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- ¿Cómo sabes dónde vivo?
- Cris me lo dijo.
- Ya veo.
- ... ¿No me vas a invitar a pasar?
- No. No tengo idea de cómo seas y no voy a arriesgar mi hogar con una desconocida, qué lo único que sé de ella, es que ha estado con mi novio.
- No tienes idea.
- No quiero tenerla.
- Pues tal vez quisieras. ¿Has visto a Cris estos días?

~ Esto comienza a apestar. ~

- No, pero me imagino que tú sí.

Una fea sonrisa (OK, eso era mentira, pero yo la vi de una manera horrible. ¿Por qué tenía que ser tan bonita?) se le dibujó en la cara.

- Así es, y tengo que decirte... esperaba más de la "mujer de sus sueños" de Cris.
- Pues, perdón por romper tu ilusión. Sólo soy yo.
- No entiendo como prefiere estar contigo a estar conmigo.
- Pregúntale.

La tipa se acercó un poco a mí, dejándome recargada entre mi puerta y ella.

- ¿Crees que en serio Cris te quiere? ¿De verdad?
- Si me vas a decir algo dímelo y ya.

Sacó su teléfono y me mostró una foto. Ella y Cristóbal, en la playa, besándose. Esa ocasión fue, recuerda Mia... El mes de mi cumpleaños, Cristóbal me dijo que tenía que salir por un negocio... Ahora sé cuál era ese negocio. Y esto tiene...

- Hace más de un año, en caso de que te lo preguntaras.
- No lo hacía, pero gracias por aclarármelo. - Le conteste sarcástica.
- A lo que me refiero. – Volvió a guardar su celular. – Es que deberías dejar a Cristóbal ahora. Él claramente no quiere estar más contigo. ¿No es mejor para todos el que terminen ahora?
- Si no quiere estar conmigo, ¿Por qué me pidió vivir juntos?
- Él sabe que lo amas, ¿no es mejor darte lo que quieres?
- Evidentemente no sabes quién es el que ha estado suplicando por ello. Cristóbal lleva meses rogándome que vivamos juntos, no al revés.
- ¿Ah, sí? Pues... - Algo me dice que Ana vino sin decirle a Cristóbal. – Él... sólo quería que siguieras pensando que te amaba. Llevamos casi toda su relación juntos y-
- ¿Creíste que lo mejor era qué lo mío terminara ya, para que pudieras meterte oficialmente en su cama, y no como la amante? – Su cara se volvió como un tomate. – Deberías preguntarle a él, por qué no ha hecho eso.
- ...
- Ahora, sí no tienes nada más que deci-
- ¿Mia? ¡¿Ana?! ¿Qué haces aquí?
- ¡Cris!

Ana salió corriendo hacia donde estaba Cris, que era prácticamente atrás de mí, el pasillo de mi departamento no es muy grande que digamos, y se colgó de su brazo.

Cris volteó a verla, y tras verse aprisionado, volteo a verme. Su cara era la representación de la idiotez.

- Mia, esto no-
- Cris, cállate. No voy a aguantar más estupideces.
- ¡No le hables así!
- LE HABLO COMO SE ME PEGUE LA REGALADA GANA. – Le grité a la mono roja esa, y es que ya me había cansado de ella y de Cris queriendo verme la cara de estúpida. - Ayer estaba segura que algo quedaba por salvar, pero ahora veo que no. Espero que aún tengas el número de la mudanza, porque mañana mismo me sacas tus cosas de aquí.
- Mia, espe-
- ¡No, Cristóbal! ¡Ya me cansé de ser la que te perdona las cosas y la que no puede cometer errores porque entonces es una zorra, fácil, e infiel! ¡Quise probarles a los demás que no eras tan imbécil perdedor como ellos creían! ¡¿Qué crees?! ¡Tenía razón, la única imbécil aquí soy yo!

Ana seguía agarrada de su brazo, pero usando a Cris como escudo. Él, por otra parte, trataba de soltar su brazo y sujetarme de mis brazos, pero yo en mi histeria, movía mis brazos como Animal de los Muppets. Estaba sacando todo el resentimiento posible acumulado de semanas.

- Mia, piensa las cosas, por favor. Ana no significa nada.
- ¡Cris!
- ¡Suéltame, maldita sea! Mia, sabes que tú eres el amor de mi vida. – Empezó a estirar su brazo hacia mí cuando otro lo detuvo.
- Deja a mi hermana en paz.

Alex apareció por las escaleras, sujetando la muñeca de Cris, llevándola lejos de mí mientras le propinaba un puñetazo en la mandíbula. Cristóbal se fue para atrás, chocando con la pared de enfrente, mientras Ana se agachaba con él.

Mi hermano volvió a acercarse a él, pero con Ana en el camino no había mucho que hacer. La loca empezó a gritar como si de verdad Cristóbal estuviese siendo maltratado o algo.

- Sabía que no eras suficiente para mi hermana. Pero acostarte con una zorra barata. Lárgate.
-Espera, Alex-
- DIJE QUE TE LARGUES.

Ana lo ayudó a levantarse mientras bajaban por las escaleras. Cuando lo perdimos de vista subió Liz.

- Vaya, no pensé que fuese tan cobarde. - Liz me abrazó por la espalda. – Lo escuchamos todo. Me alegro que lo hayas terminado tú. Pero... ¿Ya sabías de ella?
- ... Cris me lo comentó una vez... Pero me negué a creer que me iba a ser eso.
- ¿Qué vas a hacer ahora, hermanita?
- Cuando venga con los de la mudanza mañana, se va a llevar una sorpresa.

Alex me abrazó junto con Liz, formando un sándwich de Mia.

- Esa es mi hermana.

Fuiste Siempre TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora