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Habían pasado años, pero jamás le podría haber olvidado. Su sonrisa, sus ojos, su cuerpo, su voz que sólo escucharla hacía que perdiera otros sonidos para centrarme en él. Los años no habían cambiado mis sentimientos por él, sólo los habían escondido. Supuse que la distancia me haría olvidarlo.

Pero él había sido mi primer amor, la primera persona por la que había derramado lágrimas, por quién mis relaciones eran cortas, para no lastimar a quien podría quererme, porque jamás podría sentir por otro lo que sentía por él.

Y qué triste era saber que estábamos destinados a jamás estar más cerca de lo que el teléfono nos permitiría...

-Niños, entreguen sus tareas ahora por favor.

Mientras mis alumnos de segundo de primaria me pasaban sus tareas no pude evitar voltear a mi teléfono. Había tenido otra pelea con mi novio Cristóbal, y ya estaba harta de esa situación.

Siempre peleando por lo mismo: "Es tiempo de mudarnos juntos", llevábamos un año juntos, ¡un año!
Aún era demasiado pronto, pero él insistía en que entre más pronto mejor; pero no estábamos listos y no cedería. Mientras pensaba eso, noté como una hoja vacía llegaba a mi escritorio.

-¿Kike? ¿Por qué tu hoja está vacía?
-No quise hacer la tarea.

Enrique, "Kike", es uno de los niños más aplicados del curso... Para estar en segundo de primaria, claro. De esos niños que llegan con una sonrisa de oreja a oreja, gritando "Hola, maestra" desde que están cómo a 5 metros de ti. Siempre jugando, pero siempre levantando la mano para contestar tu pregunta; así la respuesta no tuviera nada que ver con lo que preguntaste. 

De esos niños que amas enseñarles...

O lo era hasta hace unas semanas, y el motivo del cambio era comprensible; sus padres se estaban divorciando. No conocía al padre, pero su madre (una mujer que personalmente no soportaba) estaba últimamente muy molesta y le gritaba en frente de todos. Por si misma ya era una mujer prepotente y difícil de tratar, ahora la situación se había agravado. Todo parecía estar mal, pero nunca ofrecía una solución. Y la situación no parecía estar mejor en casa. Sabía que la señora saldría de la ciudad "porque la situación del divorcio consumía mucha de su energía", pero me parecía solo un motivo para tomarse vacaciones.
El padre de Kike se haría cargo de él esos días. Sabía que eran cercanos por lo que decía el niño, pero también que era alguien que trabajaba todo el día. Era lógico que toda la presión familiar estresara al niño.

Había querido ayudarlo, pero él mismo empezó a aislarse de todos, menos de su mejor amiga, Daniela, mi "sobrina".

-Kike, no puedes seguir con esto. Estás a punto de reprobar el parcial. Voy a tener que llamar a tu madre.
-No está, se está mañana fue con un amigo a Veracruz.
-¿Y tu padre?
- ...
-¿Puede venir estos días? ¿Mañana?
- ... Yo le digo.
-Bien. Dile que lo espero mañana.

Y regresó cabizbajo a su asiento. Sé que no debería darle preferencia, pero no soporto ver a los niños así, a esta edad no es cuando deban preocuparse por esto; deben jugar, divertirse y reír; no estar afligidos.

Terminaron las clases y lleve a Dany a la casa de su madre, mi mejor amiga, a quien conocía desde la primaria, así como los niños. Deje a la niña frente a su casa, y vi a su mama salir a saludarla. Me despedí desde mi auto y arranqué. A diferencia de otros días que me quedaba a platicar, decidí volver a casa temprano. Tenía un mal presentimiento.

Y dicho y hecho. Afuera del departamento, un tercer piso, estaba sentado Cristóbal, con una clara mueca de enfado en su cara.

-Creí que llamarías.- me espetó.
-¿Hola, cómo estás? - contesté, irónica - Estaba en el trabajo; sabes que no llamó en horas laborales. - empecé a abrir mi puerta, pero Cristóbal la jaló para que no lo hiciera.
-Tenemos que hablar.
-Déjame entrar. - susurré.
-No hasta que aclaremos nuestra situación.
-No hay tal situación, Cris. No nos mudaremos juntos.
-¡¿Por qué carajos no?!

Tomó mi brazo con fuerza y me azotó contra la puerta, y por primera vez en mucho tiempo, sentí miedo.

-Cristóbal. - musité - Suéltame, por favor.
-¿Nos mudaremos juntos? Es mi ultimátum.
-Una semana. Déjame pensarlo una semana.

Resopló en mi cara, y por un momento creí que me pegaría, pero no lo hizo, jamás lo había hecho.
Me soltó y se bajó, molesto. Pero me sentí aliviada y entre rápidamente a mi departamento, sólo así me sentí segura. Lo sé ¿Por qué estar en una relación en la que lejos de él me siento segura? No tengo idea. Creo porque cuando no peleamos, es casi bueno estar con él. Me siento querida y protegida. Siento calma, siento lo más cercano que he sentido a cariño.

Sí, no siento amor por él.

Después de un par de "amores" fallidos, decidí que no llamaría amor a esa sensación.

Y Cristóbal lo sabía. Lo sabía porque era lo mismo con él.

Tomé un baño antes de cenar y revisar tareas de mis alumnos, que me relajó infinitamente, quitándome la sensación de Cristóbal sobre mí, me coloqué mi pijama y calenté un té; antes de calificar entré a Facebook para bobear un poco cuando vi una publicación.

"Aarón Martínez firma contrato con artista".

Vaya, parece que le va bien. No pude evitar esbozar una ligera sonrisa y cerrar esa página. Si seguía leyendo no terminaría esta noche.

Fuiste Siempre TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora