Capítulo 6.

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- Oh, mierda llego tarde, lo siento Cedric, es que tenía muchos deberes y Herms me llevó a buscar una cosa y...

- Tranquila no pasa nada, ven siéntate, ¿de que me querías hablar? –escuché la voz de Cedric, tan serena y tranquila como siempre, interrumpiéndome.

- Eh... pues, yo quería preguntarte si... –lo miré temerosa a sus ojos castaños- ¿vas a participar en el torneo? -pregunté directamente.

- Si... –me aseguró suspirando- quiero participar porque el torneo es una oportunidad para demostrarme a mí y a mi padre...

- Cedric tú no tienes que demostrarle nada a nadie, eres un gran mago, todos lo saben -le interrumpí ahora yo- ¿no te das cuenta de que podrías morir? –le espeté mientras mis ojos se cristalizaban y se me escapaban algunas lágrimas, porque de solo pensar que Cedric pudiera morir, yo... no ______, no pienses eso, por Merlín.

- ______ tranquila -dijo él abrazándome para consolarme- no me va a pasar nada, ¿es que no confías en mí? -me preguntó mirándome a los ojos.

- Cedric claro que confío en ti, ¿cómo no voy a confiar en ti?

- Pues entonces estate tranquila ¿vale? -asentí- venga deja de llorar y dale otro abrazo al grandullón de Cedric –me dijo poniendo una voz muy grave al decir "grandullón", estirando los brazos hacia mi y sonriendo ampliamente.

Yo me reí un poco mientras me secaba las lágrimas con una mano y lo abracé muy fuerte.

- Bueno, entonces yo me voy porque aún tengo deberes que hacer, adiós Cedric –me despedí y le di un beso en la mejilla.

Me encaminé al castillo pero en vez de dirigirme a la biblioteca torcí mi camino y busqué el baño de Myrtle la llorona ya que allí habíamos quedado Draco y yo.

- Hola Draco.

- Hola ______.

- Uh... los novios vienen a verse a escondidas –se escuchó la voz fantasmagórica de Myrtle saliendo de un retrete.

- Tú calla, llorona –la insultó Draco.

- ¡Draco! no la trates así, pobrecita –le reprendí para después mirar a Myrtle- oye Myrtle, tu y yo somos amigas ¿me guardarías el secreto, verdad?

- Claro ______, pero solo porque me caes bien ¿eh? -aseguró- bueno, yo me vuelvo a mi retrete ¡adiós parejita! -y desapareció de nuestra vista.

- ¿Como puedes ser así? –sentí la voz de Draco a mi espalda.

- ¿Así como? –le pregunté confundida mientras me acercaba a él.

- Así de adorable... ¡te llevas bien con todo el mundo!

- Ya te lo he dicho, es el encanto Potter –reí negando con la cabeza mientras pasaba mis brazos por su cuello acercándolo más a mi.

- Puede pero, es que te llevas bien hasta con mis amigos, que son tus enemigos.

- Me llevo bien con las serpientes, solo porque tú eres una serpiente –le aseguré para después dejar un dulce beso en sus labios- ¿sabes? echo de menos tus besos a lo largo del día –le sonreí como una boba.

- Yo también, creo que soy adicto –me contestó con la misma mirada boba para besarme esta vez él.

Supongo que desde fuera a más de uno le daríamos náuseas ahora mismo, pero así era el amor a veces...

- Oye –le llamé cuando una idea cruzó mi mente y mi semblante se volvió serio- ¿tú no tendrás pensado intentar participar en esa mierda de torneo verdad? 

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