Capítulo 28.

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La primera semana en el mundo muggle pasó rápidamente, hoy ya era sábado por la mañana.

Me levanté y salí de mi habitación con la ropa que iba a ponerme, tenía que ir al baño (que por si no os acordáis compartíamos con los chicos) y justo cuando salí de mi habitación Draco salió de la suya, creo que él también iba al baño porque llevaba su ropa en una mano al igual que yo. Los dos nos miramos y después miramos la puerta del baño. Al instante los dos salimos corriendo pero, por lástima, él llegó antes.
- ¡Malfoy abre! ¡Si yo tardo muy poco! -grité medio riendo.
- Sí, claro, eres una chica, las chicas nunca tardan muy poco -me dijo desde dentro.
- Puf... ¡Machista! -bufé y me senté en el sofá a esperar a que Draco saliera.

Tardó media hora en salir.
- Ya estoy, ya puedes entrar -me dijo saliendo ya vestido.
- ¿Dónde quedaron las lecciones de modales? Te recuerdo la número uno por si se te ha olvidado: "Las damas siempre van primero" -le dije empujándolo cuando salió del baño y mientras entraba yo.
- Y yo te recuerdo que soy un Malfoy -oí como se fue a la cocina, a desayunar supongo.
Yo me duché y me vestí, la verdad es que hoy había decidido conjuntarme bastante bien, con unos shorts amarillos junto a una camiseta estampada multicolor y unas sandalias rosas. Entonces salí del baño y me fui a desayunar.
- Te ves... bien -me dijo Draco desviando la mirada de la televisión para mirarme a mí.
- Gracias, tú también... Malfoy.
- Tu hermano y tu amigo la comadreja están durmiendo -comentó apagando la televisión.
- Muy bien por ellos -contesté sin mirarle.
- Y eso quiere decir que puedo hacer esto sin que se den cuenta -dijo levantándose y caminando hacia donde yo estaba.

Justo en ese momento me cogió de la cintura y me besó.
- Sí que nos podemos dar cuenta –se escuchó una voz desde la escaleras.
Yo me separé inmediatamente de Draco y miré hacia el lugar desde donde provenía la voz, me encontré con Hermione haciendo voz de chico y riéndose ella sola.
- ¡Hermione! ¿Por qué has hecho eso? Pensaba que era Harry o Ron -dije todavía un poco asustada.
- No sabes lo divertido que es esto –se rió mientras se preparaba su desayuno.

- Pues a mí no me hace ninguna gracia...

***

- De verdad que no las entiendo, ¿cómo pueden pasarse más de tres horas mirando, probándose y comprando ropa? -preguntó Ron ya desesperado con unas cinco o seis bolsas llenas de ropa desde fuera de una tienda.
- Eso amigo, es su naturaleza, la de todas las chicas, rara vez he visto a una chica que no le gusten las compras -dijo Harry también con unas seis o sietes bolsas desde fuera.
- De verdad, como os quejáis, tampoco es para tanto -intervine yo saliendo con Pansy (que creo que a la hora de ir a comprar ropa nos llevábamos genial), Herms y Anastasia de la tienda y dándoles más bolsas a los chicos.
- Potter, ya no os quedan más tiendas, ¿a dónde vamos ahora? Aún queda una hora para que sea la hora de comer -informó Blaise.
- ¿Qué os parece si vamos a los recreativos de la última planta? Están al lado de los restaurantes -les dije mientras miraba a Hermione.
- ¿Recrea...qué? -preguntó Draco.
- Nada, un sitio para jugar, venga vamos.
Subimos todos a la última planta y nos fuimos al lugar donde estaban los recreativos.
- Guau, cuantos colores y cosas que se mueven -dijo Seamus maravillado.
- Si, si, muy bonito todo pero ¿qué hacemos con todas estas bolsas? -preguntó Draco.
- Hechizo de extensión indetectable –señalé mi pequeño bolso.
- ¿Qué?

Ese hechizo obviamente no lo habíamos dado en clase todavía, a mi me lo enseñó Herms.
- Pero _____ aquí no podemos hacer magia... esto está lleno de muggles -dijo Hermione.
- Pues vamos a los baños y allí lo hago.

Hermione asintió y entre las dos cogimos todas las bolsas (que siendo sincera, eran muchas) y nos metimos al baño, yo le hice el hechizo a mi bolso y metimos todas las bolsas dentro de él.
- Ya está, ¡ahora vamos a jugar!
Estuvimos lo que quedaba de tiempo hasta que nos avisaran para comer jugando en los recreativos, en el tiro al blanco yo no acerté muchas, así que no me llevé ningún premio. Después comimos en el McDonald's (que por cierto ese nombre me recordaba a McGonagall no sabía por qué), Pansy se negaba a comerse su hamburguesa con las manos, dijo que la pizza se la comió porque no la veía nadie pero que ese sitio estaba lleno de gente (al final la obligamos a comérsela con las manos) y después de descansar un rato en los sillones de masajes que habían allí (otra de las cosas de las cuales Ron se quería casar con ellas) al fin nos metimos al cine a ver la película.

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