Capítulo 10.

3.3K 252 17
                                    

Capítulo anterior.

- ¿Ahora me dirás que sucede? - susurro en mi oído.
- Suspiré. - Es que, siempre es lo mismo. Todo es un asco, mi vida es un asco, absolutamente todo es un asco.

Capítulo 10.

No le quise contar nada a Bryan, no ahora. Si lo hacia le tenía que contar todo, y para eso necesitábamos mucho tiempo, y no tenía ganas de hablar sobre eso.

Tiempo después ya estábamos en la sala, el me hacia platica para distraerme, o me hacia reír. Me di cuenta que eran las seis con cuatro minutos, Bryan debía ir a calentar para el juego de esta noche.

- Bryan... - volteó a verme rápidamente. - En una hora será el juego, debes ir. - sonreí forzosamente.
- No iré. - negó lentamente.
- ¿Por qué? - pregunte incrédula.
- ¿Crees que te voy a dejar aquí, sola? - me miro fijamente a los ojos.
- Tienes que ir, Bryan. Anda, ve. - le di unos empujoncitos para que se levantará.
- No, no me iré de aquí hasta que estés bien. - paso un brazo sobre mis hombros atrayendome a él.
- Mira, creo que ya estoy bien. Ve al juego, solo iré a tomar un baño y después te prometo que iré a verte. - levante mi mano derecha, prometiendo lo que dije.
- Esta bien. Pero si no quieres ir, no vallas. Me puedo quedar aquí contigo.
- Bryan... - le dije en un tono de advertencia.
- Okey, Okey, ya entendí. Allá te veo. - me dio un beso en mi mejilla y después salió corriendo de mi casa a la suya y de ahí se iría al instituto.

En cuanto oí la puerta principal cerrarse, corrí a mi habitación, busque entre mis cajones y al fin encontré lo que tanto buscaba: mi navaja. La tomé entre mis manos, recordé lo de papá, Kim se decepcionaría demasiado si se llega a enterar, mi mamá se enojaría más y si le contaba probablemente se desquite conmigo como todos los días que esta estresada. Levante las mangas de mi suéter y pase sin piedad la navaja sobre mis muñecas, estaba llena de coraje, tristeza, decepción, era una inmensa bola de sentimientos que me hacían sentir fatal. La sangre corría por mis brazos, no era mucha, eran pequeñas gotas que resbalan por mis muñecas, y caían al piso de mi habitación. Entonces imágenes de Bryan pasaron por mi mente, el día en que me dijo que le gustaba, las veces que ha hecho cosas lindas por mi, entonces sentí vergüenza al hacer esto y no sabia por qué. Corrí al baño de mi habitación e inmediatamente lave mis muñecas. Después me quite mi ropa para darme una ducha porque iría al juego, no tenía ganas de ir, me sentía muy mal, pero se lo había prometido a Bryan. Con cuidado me bañe, tratando de que no me cayera jabón en las heridas, aunque a decir verdad fue imposible. Al salir me enrolle en una toalla y después me puse unas vendas sobre las rayas, por último me vestí para ir al juego y apoyar a Bryan.

Le marqué a Sam, pidiéndole que me acompañara, pero estaba con su novio, luego le marque a Mario pero el no quería ir porque según él, los del equipo de fútbol americano eran unos presumidos, se me ocurrió llevar a Kim, pero estaba platicando por Skype con quien sabe quién.

Entonces me tuve que ir sola, apenas estaba oscureciendo, no me daba miedo andar por las calles sola, total, mi vida ya era un asco y si me asaltaban, asesinaban, secuentraban, me daría lo mismo.

Llegue al instituto a las siete con treinta y tres minutos, Fui al campo y ahí estaban todos, las porritas, los jugadores, maestros, alumnos, familiares, no conocía a nadie, los jugadores aun no salían, subí a las gradas, una chica me hizo una seña con la mano, diciendo que me acercará, dude en hacerlo, tal vez le hablaba al alguien de abajo y no a mi. Hasta que ella bajo las gradas con cuidado y me saludo. Era una pelirroja, con ojos verdes y pequeñas pecas.

- Hola, ____ - sonrió. La mire confundida, no la conocía y ella sabia mi nombre. - Soy Lucia. - me tendió la mano para saludarme.
- ¿Cómo sabes mi nombre? - pregunte luego de habernos saludado.
- Ahora eres popular. - Escogió sus hombros, riendo. - Bryan no se despega de tí, cuando no estas con él, solo habla de tí, ahora todo el instituto te conoce. - me sonroje al escuchar eso, Bryan hablaba mucho de mi, espero que sean cosas buenas. - Soy de las chicas que se junta con Bryan, soy su mejor amiga. Vamos a sentarnos, el juego esta por empezar, que bueno que viniste. - me tomo del brazo para llevarme a sentar con ella.
- ¿No eres porrista? - la mayoría de las que se juntaban con Bryan en receso eran porristas.
- No. - arrugo su nariz con desagrado. - No me caen bien, son unas interesadas, solo quieren a los chicos por su dinero o para acostarse con ellos. - rodó los ojos, por lo que dijo se lleva muy bien con todos los amigos de Bryan. Se escucharon gritos y aplausos, los chicos habían salido, con sus cascos en manos.

Empezaron las porristas a hacer esos bailes raros, luego empezó el juego, no entendía nada, solo se pasaban el balón de un lado a otro, cuando anotaban (o como se diga) hacían bailes raros, los jugadores al igual que las chicas que los apoyaban, nosotras gritabamos junto con otras chicas y chicos que al igual eran amigos de Bryan. Ellos no eran malas personas, eran agradables y amables. El juego estaba por terminar, estaban empatados, Bryan le lanzo el balón a Alonso, él corrió esquivando a la mayoría del equipo contrario, los demás trataban de quitarle a los jugadores para que él tuviera el camino libre y luego ¡Pum! Aventó el balón cuando estuvo en la zona de anotación y luego gritaron todos, había anotado y con eso habían derrotado al equipo contrario. Todos se abrazaron, brincaron, bailaron raramente y cargaron a Alonso. El equipo contrario solo los miraban molestos. Bryan volteó a vernos, se separó de los demás y corrió hasta nosotras, Lucia y yo bajamos rápidamente de las gradas para ir a felicitarlo por haber ganado. Al llegar abajo lo abracé y él me cargo dándome vueltas, Lucia se reía de nosotros dos y luego Bryan me bajo para que la pelirroja lo abrazara.

- Felicidades, Bryan. - dijimos al unísono y luego reímos.
- Gracias, Chicas. - nos sonrió. Entonces se acercó a mi.
- ____, espérame en el estacionamiento, te llevaré a tu casa. - susurro en mi oído.
- Okey. - conteste. Él se alejó de nosotras para irse a cambiar y tomar una ducha. Observé a Diego (el chico popular que les había mencionado antes), nos miraba con una sonrisa burlona, luego se alejó de ahí negando con su cabeza. ¿Qué le pasaba? Más atrás de él, estaba una porrista, tenía los brazos cruzados y me miraba con furia, ella es la chica que dije que no se separaba de Bryan, era la co-capitana del equipo de porristas, ¿su nombre? Katia.

- ¿Por qué te mira así, Katia? - pregunto Lucia con el ceño fruncido.
- No lo sé, tal vez porque me vio con Bryan. - encogí mis hombros.
- Huuuy... Bryan. - dijo picara. Dándome un golpecito en mi cadera con la suya. Agache la miraba, sonrojada.
- Te sonrojas muy fácil. - rio, Lucia.
- Vamos a esperar a los chicos en el estacionamiento. - tomó mi mano y luego salimos corriendo hacia donde estaban sus carros estacionados.

♪ ♬ ヾ(´︶'♡)ノ ♬ ♪

¡Hola! :$
Les puse el capítulo largo ;3
Espero que les haya gustado :)
¿Quieren que la rayis ande con Braian? :3

Voten y comenten por favor. ┐(*w*)┌

No sean malas </3 

Ya casi cumple años, el Miguel x'DDD

Les dejo mis redes sociales:
Twitter/Ask/Instagram: @Iseela_Castillo

¡Paz!

La Chica de las Pulseras Negras. | Bryan Mouque |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora