aburro mucho.
- En serio te agrada Dany, ¿verdad? - Formé una pequeña sonrisa, en serio son muy lindos cuando son pequeños.
- Sí, es mi mejor amiga, y me gusta mucho.
- Que bien. Es bueno que te guste.
- Sí, pero también me gusta estar aquí y jugar con el resto de los niños, como Emanuel y Lilly.
- ¿Y cómo van las cosas en tu casa?
- Mi mamá se ve feliz, pero el miércoles mi papá estaba muy triste, y decidió quedarse en su oficina. Pero el sábado volvió y me llevó al parque. Estaba muy feliz.
- ... Que bien por él.
- Oiga, hoy va a venir mi mamá por mí.
- ... De acuerdo.

Demonios, no estoy lista para esto.

Desventajas de ser maestra, tú despides a tus alumnos. Así que cuando dio la hora de la salida eramos Kije y yo esperando a su mamá, que llegó en coche deportivo negro.

- ¡Mi amor!

La mujer bajó del auto vestida con un hermoso vestido negro y un blazer blanco, con zapatillas blancas. De nuevo, su cabello negro largo mostraba un ondulado de estética que se le veía muy bien. Se quitó sus gafas de sol mostrando unos lindos ojos verdes y sus labios se curvearon en una sonrisa.

Maldición, sí que era linda.

- Maestra, discúlpeme. Pero el tráfico estaba criminal de camino a acá.
- Sí señora. Lo entiendo. - Extendió su mano con sus perfectas uñas rojas.
- Jamás me presente cómo se debe. Leslie Gálvez. Mucho gusto.
- Mia García. Encantada.

Cuando tomó mi mano con la suya la apretó levemente. ¿Ella sabía que yo había sido la que interrumpió su momento con Aarón? No había manera de eso.

- Kike me ha hablado mucho de usted. En serio la adora.
- Gracias, es un niño encantador.
- Lo sé, se parece a su papá. - Algo de aire se escapó de mí. - Debe conocerlo, estos días debió-
- ¿Venir? Sí, lo hizo. Verdaderamente se parecen él y Kike.
- Lo sé. Habíamos tenido problemas, pero ya los arreglamos.

~ Maldita sea... Tengo que ¿escucharla? ~

- Me alegro por ustedes.
- Gracias, bueno. Debo retirarme, hoy Kike y yo iremos con su abuela.
- De acuerdo, hasta luego.

Y se fueron.

OK. Tuve unas ganas enormes de arrancarle la cabeza con su cabello perfecto. Maldita.

Me subí a mi auto y me dirigí a la empresa de Aarón. Pero antes de salir del auto me pregunté si debería de haber venido o no. Aún tengo tiempo de irme...

- Señorita. - Volteé a ver quién me hablaba, el señor de seguridad de la vez pasada. - Buenas tardes. ¿Viene a ver al señor Martínez?
- Yo... Este... Sí, vengo a verlo.

Bajé del auto y me dirigí a la entrada; la recepcionista me saludó con una expresión avergonzada en la cara. Lo sé, lo sé. No fue su intención. Trato de avisarme.

Subí el elevador y atravesé el pasillo. A diferencia de las últimas veces, mi paso era firme. Todo mi coraje se acumuló en lo que llegué a su puerta.

- Hola.

Alzó la vista de los papeles en su mesa. Se veía un poco ojeroso, pero su sonrisa fue enorme.

- Al fin.

Se dirigió a mí, abrazándome fuertemente contra sí.

- Creí que no vendrías. - Cerró la puerta con seguro y me señaló el mismo sillón de la vez pasada.
- Pensé en no hacerlo.
- Pero aquí estas. Me alegro.

Volteé a verlo tomar asiento junto a mí.

- Yo, en serio quiero hablar de lo que pasó
- Yo no sé si quiero... Pero aquí estoy.
- Lo sé. Yo... Bueno, Leslie regresó.
- Lo sé, la vi.
- Sí, bueno, ese día llegó de la nada. Se supone que volvería la semana siguiente.
- Entiendo. - Se relajó. - Y pensaste en volverme tu "algo" mientras ella volvía.
- Eh... No, si ese fuese el caso no habría buscado abogados y no me molestaría que le haya mentido a nuestro hijo que se iba con su "amigo", en vez de decir amante. Pero esta bien, sí, tú fuiste mi "algo" de estas dos semanas.

OK, creo que lo hice enojar.

Fuiste Siempre TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora