Capítulo 38.

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Al día siguiente me desperté e hice mi rutina diaria: me levanté, fui al instituto con los demás (todo igual de normal, qué aburridos son estos muggles, echo de menos las clases de Hogwarts, eran mucho más interesantes). Por la tarde me fui a ensayar y por la noche lo mismo, cenar y dormir.
Saltémonos un poco la semana... hasta el domingo.
Hoy, como todos los domingos, teníamos que irnos a la playa, así que rápidamente me metí al baño y me cambié por un bikini de flecos negro, unos shorts rojos, mis viejas converse, un top negro, mis gafas de sol y mi pelo recogido en un moño.
Me puse a hacer el desayuno mientras escuchaba música. Hoy me había levantado la primera porque no había nadie en ningún lado todavía.
Estaba mirando algo en la nevera cuando alguien me agarró por detrás y me dijo:
- ¡Buh!
- Joder Draco, qué susto me has dado -le dije después de haberle visto la cara.
- Buenos días -me dijo sonriendo y dándome un corto beso en los labios, después se fue hacia la... ¿cafetera?
- Ehh... Draco, ¿tú tomas café? -le dije mientras mientras le daba un sorbo a mi zumo de naranja.
- Sí, esta cosa me despierta, eso es lo que dicen los muggles ¿no? -me dijo, yo solo negué con la cabeza sonriendo.
- Al final te vas a convertir en un muggle -bromeé.
- Sí, claro, y Granger en una tonta -me dijo también de broma.
- Puede ser, quién sabe...
- ¿Qué habláis de mí? -dijo Hermione apareciendo en la cocina.
- Nada, nada. ¿Los demás siguen durmiendo? -pregunté.
- Pues, Pansy está hablando en sueños, dice algo como: "Blaise te amo, nunca me dejes..." ya sabes... Y me he asomado a la habitación de Harry y Ron y también están profundamente dormidos, creo que tendrás que ir a despertarles. 
- Siempre me toca a mí... -le dije rodando los ojos.
Me terminé el desayuno y fui a despertarles. Hoy decidí tirarles un cubo de agua a la cara, Ron me lo medio agradeció (ya sabéis, por que eso lo despertó del todo) pero Harry no tanto, le salpiqué sin querer las gafas y las tuvo que limpiar.
Después desperté a Pansy, también me costó un poco despertarla, la tuve que tirar de la cama pero logré hacerlo al fin.
Cuando ya estuvimos todos, nos fuimos a la playa. Lo de siempre, subirnos al autobús y llegar a la misma playa de siempre.
Estábamos Draco, Hermione, Theo y yo tumbados en las tumbonas (Draco estaba a mi lado) mientras que los demás estaban en el agua o jugando al voley.
- Señorita Potter -oí decir a alguien por detrás, me giré y vi a McGonagall y estaba... diferente, iba en... traje de baño muggle. Qué imagen, por Merlín.
- ¿Necesita algo profesora McGonagall? -le pregunté caminando hacia ella e intentando contenerme la risa, oía la de Draco y la de Theo desde aquí, incluso creo que un poco la de Hermione.
- Sí, necesito que le comunique a sus compañeros que la semana que viene iremos al museo de cera nacional muggle.
- Vale, ¿qué día?
- El martes, porque el viernes es su actuación y el domingo tendremos la última salida a la playa y de aquí ya nos iremos hacia la estación.
- Está bien, yo se lo digo, gracias por la información profesora McGonagall.
Me volví hacia mi tumbona y nada más tumbarme los cuatro estallamos en carcajadas.
- Jamás olvidaré esa imagen -dijo Draco.
- Yo tampoco -le contesté.
- Pobre mujer, tampoco le quedaba tan mal ¿no? -dijo Hermione. Draco, Theo y yo la miramos con una ceja alzada– bueno, es posible que se viera un poquitín patética pero tampoco habléis así de ella.
- Tú no nos mandas, Granger -dijo Draco y yo le di suavemente en el hombro- vale, vale, ya paro.
- Amansas fieras _____ -me dijo Hermione sonriendo.
- No Hermy, amanso serpientes que es diferente -las dos nos reímos.
Me di cuenta que a unos cuantos metros había un chico rubio de ojos azules limpiando su tabla de surf, me subí las gafas de sol para poder verle mejor y le pregunté a Draco.
- ¿Quién es ese, Draco?
- ¿Quién, ese rubio de allí? Es el prefecto y acompañante de Ravenclaw, creo que se llama Christopher -me informó.
- No está mal -le dije mirándole, el tal Chris se dio cuenta de que le estaba mirando y me guiñó un ojo. Yo me medio sonrojé.
- ¿Qué? ¿Cómo que "no está mal"? ¿Te... te gusta? -me dijo alarmado Draco.
- Ains, no, sólo... me llamó la atención su pelo.
- ¿Su pelo? Ese es un rubio oxigenado -me dijo celoso.
- Tenéis el mismo color de pelo –me reí divertida.
- Da igual, yo estoy más bueno que él ¿a que sí? Reconócelo vamos, quiero oírlo.
- Lo que hay que escuchar... -me susurró Hermione, yo solo sonreí y me levanté de mi tumbona para sentarme en la suya.
- Sí, Draco, estás más bueno que él. Y aunque no lo estuvieras, tú tienes algo que él no tiene.
- ¿Mucho dinero y una cara bonita? -me dijo poniendo una cara muy graciosa.
- No, tonto, me tienes a mí -y ahí fue cuando le besé. Hermione y Theo pusieron cara de asco y el tal Chris ese al darse cuenta de que besaba a Draco se fue más lejos con su tabla poniendo cara de decepción.
- ¿Te quedó claro? Ya he tenido que decirte esto más veces y parece que no lo entiendes -le dije cuando me separé de él y me quedé mirándole a los ojos.
- Sí, me quedó claro que tú eres mía -me sonrió.
- Y tú mío -también le sonreí y nos volvimos a besar.
- Más cursis y no nacen -dijo Theo.
- Estoy de acuerdo contigo, Slytherin -dijo Hermione.
- Qué amargados -les dije cuando me volví a tumbar en mi tumbona- Hermione tú no te quejes, tú tienes a Ron, tarde o temprano saldréis juntos, ya lo verás -Hermione se sonrojó y negó con la cabeza-. Y tú Theo... ¿tú a quien quieres? Nunca hablas de chicas.
- Eso, yo tengo a _____, Blaise a Pansy y tú, ¿a quién tienes? No voy a permitir que seas el amigo soltero -le dijo Draco.
- Pues a lo mejor lo seré, no sé, las chicas no me atraen de momento -explicó Theo tranquilamente.
- ¿QUÉ? -gritó Draco, se levantó de la tumbona muy alterado y se acercó a Theo- ¿Cómo que no te atraen las chicas? ¡¿No serás un mariclon de esos como lo son los muggles?! -le gritó.
- ¿Mari... qué?
- Oh por Merlín -Hermione y yo empezamos a reírnos como locas-. Se dice maricón Draco y la verdad es que no me gusta que uses esa palabra -le espeté, pues era un término bastante ofensivo.
- Como sea, ¿te gustan los hombres? -le preguntó directamente Draco.
- ¿Qué? ¿Pero qué dices? ¿Cómo me van a gustar los hombres? -dijo Theo.
- Menos mal, si te gustaran los hombres no te vuelvo a hablar en mi vida -dijo Draco calmándose. Traté de no darle demasiada importancia a su homofobia. Al fin y al cabo, el mundo mágico (y más en concreto, los "sangre limpia") siempre había apoyado única y exclusivamente las relaciones heterosexuales.
- Menudo par -dije yo-. Theo no tiene cara de que le vayan los hombres.
- Ah, ¿es que eso se nota por la cara? -me preguntó Theo.
- Más o menos -me volví a reír ante la ignorancia de mi novio y sus amigos. Aunque me anoté mentalmente volver a hablar sobre este tema con Draco en un futuro. 
Llegó la hora de comer, vinieron todos los que faltaban y yo saqué los bocadillos. Comimos y luego descansamos un rato, en seguida Harry y Ron se fueron otra vez al agua y Pansy y Blaise a hacer sus cosas cursis por algún lado.
- Mira, Hermione, alquilan tablas de surf, ¿quieres una? -le pregunté.
- ¿Tú sabes surfear?
- Más o menos, ¿tú?
- Igual.
- Bueno pues yo voy a alquilar una, me hace ilusión.
- Venga, vamos.
Fui con Hermione hacia el puesto y le preguntamos al chico que había allí.
- Hola, eh... ¿cuánto cuesta alquilar una tabla durante una hora? -pregunté. El chico salió de debajo del mostrador-. Anda pero si tú eres Christopher ¿no?
- Eh... sí ¿cómo sabes mi nombre? -me preguntó.
- Me lo dijo un amigo -le quité hierro al asunto-. ¿Eres mago y trabajas aquí?
- No. Necesitaba dinero muggle y el señor del puesto me ofreció trabajo hoy.
- Pues... genial ¿nos alquilarías dos tablas de surf por favor?
- Claro, ¿sabéis montar?
- Mmm... más o menos -dijimos Hermione y yo.
- ¿Queréis que os enseñe? Yo sí que sé, me encanta el surf muggle.
- Ehh... pues vale -le volvimos a decir.
Le pagamos el alquiler de las tablas, las cogimos, él cogió la suya y nos fuimos hacia el mar, pero justo antes de entrar alguien llamó a Chris.
- Eh, tú, el rubito, solo aviso que la morena es mi novia, así que cuidadito con lo que haces -se escuchó la inconfundible voz de Draco detrás de nosotros.
- ¡Draco, por Merlín!
- Solo aviso -dijo mirando fatal a Chris.
Chris solo asintió y seguimos andando hacia el mar.
- ¿Tu novio es Draco Malfoy? -me preguntó Chris.
- Se podría decir que... sí.
- Entonces lo mejor será que no me acerque mucho a ti, no quiero que tu novio me mate -me dijo con ironía.
- Lo dice de broma... creo -le dije riendo- No sé, es que es muy celoso.
- Pobre de ti entonces -me dijo él también riendo.
- No, si me gusta que sea celoso, se ve tierno ¿no crees?
- Eh... no sé que responderte a eso.
Estuvimos una hora aprendiendo a surfear Hermione y yo con Chris. A veces yo veía las caras que ponían Ron y Draco cuando Chris nos tocaba, eran épicas y me daban risa.
Terminamos la "clase" y ya era la hora de volver al apartamento. Hermione y yo nos despedimos de Chris, recogimos las cosas y nos fuimos con los demás.
Al llegar a casa todos se fueron a dormir en seguida menos Draco y yo. Yo porque me quedé limpiando un rato y él... simplemente porque se quedó viendo la tele.
- Bueno y ¿qué tal te lo has pasado hoy en la playa? -le pregunté mientras me sentaba a su lado y le abrazaba.
- Mejor que tú no, de eso estoy seguro -dijo medio molesto. Qué mono está cuando se pone celoso.
- Oins, mi Draqui, que se pone celosín de un rubio surfero -le dije burlándome de él.
- Yo no me pongo celoso, solamente que no me parece bien que te pasaras con él toda la tarde.
- Draco, yo estoy contigo todos los días, solamente ha sido una tarde, ya está.
- Igualmente, no me gusta ese chico.
- A ti no te gusta cualquier chico que se me acerque a no ser que sea mi hermano, Ron, Theo, Blaise, tú y los profesores.
- Por algo será. Todos los demás que se te acercan siempre terminan enamorados de ti.
- Eso no es cierto -le dije medio molesta.
- ¿Ah no? La fotocopia Weasley, Cedric Diggory y seguro que el Chris ese también está enamorado de ti.
- ¿Y qué si es así? Yo ya les expliqué que solamente quiero ser su amiga y se lo tomaron muy bien –me defendí.
- Lo que tú digas -me dijo cruzándose de brazos y desviando su mirada de la mía.
- Draco...
- Qué -me dijo cortante.
- Venga no te enfades -no me hizo caso así que le cogí la cara con las manos y le obligué a que me mirara a los ojos- no discutamos por una tontería ¿sí? -él al parecer se rindió porque terminó besándome.
- Mis celos no son una tontería.
- Vaaaale -le di la razón-. Pero no te enfades ¿vale?
- Siempre me convences, no lo entiendo -me dijo sonriendo.
- Es que soy especial -le dije también sonriendo.
- Y tanto... -me volvió a besar y después nos fuimos a dormir.

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