Capítulo 15.

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- Necesitamos hablar. - volteé a verlo, extrañada.
- ¿Sobre qué? - pregunte. Mario bajó la mirada.
- Es algo muy importante, sobre Sam. Mira lo que pasa es que... - Interrumpió el timbre, era hora de la siguiente clase. - Bueno, te digo en el descanso, ¿vale? - asentí confundida.

En las siguientes dos horas de clases me la pase muy pensativa, ¿qué habrá hecho Sam?, me dijo que era muy importante. Estaba muy preocupada y presentía algo malo. ¡Por fin! Había sonado el timbre, eche a mi mochila mi cuaderno y mi libro "a lo loco", igual que mis plumas, cerré mi mochila para salir rápidamente hacia la cafetería, ahí vería a Mario y lo más importante a Sam.

Al entrar a la cafetería busque a Mario con la mirada, lo vi en la mesa donde siempre comíamos, Sam estaba acompañándolo. Rápidamente me dirigí hacia ellos.

- ¿Qué pasa? - pregunte sentándome al lado de Sam.
- ____, ¿recuerdas cuando hicimos la promesa de estar una para la otra a pesar de los problemas, la distancia y todo lo que se interponga entre nosotras? - pregunto Sam, de repente.
- ¿Cómo olvidar eso? - sonreí ante el recuerdo.

Flash Back.

Estaba en el parque con una amiga que acababa de conocer hace apenas unas semanas, las dos teníamos la misma edad de ocho años. Mire a mamá que platicaba con la mamá de mi amiga, las dos reían, la estaban pasando muy bien. Traía mi pelota de hule bajo mi brazo, mi amiga llamada Sam traía una muñeca muy linda. Yo quería jugar con mi pelota, pero Sam quería jugar con su muñeca. Las dos empezamos a discutir por que juego escoger. Yo me enoje al igual que mi amiga, me fui al otro lado con mi pelota y Sam hacia el otro con su muñeca.

Rebotaba mi pelota contra el piso, entonces vi a unos niños que se acercaron a mi, eran dos, eran más grandes que yo. Uno de ellos me quito la pelota, yo intente quitársela pero era imposible, él era más alto que yo. Empecé a llorar, entonces vi como una piedra le cayo en la cara al compañero del chico que me había quitado mi pelota, luego otra y otra, hasta el punto de qué el chico corrió. El otro se quedo ahí parado mirando hacia atrás de mi, volteé a ver y vi a Sam con otro niño, no lo conocía, pero creo que ella si, porque chocaron sus puños como si hubieran cumplido una misión. Tomaron otras dos piedras cada uno y empezaron a amenazar al chico que traía mi pelota, el se resigno a dejar mi pelota frente a mi y luego se fue de ahí. Tomé mi pelota y fui corriendo hasta donde estaba Sam. El niño que estaba con ella se fue dejándonos a nosotras solas.

- Gracias. - dije limpiando mis lágrimas con el vestido que me había puesto mi mamá.
- No iba a dejar que esos bravucones te quitaran tu pelota favorita. - sonrió la pequeña castaña. Entonces la abrace. - Hagamos una promesa. - sugirió mi amiga.
- ¿Cuál? - sonreí.
- Hay que prometer vamos a estar una para la otra aunque nos enojemos... - interrumpí.
- ó cuando estemos distanciadas, por los viajes que haces siempre. - ella siempre viajaba con su mamá, siempre quise hacer eso con mi madre, pero ella prefería dejarme con las niñeras.
- Bueno, vamos a estar juntas aunque algo se interponga entre las dos. - levanto su meñique.
- ¿Prometido? - pregunte.
- prometido. - sellamos nuestra promesa enganchando nuestros meñiques.

Fin del Flash Back.

- ¿Por qué preguntas eso? - pregunte frunciendo el ceño.
- ____ hay algo de lo que debes saber. - cerro sus ojos y luego suspiro. - Me iré del país. - apretó sus ojos.
- ¡¿Qué?! - Pregunte confundída.
- Me iré del país, ____. Papá se asocio con unos empresarios de España, así que nos iremos a vivir allá. Juro que hice todo lo posible por convercer a mis padres para quedarme aquí, pero no me dijeron que no. - dijo cabizbaja.
- No, Sam... No. Eres mi mejor amiga, ¿qué haré sin tí? - pregunte al borde de soltar lágrimas.
- Tendrás a Mario, ____. El estará contigo, no te dejará sola. - sonrió con tristeza.
- No... No... - coloque mis manos en mi cabeza por la desesperación, tristeza, enojo. Todo se me había juntado. Salí corriendo de ahí, nuevamente me iba a salir del instituto.

Al cruzar la puerta de la caferia vi a Bryan, iba entrando, me vio y rápidamente se acercó a mi.

- ¿Qué te pasó? - pregunto preocupado.
- Nada que te interese. - conteste seca, lo empuje para quitarlo de mi camino y salí corriendo hacia el parque donde siempre iba cuando me sentía mal.

No había nadie vigilando la entrada, así que fue fácil salir de ahí, creo que escaparme del instituto ya se me estaba haciendo una costumbre.

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¡Hooooolaaaaa! *w*/
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La Chica de las Pulseras Negras. | Bryan Mouque |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora