Capítulo 24

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—No te enojes Luke.

Pásame con Cait.

—Hola papá.

¡Cait! ¿estás bien? ¿ningún rasguño? ¿nada?

—Claro que no papá, estoy bien.

Está bien. Mike ¡¿cómo piensas volver?!

—Y no sé.

Vamos Mike no pongas ese tono estúpido conmigo ¿y si no vuelven?

—Tranquilo no pasará nada.

Eso espero. Si le llega a pasar algo a Cait, quedarás calvo antes de tiempo.

—¿Antes de tiempo?

—¡Todos saben que te quedarás calvo si sigues pintando tu cabello! Pero si le pasa algo a ella, haré que lo pierdas más rápido.

—Relaja esas tetas imaginarias Hemmings y cálmate. Hagamos el ejercicio de inhalar y exhalar.

—¡Están perdidos en un país que no conocen, Mike! ¡A la mierda esos ejercicios de inhalación y exhalación!

—Agh tranquilo, sólo...preguntaré dónde queda el hotel.

—Mike... ¡ni siquiera sabes hablar italiano!

—Luke no empeores las cosas.

Ustedes no empeoren las cosas. ¿Al menos saben dónde están?

—No, sólo fuimos a la pizzería y como que nos emocionamos mucho por estar en Italia y nos alejamos BASTANTE y bueno, nos perdimos.

¿Sabes en que calle estás?

—Tampoco.

—¡Mike has un esfuerzo!

—¡Lo intento! Pero no tengo la menor idea de dónde estamos.

Okay, sólo no se muevan de allí. Adiós.

Tío Mike colgó el teléfono y me cargó.

—Bueno pequeña, debemos buscar el camino al hotel por nuestra cuenta.

—Pero papá dijo que no nos movamos de aquí.

—Si nos movemos tal ves encontremos más rápido el hotel que quedándonos parados.

Fuimos a no sé dónde y tomamos un autobús. Aún creo que es mala idea alejarnos. Después de una hora, bajamos de allí y encontramos una plaza.

—Oh, esta plaza es muy linda —dije.

—Tienes razón. Mira columpios.

Mike subió a este y me pidió que lo empuje.

—Debilucha, deja que lo haga yo mismo.

Mientras Mike se columpiaba yo fui a caminar, luego había dos hombres que se gritaban, lo cual no entendía nada. Había gente a su alrededor, luego uno de ellos agarra una botella y se lo estrella en la cabeza al otro lo cual este cae en el suelo con sangre. Fui corriendo asustada hacia mi tío lo cual él estaba feliz en los columpios.

—¡Tío! Debemos irnos. Hombres violentos y sangre —dije arrastrándolo.

Mike me cargó y rápidamente nos fuimos.

—Tengo sed.

—Menos mal que tengo suficiente dinero.

Fuimos hacia una máquina de sodas. Mike me tendió una.

Adoptada por 5sos [Luke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora